Crónicas de la Mafia siciliana. Una historia de nuestro presente
Existe una distancia insalvable entre el lugar recreativo que ocupa la Mafia siciliana en nuestro imaginario colectivo y el dolor que aún sigue causando en Italia. Si a eso unimos que el ex primer ministro Berlusconi sigue en la brecha y señalado por los jueces por sus vínculos con la Cosa Nostra, la polémica está servida. El libro ‘Crónicas de la Mafia’, de Íñigo Domínguez, nos ayuda a desentrañar la historia de esta mítica organización criminal. Su erudito y divertido repaso histórico es revelador de la realidad italiana.
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Dos hechos relacionados con la Mafia y su tratamiento social y mediático han generado polémica estos días. Por un lado, la cadena de restaurantes La Mafia se sienta a la mesa fue presa de un vídeo crítico del diario italiano La Reppublica, que reprochaba falta de sensibilidad a la empresa. Y hace unos días se extendió por las redes sociales una noticia inquietante: Javier Elorza, embajador español en Roma, había vetado la presentación en el Instituto Cervantes de la ciudad del libro Crónicas de la Mafia (Libros del KO), del corresponsal del Correo Íñigo Domínguez. Es una anécdota que muestra algunas cosas. Por un lado, su actuación confirma la veracidad de lo que el propio libro cuenta, y por otro, revela el aristocratismo caduco con el que se las gastan algunos de nuestros diplomáticos.
Sin duda, hay una distancia difícilmente salvable entre la dolorosa realidad de la Mafia para muchos italianos y el lugar que ocupan sus historias y símbolos en el imaginario colectivo de los que no la sufrimos en primera persona. Puede entenderse esta pataleta italiana, pero ¿qué razón puede haber para un veto español así, aparte del capricho y el vasallaje?
¿Qué temía el ínclito embajador, por más que adujera falta de disponibilidad como excusa? Sin duda, a una parte de este libro divertido y erudito. Y no hay que ser un lince para señalar el capítulo que narra con pelos y señales el extraño ascenso de Silvio Berlusconi y su comportamiento en el poder. Nótese que ya no gobierna, y que todo lo aquí expuesto por el autor son hechos de sobra conocidos por la opinión pública italiana, a través de sus medios y de muchos de sus tribunales.
La Mafia siciliana: De los Borbones a Berlusconi
Crónicas de la Mafia es, como su nombre dice, un recorrido por la historia del crimen organizado siciliano hasta nuestros días. Confiesa su autor un loable propósito en el prólogo: escribir la guía de la Mafia que él no encontró al llegar a Roma. No porque no haya libros sobre la misma en Italia, sino por todo lo contrario: hay demasiados. Este recoge, resume, acota, señala y recrea lo fundamental para entender a un crimen organizado que, mal que les pese con razón a los italianos, es parte señera de la imagen de su país en el exterior. Además, está escrito con mucho sentido del humor e ironía, con un lenguaje informal y cercano. Se agradece el esfuerzo que el autor ha hecho en las notas y en los apéndices bibliográficos y filmográficos, que ponen tras la pista de algunas obras de las que muchos no teníamos constancia.
El orden es cronológico, y arranca con las posibles causas de su origen. Hay varias teorías, pero sin duda influyeron el vacío de poder del Estado desde los Borbones hasta nuestros días, pasando por la reunificación garibaldina o los periodos de guerra. El caso es que todo poder que ha querido instalarse en la isla ha tenido que contar con algún uomo d’onore. Y no solo poder político, sino también militar. Es interesante el relato sobre el posible papel jugado por la Mafia en el desembarco Aliado en la isla en 1943. Fue Mussolini, en cambio, un duro enemigo para la Mafia.
Parte fundamental de su desarrollo y crecimiento tiene que ver con las alianzas que establecieron los capos sicilianos con sus familiares emigrados en Estados Unidos. La Cosa Nostra americana no se entiende sin la Mafia siciliana, como nos mostraba El Padrino II. Por eso uno de los capítulos más importantes es el dedicado a la rama norteamericana de la Mafia, de su desempeño durante la Ley Seca, su paraíso cubano, sus inicios en Las Vegas, su entrada en el negocio de los narcóticos o la guerra entre clanes. El autor hace desfilar por aquí personajes como Meyer Lansky, Lucky Luciano, Sam Giancana o el agente Donnie Brasco, y a través de sus andanzas y anécdotas nos va metiendo en el tejido mafioso.
De vuelta a Sicilia, la Mafia vivió un auge determinante en los años 60 y 70, con el llamado «saqueo de Palermo». Especulación inmobiliaria con dinero negro que aumentaría con la entrada en el negocio de la droga de los clanes mafiosos sicilianos. Tanto dinero negro se generó que, cuando se planteó la necesidad de invertirlos, se produjo la alianza empresarial entre la Mafia y la élite económico-financiera de Milán. ¿Provendrían de aquí los fondos con los que comenzaría Berlusconi de la nada? Hijo de un trabajador de la banca, sin duda hubo de contar con algún apoyo financiero para comenzar la gran promoción inmobiliaria de Milano 1 con la que entró en el mundo de los negocios por la puerta grande. Además, así lo sugiere que acogiera en su casa a Vittorio Mangano, mafioso siciliano condenado posteriormente. O su amistad con Marcello dell’Utri, confundador de su partido Forza Italia, y hoy detenido tras intentar fugarse. Todo esto, que el autor detalla, lo cuentan sentencias judiciales.
La trattativa: Un pacto Estado-Mafia
La mayor polémica que traspasa el libro tiene que ver con la Trattativa, el pacto de no agresión, la entente cordiale, que el Estado habría alcanzado tácitamente con la Mafia siciliana para rebajar los niveles de violencia. Aunque todos los acusados de este acuerdo lo niegan, el asunto parece muy documentado, hasta el punto de que las sentencias judiciales lo dan por hecho. Incluso se habla de un clásico beso mafioso entre Totò Riina, capo del macabro clan de los corleoneses (que se habían hecho con el poder tras la segunda guerra de la Mafia a principios de los 80 del siglo XX), y Giulio Andreotti, el gran muñidor de la política italiana, varias veces primer ministro, factótum de la Democracia Cristiana, y culpado por los tribunales por sus negocios con la Mafia, aunque absuelto por prescripción de los delitos. Una joya.
Hubo justos en Sodoma, y el relato de sus vidas es la parte más amarga del libro. La vida del general Dalla Chiesa (jefe policial de la lucha antimafia, asesinado en 1982) y sobre todo de los jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino (asesinados ambos en 1993, con dos meses de diferencia), marcan el parteaguas de la concienciación social de la lucha contra el crimen organizado. Sus asesinatos produjeron tal crisis de legitimidad política que el sistema de partidos de posguerra (Democracia Cristiana, Partido Socialista y Partido Comunista) implosionó y llevó al poder, paradójicamente, al antisistema Silvio Berlusconi, que enseguida suavizó el sistema carcelario que había conseguido soltar la lengua a algunos arrepentidos, y que se dedicó de manera compulsiva a hacer leyes para cubrirse las espaldas, a sí mismo y a sus dudosos amigos.
A partir de ahí, la historia es conocida, por más que el embajador español en Roma crea que no.
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