Diez pistas ejemplares para disfrutar y cuidar los Pirineos
El gran divulgador de los Pirineos, Eduardo Viñuales, acaba de publicar nuevo libro, ‘Guía del Turismo Sostenible (II Pirineo Central)’ (SUA Edizioak), con decenas de propuestas y experiencias –desde guías de montaña, casas rurales e institutos científicos a la gestión sostenible de bosques– por algunas de las montañas más bellas del planeta. “Pero, por encima de todo”, escribe el investigador Fernando Valladares en el prólogo, “este libro puede abrir la conciencia de su fragilidad”. Hemos recogido diez pistas para disfrutar y cuidar los Pirineos.
“El naturalista y escritor Eduardo Viñuales (Zaragoza, 1971) lleva prácticamente toda su vida recorriendo con amor la cordillera de los Pirineos de punta a punta. Eso le hace feliz. Como aragonés, conoce muy bien el Pirineo central, pero le encanta caminar por todos sus flancos y vertientes sin entender de fronteras humanas”.
Así se presenta el autor en su Guía del Turismo Sostenible (II Pirineo Central), publicado por la editorial vasca SUA, y que forma parte de la serie de libros que dan continuidad a aquella extraordinaria revista ya desaparecida, El Mundo de los Pirineos, que inició su andadura en 1998. Le preguntamos a Viñuales de dónde le viene esa pasión pirenaica: “Desde pequeñito, yo diría que desde que tenía meses, mis padres me llevaron a la montaña. Tenía un hermano montañero. Pero la pasión creció a raíz de un juego con un amigo; adivinar los nombres de las aves que salían en una guía ornitológica. Ya entonces, con 14 años, fundé una asociación ecologista, Sociedad Naturalista Medofosa, donde impliqué a familiares, amigos y conocidos. Con 20 escribí la primera ecoguía, para Anaya Touring, a máquina de escribir…”.
Y desde entonces hasta ahora, hasta esta Guía de Turismo Sostenible, recién publicada. Que es más que una guía de turismo, de rutas, aunque también las hay. Podríamos decir que es un compendio de elaborados reportajes sobre la cara y cruz de los Pirineos, las amenazas y proyectos que descabalan los ecosistemas, y, sobre todo, las buenas iniciativas que nos permiten proteger y disfrutar esta preciosa secuencia de montañas y valles, desde la gestión sostenible de bosques a turismo rural y asociaciones para devolver la vida a pueblos abandonados.
Ahí es donde queremos enfocar este artículo: 10 iniciativas sostenibles que nos permiten apreciar el valor de los Pirineos, en todas sus vertientes.
¿La mayor amenaza? Para Viñuales, sin duda, el cambio climático, que puede acabar con los glaciares del Pirineo central. Escribe en su libro: “Los científicos no se atreven a pronosticar en qué año no quedará hielo con grietas en los Pirineos, o cuál puede ser la fecha en que podremos dar por extinguido el glaciar del Aneto, el del Vignemale o el del Monte Perdido. Pero ese momento se halla bien cerca, tal vez para 2035, 2040 o, a lo sumo, 2050, porque el proceso de fusión parece ir más rápido de lo que se pensaba. Todos los expertos coinciden en que el retroceso glaciar pirenaico es el altavoz de una grave amenaza que nos avisa de otras mayores que están por venir. Son la luz roja de una emergencia climática que compromete nuestra existencia”.
Junto a esa amenaza global, otra más concreta y localizada: el proyecto –ahora suspendido– de destrucción de la Canal Roya. Dice: “En mayo de 2021 se pretendió conseguir fondos de turismo sostenible para unir las estaciones de esquí de Formigal y Astún a través del valle salvaje de la Canal Roya. Detrás estaban la Diputación de Huesca, el Gobierno de Aragón, Ibercaja y algunos empresarios o familias poderosas. Las voces de montañeros, organizaciones ecologistas y habitantes de los valles y pueblos pirenaicos se alzaron ante tamaño despropósito ecológico. Querían reventar un rincón pirenaico debajo del pico Anayet, que debería estar ya amparado bajo la figura de parque nacional o natural”.
Frente a proyectos destructores como este, Viñuales recoge en este libro “otras ideas, personas, grupos de gente, iniciativas que avanzan en otro sentido, en dirección contraria al crecimiento insostenible para el Pirineo. No están todos los que son, pero los protagonistas de estas páginas son la imagen de un desarrollo sostenible real, un ejemplo a imitar”.
