Dando valor a las olvidadas autoras de la Generación Beat

La experta en generación Beat Isabel Castelao Gómez.

Isabel Castelao Gómez es una de las mayores expertas en autoras de la Generación Beat. En concreto, es autora de ‘Female Beatness: Mujeres, género y poesía de la Generación Beat’, prologa y traduce la obra de la autora Beat  Elise Cowen y tiene un compromiso con la difusión de la poesía y la forma de ver el mundo de estas mujeres. Castelao explica a ‘El Asombrario’ que le interesa “la poesía experimental estadounidense escrita por mujeres que no relega las experiencias femeninas y expresiones de género”. Ese componente entre literatura y feminismo hace que se dé visibilidad a mujeres que no la tuvieron en su momento. “Muchas veces, la carga de este trabajo íntimo y familiar en segundo plano dificultó que desarrollaran plenamente sus vocaciones. Además de autoconfianza”, explica la autora y profesora de la UNED. Por suerte, las mujeres de la Generación Beat viven un buen momento, como Isabel Castelao Gómez reconoce: “Las editoriales independientes han hecho un gran trabajo publicando recientemente poesía concreta de algunas de ellas”.

A muchos nos suena la Generación Beat, su desarrollo como movimiento literario en EE UU con autores como William S. Burroughs o Allen Ginsberg. Pero realmente ¿qué llega a España de este movimiento?

En realidad, la Generación Beat es una etiqueta muy amplia; comienza siendo un grupo contracultural y literario minoritario después de la Segunda Guerra Mundial en Nueva York, y luego San Francisco. Desde mediados de los 50 se convierte casi en un fenómeno social por los medios de comunicación. Su filosofía, sus estilos de vida contrasistema o la relación con el budismo les hacen precursores de los hippies. Abren, de forma pionera, concepciones de la literatura y la vida cuya repercusión es transnacional y llega a nuestros días. En España, desde los años 70 ya se empieza a escribir sobre ellos. Anagrama tradujo hace décadas la obra de los tres autores centrales, pero curiosamente es desde las recientes publicaciones sobre las escritoras: Beat Attitude, una pequeña antología sobre sus poesías, y Female Beatness, el estudio divulgativo sobre qué es este movimiento y cómo forman parte las escritoras y el género, que ha habido mucho interés estos últimos años. Las editoriales independientes han hecho un gran trabajo publicando recientemente poesía de alguna de ellas.

Dentro de ese movimiento, como muchos otros en la literatura del siglo XX, se nota una ausencia de mujeres autoras. A veces están las llamadas musas, pero no autoras. ¿Por qué? ¿No había, fue desdeñado su trabajo, invisibilizado?

Claro que había, eran intelectuales y escritoras que también fueron compañeras de los autores que despegaron en ese momento; en algunos casos su apoyo emocional y muchas veces doméstico hicieron que sus éxitos fueran posibles. Podemos nombrar a Diane di Prima, Joyce Johnson, Anne Waldman (quien pertenece a una generación posterior menos sexista), Hettie Jones, Elise Cowen o Joanne Kyger, entre otras, cada una con su propio recorrido. Muchas veces, la carga de este trabajo íntimo y familiar en segundo plano dificultó que desarrollaran plenamente sus vocaciones. También la falta de autoconfianza en su talento, promovido no sólo por la falta de apoyo o reconocimiento de sus propios compañeros, sino durante siglos dentro de las tradiciones literarias. Ni siquiera se sabía de su literatura o del papel fundamental que tuvieron en la Generación Beat hasta que las críticas literarias feministas en Estados Unidos, ya en los 90, las recuperaron. Y hasta hoy, aún hay trabajo por hacer.

En concreto, ¿por qué te interesas tú?

Yo llego a las Beat desde Elise Cowen hace años ya, porque me interesa la poesía experimental estadounidense escrita por mujeres que no relega las experiencias femeninas y expresiones de género. Me ha interesado mucho Mina Loy, autora experimental modernista, cuyo trabajo traduje de vuelta a España tras estudiarla en Estados Unidos. Cuando me apasiona una autora inexplorada e inédita, quiero que se conozca y se disfrute. Existe una labor de activismo literario feminista que siempre he intentado llevar a cabo. Aunque fue en Purdue y en Berkeley donde investigué para mi tesis doctoral sobre poetas estadounidenses, es aquí, a través de la European Beat Studies Network, donde comienzo a estudiar a Cowen a fondo y descubro la maravillosa literatura de las otras escritoras y escritores.

La Generación Beat en concreto inaugura cambios extraordinarios en la literatura en lengua inglesa. Tiene influencias modernistas o románticas, dentro de una novedad disruptiva de espontaneidad, improvisación, anti-academicismo o autenticidad de expresión. La poesía se conecta con la calle, el jazz, la oralidad y lo performativo. Las autoras de este movimiento, que escriben en los 50 y 60, abren la veda a las autoras de la segunda ola feminista estadounidense. Se pusieron a escribir sobre su empoderamiento y vulnerabilidad, sobre ser madres y artistas, o sobre la valentía y dificultades de querer ser completas desde el poliamor, la exploración de la urbe, la edición de revistas y estar a la vez en lo doméstico intentado reinventarse desde la pasión literaria. A mí todo esto aún me suena muy actual.

Llegas a escribir ‘Female Beatness: Mujeres, género y poesía de la Generación Beat’. ¿Cuál era tu objetivo y fuentes para este libro?

