Convertir una escombrera en un humedal: sí se puede

Trabajos de restauración de las lagunas de Islillas el pasado otoño. Foto: WWF España.
El sudeste de la provincia de Madrid tiene un ‘collar’ de humedales que, siendo algunos naturales y otros generados por la acción humana, al restaurarse se convierten en espacios para disfrutar por su diversidad de especies. Tras décadas en las que se desecaron porque se consideraban “insanos”, la restauración es ahora una prioridad a nivel europeo. Después de años de abandono por las autoridades responsables, en el municipio madrileño de Mejorada del Campo, WWF España ha puesto en marcha la recuperación del humedal de Las Islillas que quiere ser un ejemplo para otros lugares. Hoy, 22 de marzo, Día Mundial del Agua, os contamos este proyecto.
Los datos sobre la situación de estos espacios naturales de agua dulce son un tanto descorazonadores. En su último informe anual Planeta Vivo, la ONG conservacionista alertaba de que el 84% de sus poblaciones de especies acuáticas sufren un descenso. En enero pasado, la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN) confirmaba esta alarma con más datos de un diagnóstico reciente: de las 23.500 especies de agua dulce analizadas en el mundo por esta organización científica, una cuarta parte están en grave riesgo de desaparecer. De hecho, indican que hay 178 sobre las que ya se sospecha que se han extinguido, porque hace tiempo que no se ven.
“Es un declive que estamos observando desde hace 60 años. Son de los ecosistemas más deteriorados que existen, incluso cuando estando protegidos como parques nacionales, como ocurre en España en las Tablas de Daimiel o Doñana, que se encuentran en mal estado. Ahora es el momento de conservar los humedales que tenemos y empezar a recuperar los que estaban perdidos”, explica Enrique Segovia, director de Conservación en WWF, durante una visita a lo que quiere convertirse en un nuevo complejo de lagunas en el entorno del madrileño río Henares.
En España hay más de 5.700 humedales, si bien son minoría los que están en el catálogo oficial. La Comunidad de Madrid reconoce en su información oficial tener 40 protegidos, si bien están en diferente estado de conservación y no hay fondos para todos. El lugar elegido para este proyecto de restauración de WWF España llevaba muchos años sin recibir los cuidados adecuados. Los alrededores del complejo de Las Islillas se habían convertido en una escombrera y la Laguna de la Presa del Río Henares, la más grande, en realidad era un carrizal seco nada atractivo para la fauna silvestre, ni aves ni anfibios.

Restauración de las lagunas de Islillas.
En la Comunidad de Madrid no había presupuesto adjudicado para su recuperación, pese a estar en su catálogo de humedales regionales, ser Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) a nivel europeo y formar parte del Parque Regional del Sudeste, así que, a falta de recursos públicos, la ONG lo puso en su punto de mira con apoyo de fondos privados, en este caso de Sanitas.
El humedal –artificial– se creó a raíz de la actividad de canteras de grava en el siglo pasado: los agujeros que se hicieron entonces acabaron llenándose de agua al alcanzar el nivel freático. Cuando la mina cerró, el lugar se convirtió en un lugar atractivo para el descanso y el refugio de las aves migratorias durante un tiempo, hasta que comenzó su deterioro. “Al final, se colmató por los restos vegetales acumulados y el exceso de carrizo, hasta perderse totalmente la lámina de agua, que además estaba contaminada. Ahí vertían los regantes de la zona sus aguas sobrantes. Se generó un proceso de exceso de nutrientes que acabó con la laguna”, explica Diana Colomina, responsable de Bosques de WWF, mientras muestra imágenes del estado de un lugar por el que ahora pasea una pareja de ánades reales.
La laguna restaurada, que llaman Las Islillas Sur, luce estos días llena de agua tras la limpieza de plantas y la extracción de una gran masa de lodos que se utilizan, una vez secos, para fertilizar la nueva vegetación con la que se regeneran sus orillas. “Comenzamos con los trabajos en 2022, primero de tipo técnico y burocrático, pidiendo las autorizaciones que necesitábamos. El pasado año por fin iniciamos las tareas en el terreno y todo nos indica que esta primavera esto va a resurgir de nuevo”, asegura Colomina. Como un presagio, mientras habla, en el cielo un cormorán pasa sobre su cabeza y a lo lejos revolotea un águila pescadora.
Para la reforestación de los alrededores, el personal de WWF optó por recoger semillas de las plantas que ya había, las mejor adaptadas a ese lugar, para montar semilleros en colaboración con centros de formación del municipio de Mejorada. Son muchos los plantones que se han colocado en el entorno. La responsable de la ONG recordaba que este proyecto podría ser replicado en muchos otros espacios: “Estamos en un momento histórico. El año pasado se aprobó el reglamento comunitario sobre restauración de la naturaleza, que obliga a recuperar un 20% del territorio nacional para 2030 y a tener todo restaurado en 2050, así que necesitamos modelos a seguir en esos procesos de restauración, y éste es uno de ellos”, recordaba.
Como prueba de la ardua tarea que supone recuperar el respeto a la naturaleza, a escasos metros de donde WWF ha plantado decenas de futuros árboles y arbustos, una empresa ha talado hace unos meses cientos de árboles maduros, con el argumento de que era necesario para el paso de las máquinas de una obra que financia Amazon y que se vendió como sostenible: un puente de acero sobre el río Henares que conectará ambas orillas y que forma parte del proyecto Arco Verde de la Comunidad de Madrid. La obra era necesaria, pero basta ver el escenario para comprobar que la tala masiva no lo era. Lo denuncia José María Sendarrubia, de la Asociación Vecinal de Mejorada: “Es verdad que algunos árboles estaban en mal estado, pero es que se han cargado unos 600 árboles y arbustos, un desastre ambiental”.
Una vez terminados los trabajos en Las Islillas sur, la idea de WWF es cruzar con su proyecto a la otra ribera del río Henares, donde también hay varias charcas en mal estado, que también se originaron con la gravera. En ese caso son varias pequeñas y profundas por lo que no sólo deberán limpiarlas, sino rebajar sus taludes más verticales para que resulten más acogedoras como refugio para las aves y anfibios. Además, tendrán que intervenir en un pinar muy deteriorado. “Lo importante es que seamos conscientes de que lo que nos aportan los humedales porque sabemos que capturan tanto CO2 como los bosques, colaborando en cuidar el clima. Los que viven cerca también notarán que se genera un microclima más agradable en verano. Es importante cuidar la calidad del agua y la vegetación alrededor, que protege la laguna de los ruidos y la presión humana”, explica otro de los técnicos de WWF, Gonzalo Rincón.
Sendarrubia, como vecino y técnico ambiental que ha trabajado para el Ayuntamiento de Mejorada del Campo, destacaba la importancia del espacio a restaurar en una zona donde tienen a 10 kilómetros de distancia un vertedero de residuos tóxicos, a 15 kilómetros el de Valdemingómez y por cuyas cabezas sufren el continuo paso de aviones camino de aterrizar en el aeropuerto de Barajas.
Ya de vuelta, desde uno de los cantiles en el camino que lleva a Las Islillas, es posible que nos observe el búho real que allí habita. También la zona de su nido se la han apañado, colocando plantas que pretenden convertirse en una barrera e impedir el paso de las personas que, con sus perros, le pasan cerca y le perturban.
COMPROMETIDA CON EL MEDIO AMBIENTE, HACE SOSTENIBLE ‘EL ASOMBRARIO’.
No hay comentarios