Coro Delantal: un coro distinto que no te dejará indiferente

CoroDelantal. Foto de José Pertusa.

Lo último que uno pensaría encontrar al hablar de un coro es el espectáculo que presenta el CoroDelantal, creado y dirigido por la compositora y artista multidisciplinar Sonia Megías. Nacida en Almansa (Albacete), lugar en el que la música cuenta con gran tradición, su interés por la experimentación la llevó hasta Nueva York, donde estudió con grandes figuras de las vanguardias de los 50 y los 60, como Meredith Monk o Phill Niblock. Y es la experimentación la que rige el proceso creativo de este coro, con sede en el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante, pero que desarrolla su labor entre esta institución y otras instituciones de Madrid, como el Círculo de Bellas Artes, el Instituto Internacional o la galería Ra del Rey. Un coro completamente inusual y diferente al resto, abierto a todos los que quieran participar. Este sábado hay la oportunidad de escucharles en Madrid, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Toda una experiencia. 

«Creé el CoroDelantal en 2011, en Nueva York. Surgió a partir de la experimentación vocal que empecé a hacer en 2006 con el coro Voces Bravas, en la Asociación Cultural Gruñidos Salvajes de Lavapiés (Madrid)», señala la compositora y directora Sonia Megías. «En este coro monté una primera obra experimental, Miau, una obra hecha solo con maullidos, ronroneos y otros sonidos que emiten los gatos y que fue un encargo de una artista visual que trabajaba para la Cadena ARTE de Francia, Pauline Horovitz. Después monté un coro experimental, Voces Bravas Lab, y trabajábamos por proyectos. En ese momento yo era profesora en el Conservatorio de Cieza (Murcia) y vivía entre Madrid y Cieza. A partir de 2007-08 hicimos varias giras y cuando me fui a vivir a Nueva York, allí creé el Coro Delantal, que luego traje a Madrid y posteriormente a Alicante».

Con base en la performance, su fundadora define el CoroDelantal como un peculiar laboratorio. «Realmente se trata de un espacio de experimentación vocal. Como laboratorio yo coordino las investigaciones, pero cada uno de los que participan en el coro hace su aportación. La gente que está en el Coro Delantal es gente curiosa, inquieta, de alma joven, más allá de la edad que tengan. Las muestras que hacemos en público buscan estimular a ese público para hacerlos partícipes de este laboratorio; esa es nuestra manera de operar, incitar al público a participar. El coro no es un coro como tal y el público no es el público habitual de conciertos».

La creadora eligió el delantal como símbolo del coro al considerarla una poderosa prenda cargada de significado. «Descubrí que al ponerme el delantal era capaz de hacer cosas que no hacía sin él, en este caso cocinar. La primera vez fue con Pauline Oliveros, en un encuentro con las culturas egipcias. Allí cociné mis cuatro primeras y únicas tortillas de patatas. Luego, en otro evento con Phill Nibloc, cociné para 15 veganos. Estas comidas las realicé con compositores a los que admiraba mucho. Me puse el delantal, y funcionó. Luego la gente me preguntaba que dónde estudiaba cocina. Yo dije: esto es el delantal», explica entre risas Sonia Megías, que añade: «Quería que lleváramos el delantal como uniforme, que fuera un objeto de poder, una máscara de cuerpo. Una representación de los oficios, de los gremios, de lo femenino».

Una característica del coro es su uso de partituras no convencionales: partituras táctiles, partituras comestibles, videopartituras… «La música contemporánea tiende tanto a perderse en unos lugares tan lejanos que ya dejan de ser discurso musical, y se llega a unos puntos muy difíciles de entender y de disfrutar. A mí me gusta que disfruten mi música, por eso a veces tengo que inventar maneras de que el público pueda meterse dentro de lo que está sucediendo en la obra», nos explica Megías.

Su primera partitura gráfica no convencional, o «partitura rara», como la propia compositora las denomina, fue creada para la obra 19 Personajes al azar (2004, osm29), escenificada por un recitador, violín, arpa, acordeón y expresión corporal, sobre un texto de Ginés Sánchez. Lo convirtió en obra musical y luego, a través de lenguaje de signos, carteles con el nombre de los artistas que el poema retrataba y de imágenes de sus obras, lo codificó «para que no fuera demasiado abstracto para el público».

Después vino la «partitura cuerda» (2011-12,osm78#), diseñada para ser leída con las manos y, más adelante, la partitura-instalación. Jaula de chicharras (osm86#5), dedicada al artista Juan Hidalgo y estrenada por Coro Delantal en 2017; una obra que invita a los visitantes a meterse dentro y hacerla vibrar. En 2019, esta obra formó parte de la exposición de Sonia Megías en el Centro Cultural Conde Duque Se ve, pero sí se toca. Contrapunto fonémico II (osm64#2v1), una partitura gigante de 800 m2 para grupo de performers, encargo del American Space / Embajada de Estados Unidos en Madrid, e instalada en uno de los patios del Centro Cultural Conde Duque, fue otra de las obras que integraban la muestra y que contó con gran participación del público. Se ve, pero sí se toca estuvo enmarcada en lo que Sonia Megías denomina los MONO+GRAPHICs, una exposición de partituras y eventos performativos alrededor de la exposición. Este concepto vio la luz por primera vez en 2011, en la SoHo Gallery for Digital Art de Nueva York, y desde entonces su creadora los ha presentado en diferentes contextos a nivel internacional.

