David Hornillos abre la ‘Lanzadera’ de una nueva generación de fotógrafos
David Hornillos y su proyecto ‘Mediodía’ abren Lanzadera, una serie de exposiciones que ha comisariado Iñaki Domingo y que tiene como objetivo dar visibilidad y difusión al trabajo de una nueva generación de fotógrafos españoles. La muestra comenzó en marzo y puede verse en CentroCentro de Madrid hasta el 10 de mayo. Tras él, y hasta marzo de 2016, se irán sucediendo los trabajos de Alejandro Marote, Lucía Gómez Meca, Jesús Monterde y Rut Panuse.
“Los cinco fotógrafos seleccionados son exponentes destacados de la joven fotografía española”, destaca Iñaki. “Todos ellos tienen personalidades creativas muy marcadas, distintas y complementarias, lo cual nos ayuda a entender el momento de buena salud creativa que atraviesa nuestro país y la amplia variedad de prácticas fotográficas imperantes en este siglo”.
David Hornillos (Madrid, 1974) parece un chico serio, y tiene cierto aire de cantante pop argentino. Miembro del colectivo Fotoaplauso, ha recibido el premio de Fotografía Documental ARCO 2013 y participó en la exposición P2P en el último PhotoEspaña. Ante el muro simulado que hay en su exposición, hablamos de sus fotos.
¿Cómo nace ‘Mediodía’?
Un día voy a la estación de Atocha a hacer fotos y me siento atrapado por el lugar. Sigo y sigo haciendo fotos y, cuando me quiero dar cuenta, estoy metido en un proyecto que tengo que desarrollar y acabar.
Estéticamente, ¿qué estabas buscando?
Cambia desde el principio hasta el final. Yo fui a hacer fotos para otra cosa y me atrapó el lugar por lo limpio que era estéticamente y por cómo, de alguna forma, se abstraía todo lo que había alrededor. Me interesaba mucho jugar con esos elementos, pero sobre todo me deslumbró el color. A partir de ahí empecé a construir con la luz dura del mediodía, el color naranja y el muro de ladrillo.
Estás tratando un lugar concreto, pero lo conviertes en un lugar universal. No se sabe ni dónde ni cuándo se han hecho esas fotos.
Me interesaba que en el trabajo no hubiera ninguna referencia a lo que es hoy la estación de Atocha, que es la más concurrida de toda España, con un montón de transeúntes, maletas, viajeros… Pero eso a mí no me interesaba. Me interesaban los tres elementos de los que antes hablamos: el color, la luz y el muro.
Atocha tiene muchísimo significado, más tras el ’11M’. ¿Si ese muro hubiese estado en otro sitio te hubiera dado igual?
De hecho, no quería llamarlo Atocha. Se titula Mediodía porque era el antiguo nombre de la estación y por la hora a la que iba a fotografiar. Lo bueno de que sea una estación es porque a su alrededor hay una vida, suceden cosas ciertas que me servían.
Como fotógrafo documental, ¿qué es lo que más te interesaba reflejar?
No me gustan las categorías. Parto de la fotografía documental, pero trato de desarrollar mi forma de ver. En este trabajo, aunque he partido de lo documental, me he acercado mucho a la ficción. He creado un lugar que casi podría estar en cualquier lugar. Un lugar magnético del que no se puede escapar. Con un muro como metáfora de la separación de muchas cosas.
Tienes 41 años. Participas en Lanzadera, una iniciativa para “jóvenes fotógrafos” del Ayuntamiento de Madrid. ¿Crees que se ha está dando una nueva generación de fotógrafos, que tenéis elementos en común?
Hay mucha gente haciendo fotos, por lo que habrá cosas que nos unan y otras que no. Mucha gente está trabajando en la calle, con proyectos muy cercanos. Y creo que empatizo mucho con ese tipo de proyectos, los que fotografían algo cercano, algo que tú sientes, con esa gente que está haciendo proyectos despacio, a largo plazo, para que vaya cogiendo su forma.
‘Mediodía’ se dio a conocer antes de esta exposición a través de un fotolibro. ¿Este proyecto estaba destinado a este formato?
No, el proyecto nació de forma casual, como te he dicho. Y luego me invitaron a hacer un fanzine. Esa fue la primera toma de contacto, la primera vez que llevo el trabajo a papel. Y así empezamos a ver cómo se comportan las imágenes en ese formato. La experiencia fue buena y el fanzine gustó. Luego, cuando el trabajo estaba más desarrollado, empecé a trabajar en una maqueta a raíz de una invitación para presentarlo a un concurso de fotolibro de Mack. Llevaba tres años trabajando, ya tenía material suficiente. El concurso fue muy bien y quedé finalista.
¿Cómo ha funcionado el libro? ¿Ha llegado a sitios que no esperabas?
Se publicó en junio y ha ido muy rápido. Se presentó en Arlés, en Paris Photo y en varios sitios más. Algunos medios se han hecho eco y ha aparecido en listas de fotolibros. Estoy contento.
Y llevarlo a una exposición y que sea en CentroCentro, donde llegará a un público diferente al habitual del fotolibro, ¿ha hecho que te hayas planteado las cosas de otra manera?
Cuando Iñaki Domingo, el comisario, me propuso participar en este proyecto, yo estaba encantado. Luego nos pusimos a trabajar para tratar de recoger el espíritu del trabajo y traerlo aquí. Estoy muy contento con el resultado y la experiencia. He aprendido mucho al ver la cantidad de detalles que tienes que controlar. Y me gustaría llegar a otro tipo de público y que le gustara mi trabajo. Me encantaría que el público llegara a ver todo el trabajo que hay detrás.
El fotolibro Mediodía de David Hornillos se puede adquirir en la galería Mad is Mad.
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