El Asombrario ha seleccionado 10 de esas iniciativas:
Instituto Pirenaico de Ecología, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Nació en Jaca en 1942 “y aborda ya el conocimiento científico de las áreas de montaña del mundo”. Más de un centenar de científicos trabajan en ecología terrestre, organismos vivos y cambio global en sus dos sedes, Jaca y Zaragoza.
Adopta una Planta. “Proyecto de ciencia ciudadana iniciado en 2013, que involucra a 200 personas generosas que cada año obtienen datos de gran interés en más de mil cuadrículas de 350 poblaciones vegetales de Aragón, muchas de ellas endémicas (31%) y amenazadas (31%). Los resultados dan respuesta a algunos de los cambios globales actuales”.
Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, creada en 1995 por cuatro amigos naturalistas, cuando esta rapaz carroñera, desaparecida de prácticamente el conjunto de las montañas de Europa, estaba al borde de la extinción. “Entonces sólo se sabía de la existencia de unas 40 parejas reproductoras en el sector central de los Pirineos, una cifra que poco a poco ha subido a más de 90”.
Sello FSC. Sistema de certificación forestal sostenible que opera en Pirineos. “Un sello exigente, con estándares globales para todos los países del mundo y con una cadena de custodia más fiable que otros certificados; incluye los intereses de las comunidades indígenas y dispone de una gobernanza triple: social, ambiental y económica”. “Avala que esa madera de haya o de pino silvestre proviene de un bosque administrado con buenos criterios de sostenibilidad”.
Senderos de Ordesa empresa de guías de montaña especializada en ecoturismo. “Además de subir a una cima, bajar un barranco o caminar con raquetas de nieve, Alberto Marín, su creador, procura que nos enamoremos de las alturas salvajes, mientras nos lleva al encuentro con el quebrantahuesos o el treparriscos. Se siente un privilegiado por el simple hecho de guiar al público, pero, sobre todo, por poder contar e interpretar el gran teatro vivo de las montañas”.
Casa Sarasa. Turismo ornitológico en la Canal de Berdún (entre Jaca y el pantano de Yesa). “Los londinenses Peter Rich y Melanie Hallam construyeron este, su hogar, hace 30 años, que se ha convertido en un pequeño alojamiento de turismo (11 habitaciones) ornitológico de referencia internacional”.
Asociación Arto-Un paso atrás. “Una red de hortelanos creada hace más de 20 años para recuperar lo bueno del pasado y recuperar una veterana sabiduría que ayuda a avanzar. impulsada por unos 70 socios o amigos del entorno de Guaso, Boltaña L’Aínsa. Guardan semillas ancestrales que han estado a punto de perderse y mantienen fincas-piloto en las que potenciar aquellas variedades agrícolas de montaña que podrían ser viables en el futuro”. “El fin de esta organización sin ánimo de lucro se centra en tratar de preservar ese rico patrimonio genético y etnológico que está relacionado con las variedades vegetales –de frutales o plantas de huerta– y de animales de montaña de esta zona del Pirineo, conscientes de que dichas razas y genotipos personalizan los sabores de nuestra cocina, garantizan una verdadera seguridad alimentaria y son un patrimonio biológico transmitido de generación en generación mediante un esfuerzo milenario”.
Festival de Cine Vagamundos. “Por el molino Centenera (en La Puebla de Fantova, Huesca) pasan cada verano, desde hace tres años, actores y directores de cine, exploradores, naturalistas, escritores, alpinistas reconocidos y no pocos curiosos cinéfilos traídos por el programa de este festival rural de viajes puesto en marcha por Javier Selva para los amantes de la aventura y los grandes espacios salvajes”.
Asociación Mallau-Amigos de Susín . “El pueblo de Susín, que se asoma al Valle del río Gállego, quedó deshabitado en 2013 al fallecer su última habitante, Angelines Villacampa. Su hijo Óscar y un grupo de voluntarios se dedican a recuperar su valor arquitectónico y medioambiental, a reconstruir muros, rehabilitar edificios y limpiar antiguos caminos”. La asociación de voluntarios Mallau nació en 1999 y ha tomado el testigo de resistencia frente a la despoblación.
Cielos de Ascara. Productos Gourmet e inserción socio-laboral. Un nuevo proyecto, entre lo ecológico y lo social, surge en el Solano de Jaca. “Cielos de Ascara se basa en la producción y comercialización de alimentos de calidad y sello ecológico (legumbres, pan de centeno, miel de colmenas trashumantes…). Pero los auténticos protagonistas de este proceso de economía circular y alto impacto social son personas con discapacidad intelectual en riesgo de exclusión”.
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