Una de sus más recientes «partituras raras» es la vídeopartitura Sonata (osm84#6), creada a partir de los dibujos de la artista austriaca Eva Lootz, en homenaje al poeta japonés Matsuo Basho. Sonata es una obra para tres voces representadas por el movimiento de tres bolas de colores: aguda (amarilla), media (roja) y grave (azul) sobre una animación de Carlos Cueto.

De sus años en Nueva York, Sonia Megías reconoce la influencia de artistas como Phill Niblock o Meredith Monk, «y toda esta corriente de vanguardia de los años 50, 60 que todavían siguen vivos. Además, John Cage, Pauline Oliveros, fallecida recientemente… Gente que fueron la razón por la que me mudara a Nueva York, que hacen experimentación, no desde la música electrónica, sino desde lo analógico y lo espacial, también desde la creación de la partitura, una partitura objeto» explica la compositora. «Aquí en España también hay gente en esta línea como Fátima Miranda, María de Alvear, Llorenç Barber o Ramón Barce, integrantes de estas corrientes de vanguardia que estuvieron vigentes aquí en España en los 50-60 y también 70-80. No puedo olvidar a Esther Ferrer, el grupo Zaj y todos los que derivan de Fluxus».

Si bien el CoroDelantal se mueve claramente en los terrenos de la vanguardia, su directora demuestra un profundo interés por la cultura y sus tradiciones, y busca aunar en sus obras lo contemporáneo con lo ancestral. Este interés por las diversas manifestaciones culturales la ha llevado a viajar a países como Nepal o a sumergirse en culturas indígenas como la Nahua, en El Salvador. «En Nepal hice formación del profesorado, en un conservatorio de jazz que montó un español en Katmandú, el Kathmandu Jazz Conservatory. Yo formé al profesorado y además aprendí a bailar danzas nepalíes», resalta Sonia Megías. «En El Salvador participé durante 7 años, yendo y viniendo, en un proyecto de revitalización de la cultura indígena Nahua y de la lengua Náhuat, que es la lengua indígena más extendida en El Salvador y, sin embargo, está en riesgo de extinción».

En este proyecto, que ha sido el más extenso, la compositora grababa las canciones cantadas en Náhuat, las transcribía a partituras y las arreglaba para coro y orquestas. Ensayaba durante un mes con coros y orquestas del país y a continuación organizaban conciertos por todo el país con esas canciones, que Megías resalta son de reciente creación. «De lo antiguo queda algo, recopilado por María de Baratt antes de la masacre del 32, pero luego todo eso se perdió. Después, ellos han ido reconstruyendo su cultura, incluida la música». En los conciertos se invitaba a participar a los creadores de las canciones, que las cantaban a capela. A continuación, eran interpretadas por los coros y orquestas del país que participaban en el proyecto. «Lo que se consigue con esto es que cientos de jóvenes estén cantando en su lengua originaria y conociendo a las personas que crearon las canciones y a sus comunidades. Es una vía de acceso a su cultura raíz. Además, les he dejado un poso de entusiasmo y de uso de la música que creo que les sirve de mucho», afirma la artista, que añade: «Para mí, al final, es un toma y daca. Con los proyectos sociales quien más he aprendido he sido yo».

Además de compositora y directora del CoroDelantal, Sonia Megías es integrante de Dúa de Pel, una formación musical con letras de Eva Guillamón, música de Sonia Megías y voces de ambas, que se mueve a través de diferentes culturas, reinventando el folclore y la tradición. «Podría verse como neofolclore, porque se parece un poco a los folclores, pero no nos basamos únicamente en ellos, sino que es una inspiración».

Merecedora de múltiples reconocimientos, como la creación de la Biblioteca Sonia Megías en el Conservatorio de Música de Granada o el Aula Sonia Megías en Alicante, su obra ha sido recogida en documentales y libros publicados por el Museo Thyssen o la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

Sus composiciones se han presentado en instituciones como el Teatro Real o el Museo Reina Sofía y es la única compositora actual incluida en el libro La música durmiente. 15 grandes compositoras de la historia. Sin embargo, reconoce que el hecho de ser mujer afecta a su proyección en el mundo de la música. «Yo creo que las compositoras necesitamos más visibilidad. No tenemos más que ir a un auditorio y ver los nombres de los autores y autoras que se programan; con eso no tengo más que decir», afirma contundente. «Necesitamos más visibilidad y que se nos incluya más a las compositoras en las orquestas y coros. Necesitamos seguir en la lucha y que no solo se nos programe en marzo», enfatiza. Y añade: «Ya estoy harta de que se nos programe en marzo; el resto del año las compositoras también componemos y el resto del año también vivimos».

Sonia Megías defiende que hay maneras de acceder a la música más allá del mundo académico o de lo comercial y el CoroDelantal es un buen ejemplo de ello. «Proyectos colectivos transformadores son necesarios», escribió la compositora para su proyecto Perpetuum mobile, «porque en nuestro paso por aquí al final lo que cuenta son las relaciones, los aprendizajes en compañía, el agradecimiento de que la vida es una aventura maravillosa y que siempre podemos celebrarla haciendo música juntos».

CoroDelantal actúa este sábado, 13 de enero, en Madrid. Cantan a Alberto Corazón en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. A las 19.00 h.

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