Diseños ecológicos con pelo humano, mejillones, algas, caca de vaca…
En puro centro de Madrid, en Cibeles, en CentroCentro (espacio perteneciente al Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid), hay una exposición, ‘Materia Gris, Nuevos materiales para la era post-fósil’, que nos muestra decenas de posibilidades de diseño y fabricación (desde muebles a lámparas, desde suelos a envases) que experimentan con biomateriales: algas, residuos de manzana, fibras textiles con agujas del pino, contrachapados salidos de la mazorca de maíz, objetos en los que la materia prima son bacterias, huesos de aceituna, hongos, mejillones, café, frutas… Os proponemos un recorrido por proyectos de diseño que apuestan por un futuro donde sigamos reduciendo al mínimo la generación de residuos y la utilización de materias primas, en redondos ejemplos de economía circular.
Ana Domínguez Siemens, comisaria de esta interesante exposición, que recoge cerca de 40 proyectos llegados desde muy distintos puntos del mundo, explica: “Con los recursos naturales del planeta al límite del agotamiento y en una sociedad de consumo que produce desperdicios en enormes cantidades, es el momento de que las mentes creativas se apliquen en la búsqueda de nuevos sistemas de producción y consumo racionales. Muchos diseñadores están jugando un importante papel en la investigación y desarrollo de nuevos materiales que se proponen como una alternativa más inteligente y acorde con las necesidades y retos del siglo XXI”.
Los llamados “biomateriales” son particularmente interesantes por su naturaleza biodegradable y en ellos se centra en buena medida el reto de un futuro más sostenible para la producción industrial. En Materia Gris podemos ver desde cueros elaborados con algas o con residuos de manzana, fibras textiles resultantes de la manipulación de agujas del pino, contrachapados salidos de las hojas de mazorcas de maíz y otros materiales sorprendentes, objetos en los que la materia prima son bacterias, huesos de aceituna, hongos, mejillones, café, frutas… Muchos de ellos han surgido de la reutilización de los residuos de la industria –incluyendo los de la industria alimentaria–, otros de la manipulación de elementos naturales y otros más son resultado de una intensa investigación científica.
En El Asombrario Recicla ya habíamos hablado de la utilidad de los restos de langostinos, cáscaras de nueces y avellanas, posos de café… como combustible, abono, aislante… Ahora, de sorpresa en sorpresa, abordamos el ecodiseño.
Domínguez Siemens destaca que los proyectos han sido seleccionados por su interés desde el punto de vista del diseño, “es decir, atendiendo al modo en que los diseñadores no sólo resuelven un problema, sino que aportan también su ingenio y creatividad al jugar con estos nuevos materiales con los que expresan también sus inquietudes personales, políticas y sociales, su sentido del humor y su interpretación de los parámetros culturales”. Al preguntarle por dos nombres de prestigio y gran proyección que hayan apostado por estos nuevos materiales y que revelen que esto ya no es algo experimental o de cuatro locos pioneros, la comisaria no lo duda: la diseñadora española afincada en Milán Patricia Urquiola y la firma italiana Cassina.
Repasamos 18 propuestas que nos han llamado especialmente la atención:
Con estiércol de vaca. El empresario agrícola Gianantonio Locatelli creó en 2015 el Museo de la Mierda, en Lombardía (Italia), que ha desarrollado una cerámica hecha a base de estiércol de vaca seco (procesado para extraerle el metano y que no tenga mal olor), arcilla, paja y otros residuos de granja.
Con algas. Desde Londres, Scarlett Yang ha creado un biomaterial líquido con extracto de algas que se vierte en moldes para su solidificación. Después aplica una proteína del capullo de seda, normalmente desechada por la industria textil, en las partes que quiere arrugar o encoger. También a partir de algas, el equipo Notpla (su lema: we make packaging disappear), un equipo multidisciplinar de diseñadores, químicos, ingenieros y empresarios radicado en Londres, ha creado una materia que desaparece en un plazo de cuatro a seis semanas; sus usos son variados, desde film para envolver a sobres para monodosis de kétchup o mayonesa, burbujas de agua… Julia Lohmann (nació en Alemania, se formó en Reino Unido y ahora trabaja y reside en Helsinki) es una de las pioneras y más experimentadas diseñadoras en trabajar con materiales a partir de las algas; consigue incluso una textura y resistencia similares al cuero. También es destacable la camiseta de algas y pulpa de eucalipto y haya del estudio Vollebak , creado por los gemelos londinenses Nick y Steve Tidball, diseñadores y atletas, enfocado a un nuevo futuro de la industria textil, basado en la ciencia y la tecnología.
Con piel y escamas de salmón. El diseñador francés Baptiste Cotten trabaja en soluciones para poder ensamblar y montar estos materiales, que se obtienen en piezas muy pequeñas, de manera que tengan un uso más eficaz.
