Diez años del ‘killer dúo’ Niña Coyote eta Chico Tornado
La colorida grandeza de los riffs de Koldo, la metódica contundencia en los golpes de Usua, nada sobra ni nada más se necesita, la mínima expresión que se puede concebir para una formación de rock o hardrock. Niña Coyote eta Chico Tornado están de aniversario y celebrándolo. Hace diez años que se publicaba su primer disco.
El dúo ha sacado tres trabajos más en esta década sin traicionar el concepto musical en el taller de grabación, negándose a añadir más elementos a sus canciones, prefiriendo su desnuda contundencia a los experimentos de estudio; además, han recorrido mundo para ofrecer desde diferentes escenarios su apabullante directo. Es en las letras de las canciones donde sí han abierto una rendija, en ocasiones, para usar textos de colegas a los que admiran. Reseña aparte merecería su momentánea mutación en Don Cóndor eta Ñora Alacrán, para interpretar magistralmente oscura cumbia surf. Tras diez años dando guerra, la conclusión es que gustan mucho: su propuesta es tan cool como abrasiva y su actitud es real, lo que les ha valido estar en las tablas de algunos festivales importantes aquí y allende nuestras fronteras.
El power dúo arrancó su carrera en Euskadi, ambos provenientes de anteriores formaciones (Culebras o Surfin Kaos, por ejemplo), aunque parte de la inspiración la encontraron en San Francisco (California); allí, viajando por placer, para aprender el idioma y para, como digo, inspirarse, dieron con sus apodos, una en el desierto, el otro en una jam en un club.
Cuidadas ediciones, portadas siempre exquisitas, los de Donos aprovechan este aniversario para poner a la venta una reedición en vinilo de aquel primer paso discográfico. Desde aquí aprovechamos para felicitarles y lanzarles algunas preguntas.
Estáis de aniversario, diez años de la publicación del primer disco, ¿satisfechos con lo recorrido hasta ahora?
La verdad es que sí. Hemos recorrido muchos países, ciudades y pueblos y siempre ha venido gente a vernos. Desde que empezamos, nunca nos han faltado conciertos. También hay que decir que no hemos parado de currar y dar pedales.
Viajemos por un momento al pasado, ¿qué música o qué disco recordáis de vuestra infancia, de la música que sonaba en casa, que siga presente en vuestra memoria?
Koldo: Tengo una hermana de 8 años y un hermano de 6 años mayores que yo y desde que era muy pequeño he escuchado muchos discos. De mi hermana recogí cosas más disco como Madonna o Depeche mode y de mi hermano cosas más punk o heavy. Mi disco favorito de ese recuerdo que sigo escuchando es el No te muevas de los RIP.
Usua: En mi casa siempre se ha escuchado mucha música, sobre todo rock, blues y soul. Hay muchos discos que escuchaba en casa de pequeña y sigo escuchando hoy en día. En ese sentido, tengo un gusto parecido al de mis padres, no he evolucionado mucho… (Risas).
¿Cuál fue el primer disco que os comprasteis y por qué?
Usua: El primer disco que compré con mi dinero fue Borreroak baditu milaka aurpegi, de Negu Gorriak. Lo compré porque al volver a casa de un campamento de verano en el que habíamos estado escuchando la copia de mi amiga en bucle, sentí que lo necesitaba seguir escuchando en casa, así que invertí un par de pagas en la casete original.
Koldo: Casualmente el mío fue el primero de Negu Gorriak unos años antes. En cuanto salió, me lo pillé porque era el momento de los Negu.
¿Cuándo y dónde comprasteis vuestro primer instrumento? ¿Lo conserváis?
Usua: Mi primer instrumento fue un piano que me compraron mis padres, y que todavía conservo. También conservo mi primera batería, una ludwig del 71 que compré a un chico de Barcelona al que nunca conocí en persona, pero al que sigo agradecida… (Risas).
Koldo: Mi primer instrumento fue un txistu que me compraron mis padres en la mítica tienda de Donosti Erviti. Estudié txistu y acordeón durante unos cuantos años. Los conservo los dos.
¿Cómo os conocisteis y por qué decidisteis montar un dúo de rock?
Usua: Nos conocemos desde mucho antes de montar la banda y, como casi todas las cosas que molan, empezamos por casualidad. Yo tenía una propuesta para tocar en otra banda y estaba metiendo horas en el local y Koldo quería primero probar y después perfeccionar una idea de sonido que se le había ocurrido, así que íbamos juntos a tocar y pronto, casi sin darnos cuenta, teníamos una pequeña familia de canciones que nos encantaban y decidimos grabarlas, publicarlas y presentarlas en directo.
¿Qué disco/grupo de cabecera teníais en esos momentos del inminente inicio de vuestra carrera como dúo?
Nuestra influencia más directa eran Anestesia, Dut, Black Sabbath, RATM…
Desde entonces habéis tocado en diferentes partes del mundo, Japón, México, EE UU… ¿Mola más visitar los países siendo turista o hacerlo siendo parte de un equipo de rock?
Es muy diferente. Siendo turista tienes más tiempo para organizarte y visitar lugares que te interesan por algo. Cuando vas a tocar, el tiempo y la energía que se dedican a conocer lugares es más limitado, pero llegas a otros sitios y conoces gente y lugares que de otra manera nunca llegarías a conocer. Muchas veces pasas cerca de rincones preciosos que te pierdes por falta de tiempo, pero es muy interesante conocer diferentes escenas y a bandas de diferentes partes del mundo.
En concreto, tenéis un ‘affaire’ muy especial con San Francisco. ¿Nunca habéis pensado en mudaros allí en plan para vivir? ¿Lo mismo no os trasladáis allí por la comida?
Hemos pasado varias temporadas en San Francisco y la verdad es que hay mucha variedad de comidas del mundo que nos encanta probar… De hecho, la comida podría ser una de las razones por las que mudarnos allí; también la cantidad de conciertos que hay, las tiendas de discos o la hierba legal, entre otras muchas cosas. Si nunca nos hemos planteado vivir allí es por otras razones, como por ejemplo la política de inmigración de ese país y lo caro que es vivir allí. Además, nos gusta vivir en una ciudad pequeña y tranquila como la nuestra rodeados de nuestra familia y amigos. Es un buen lugar al que volver después de estar de gira.
He visto que siempre os lo preguntan y siempre respondéis lo mismo cuando os hablan de meter a alguien más en la banda, ¿seguís estando a gusto y completas, así como dúo?
La verdad es que es algo que nunca nos hemos planteado, así que de momento vamos a tener que seguir respondiendo lo mismo. Estamos muy cómodos con este formato, no sentimos la necesidad de más elementos en el escenario.
Con la distancia de dos lustros, ¿cómo os suena este disco que ahora reeditáis?
El concepto de sonido ha evolucionado en estos diez años, pero la esencia de la banda sigue siendo la misma y sentimos esos temas tan cercanos como los del último disco. La verdad es que hay canciones de ese primer álbum que seguimos tocando en directo, así que no lo sentimos como un regreso al pasado.
¿Qué planes tenéis para este verano?
Seguir dando zapatilla.
Recomendadnos una película y un libro…
Nos gusta mucho leer y ver pelis, así que elegir sólo una de cada es muy difícil, pero por ejemplo… Ilargi Guztiak, una peli de vampiros navarros ambientada a finales del siglo XIX y rodada en euskera; y cualquier libro de la autora argentina Mariana Enríquez, sobre todo las colecciones de relatos.
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