Se gesta de nuevo de un impulso de activismo literario feminista con la intención de que las y los lectores en español conozcan a estas autoras y se las visibilice. Quería escribir un libro que fuera académico, pero divulgativo. Me parecía sorprendente que aún no se hubiera escrito sobre ellas, aunque sus poemas ya se conocían por la antología Beat Attitude. Le propuse el proyecto de libro a mi colega y amiga Natalia Carbajosa, co-autora de Female Beatness. Ella es experta en la experimentación poética estadounidense, parte fundamental en las Beat. Natalia se centró en las autoras con más peso experimental (Weiss y Levertov) y yo en las de más peso experiencial y expresivo (Di Prima y Cowen). Me siento muy orgullosa de cómo nos hemos complementado. El libro ganó el premio al mejor monográfico de investigación de la Asociación Española de Estudios Norteamericanos.

¿Qué feedback te han dado la academia, los medios de comunicación y los lectores al interesarte por las mujeres Beat?

El reconocimiento por parte de la universidad se materializa en el premio. Aunque a menudo, debo decir, en la universidad española el trabajo que se realiza se reconoce más fuera, incluso fuera de España, que dentro. Creo que ha sido acertado y satisfactorio hacer un trabajo que pueda llegar a más gente no académica, con un rigor de investigación y estudio, y salir de la endogamia universitaria. Al fin y al cabo, a mí lo que me gusta es transferir conocimiento a la sociedad, sobre todo en cuestiones de género. Este estudio, desde luego, ha llegado a mucha más gente desde los medios que desde el ámbito universitario. Me encanta cuando hablo con personas que no conozco y me dicen que conocen Female Beatness.

La escritora Elise Cowen.

La escritora Elise Cowen.

¿Te has sentido alguna vez sola en cuanto a experta en las mujeres Beat en España, en Europa?

No. Aunque los trabajos más importantes sobre las y los Beat se han realizado en Estados Unidos, he encontrado mucho interés y apoyo desde el primer momento; por ejemplo, Carme Manuel, directora de la colección de literatura norteamericana de la Universidad de Valencia, que apostó desde la primera idea por el proyecto. En España tenemos a dos grandes estudiosos de los Beat: Robert Lee, que ha sido de gran apoyo, y Estíbaliz Encarnación-Pinedo. En la European Beat Studies Network (EBSN), como ya he comentado, hay grandes expertos internacionales; sobre mujeres escritoras en particular cabe destacar a Polina McKay. Son un referente y siempre he recibido aliento y apoyo. Tengo la suerte de que mi investigación y traducción de Cowen haya despertado interés también en Estados Unidos.

Y finalmente llegas a Elise Cowen. Has traducido y prologado su obra ‘Dejadme salir, dejadme entrar’. ¿Cómo la descubres?

Desde que cayó en mis manos la única edición de su poesía, que, sorprendentemente, se publicó medio siglo después de su muerte, en 2014, siempre he tenido en mente traducirla para que llegue a las y los lectores en lengua española. Tony Trigilio se encargó de recuperar su manuscrito, el único cuaderno que sobrevivió a la destrucción por parte de su familia de su obra por obscenidad e indecencia, y que permaneció guardado en el desván de un amigo. Cowen se suicida en 1962, a los 28 años, tras varios internamientos y problemas de salud mental, agravados por las drogas y las represiones institucionales médicas, sociales y familiares sobre las mujeres que se desviaban de la feminidad estereotípica.

No tenemos muchos datos sobre ella. Lo principal es que aparece en muchas obras Beat del momento, sobre todo en las de su mejor amiga, Joyce Johnson, que participa intensamente en la primera bohemia de los 50 en Nueva York y que fue gran amiga y amante por un tiempo de Allen Ginsberg; era poeta, pero no le preocupaba publicar. Mi trabajo es reivindicar la contribución de su poesía a la Generación Beat desde su estudio literario y desenmascarar el mito trágico y misterioso en torno a ella para recuperarla como mujer histórica y poeta Beat. La editorial Torremozas, que también apoyó la traducción de Mina Loy, apostó por el proyecto. A día de hoy, esta cuidada edición bilingüe no sólo es la única traducción que existe de Cowen, sino la forma más accesible de leer parte de sus poemas en inglés, ya que el libro de Trigilio está, de momento, fuera de edición.

No solo analizas, estudias la poesía de otras autoras, sino que tienes tu poemario ‘Cartas desde Tebas’. ¿Qué podemos destacar de él?

Sí. Desde que me seleccionaron en el premio Voces Nuevas, he publicado con la editorial Torremozas, Ya lo dijo Casimiro Parques y Hojas de Baobab. He escrito siempre, mi poesía está muy influenciada por la tradición angloamericana con la que me he formado y mis experiencias vitales. Por ejemplo, suelo escribir en dos idiomas, incluso dentro del mismo poema. Cartas desde Tebas es un libro de juventud sobre la revisión del mito de Edipo en clave femenina y sobre un viaje personal alquímico y trasatlántico. Abril (and the cruellest months), escrito después de mi maternidad, trata sobre la creatividad y la crianza, sus desajustes y aprendizajes, sobre la transformación que se ha de sobrellevar por eventos que desestabilizan tu identidad, sobre la corporeidad femenina; tiene influencias variadas, desde T.S. Eliot a la poética Beat.

 

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