Con hongos. Paneles acústicos y suelo modular desarrollados a partir del hongo mycelium, de la firma italiana Mogu, cuya declaración de intenciones está muy clara desde el principio. Se presentan así: “Radical por naturaleza. La naturaleza es el mejor arquitecto”. Y apelan a emplear la inteligencia de la naturaleza para diseñar nuestros productos de la vida cotidiana y cambiar así la relación del ser humano con los ritmos de los ecosistemas naturales y conseguir un mayor equilibrio.
Con pelo humano: El estudio Swine, de la japonesa Azusa Murakami y el inglés Alexander Groves, explora el potencial del pelo humano como abundante materia prima con la que conseguir un material similar al carey, con el que fabricar desde peines a muebles.
Con almidón de maíz y patata. Desde Eslovaquia nos llega el nuatán, un bioplástico desarrollado en la Universidad de Tecnología de Bratislava, obtenido de recursos naturales como el almidón de maíz, la patata y el aceite reciclado. En CentroCentro podemos ver jarrones, pero sus aplicaciones son tan variadas como las del plástico. El equipo que lo ha creado está tan concienciado con el futuro del planeta que el nombre de nuatán es un homenaje a Nuatambu, una de las islas Salomón, donde viven 25 familias; tenía 30.000 metros cuadrados en los años 60, pero a consecuencia de la subida del nivel del mar por el cambio climático, ha quedado reducida a menos de la mitad, haciéndola casi inhabitable.
Con hojas de mazorcas de maíz. El diseñador mexicano afincado en Londres Fernando Laposse trae a Materia Gris las planchas de contrachapado totomoxtle, hechas a base de las hojas de las mazorcas de maíz típicas de México, que producen colores desde el violeta al crema, muy vistosas para cualquier trabajo de marquetería.
Con botellas de cerveza. El madrileño Álvaro Catalán de Ocón, ya conocido por sus lámparas a partir de botellas de plástico PET mezcladas con artesanía tradicional, ha desarrollado el frutero y los paneles Terrazzo Alhambra, una combinación de botellas de vidrio (de la cerveza Alhambra), seleccionadas de modo que producen inesperados dibujos, junto con cemento, mármol y resinas coloreadas.
Con huesos de aceituna. Son un subproducto de la producción de aceite que se destina sobre todo como combustible de biomasa, pero pueden ser recuperados para elaborar materiales que, mezclados con otros restos 100% naturales, permiten su diversificación para gran cantidad de usos y texturas, desde lámparas a juguetes y jarrones. Es lo que hace la start-up española Naifactory Lab (Silvana Catazine y Joseán Vilar).
Con restos de manzanas. La conocida diseñadora Patricia Urquiola ha diseñado para la firma Cassina la silla Back Wing, tapizada con Apple Ten Lork, un material sostenible de textura muy similar al cuero que se obtiene a partir de fibras derivadas de los residuos del procesado industrial de las manzanas.
Con hojas, serrín y corcho. El mundo orgánico y de realismo mágico del español afincado ahora en Eindhoven Nacho Carbonell se nutre de todo un mundo de objetos, desde sillas a figuritas, elaborados con estos componentes vegetales mezclados con resinas naturales.
Con conchas de mejillones: Es el proyecto Calcáreo, de la colombiana/chilena Caro Pacheco, que experimenta con la optimización de un bio-compuesto para fabricar moldes hecho a partir de conchas de mejillones mezcladas con un derivado de algas pardas.
Con restos de la fabricación de aluminio: Idea del estudio Thus That, de Londres, enfocado a la investigación con desechos industriales. Traen a CentroCentro el barro rojo (bauxita), un subproducto de la industria de producción de aluminio que puede ser usado como material cerámico y para vidriados.
La exposición se complementa con un archivo de los materiales más interesantes salidos del Master in Design Through New Materials de la escuela Elisava de Barcelona, único en España en el estudio de materiales desde la perspectiva del diseño.
Por cierto, hasta el propio montaje de la exposición, diseñado por Lucas Muñoz, está realizado con ese mismo criterio y se considera un proyecto más de la muestra. Su propuesta combina el uso de materiales amontonados en los almacenes de CentroCentro, procedentes de exposiciones anteriores, con recursos de primera necesidad (libretas, latas, lápices…) de un modo ingenioso e inesperado, con un carácter circular y social.
Con la corteza y las agujas de los pinos. Tamara Orjola, de Letonia, formada en Londres y ahora residente en Holanda, nos muestra un taburete realizado a partir de las agujas del pino, un material que también puede transformarse en tejidos, conglomerados y papel. Y Sarmite Polakova, letona que vive a caballo entre Amsterdam y Frankfurt, nos muestra alfombras y jarrones confeccionados a partir de la corteza de estos árboles.
‘Materia gris’. En CentroCentro. Madrid. Hasta el 3 de mayo.
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