Doctor Deseo: “Ya podemos hacer canciones para decir: te quiero”
El nuevo trabajo de Doctor Deseo se titula ‘En el brillo de tus ojitos’, seis nuevas canciones que, fieles al estilo de la banda, encandilan por lo bestial de su ternura a la par que te enganchan por la fuerza de su carácter; dos de ellas son versiones de temas icónicos que han adaptado y traducido. El grupo bilbaíno que lleva desde mediados de los 80 mezclando magistralmente el pop y el rock con el terciopelo y la provocación, pero también el cabaret con el tecno o el tango con el ‘texmex’, regresan con este disco a los escenarios (hoy actuán en Bilbao). Su anterior trabajo fue hace cinco años, así que había ganas entre sus devotos seguidores de esta nueva entrega
Doctor Deseo poseen cromosomas rockeros predominantes y un buen gusto excepcional; siempre se han caracterizado por lo visceral de su propuesta y lo ecléctico de su estilo, por ir a su bola, en definitiva, cualidades que cuanto más maduran, más sobresalen. Además, tienen en su repertorio grandes éxitos como Fugitivos del paraíso, Atrapado en tu silencio, Abrázame, Corazón de tango, ¿Quién mueve las cuerdas?, Morirse en Bilbao y un buen puñado más, siempre imprescindibles en sus arrebatadores directos.
En el brillo de tus ojitos es un paso más en su carrera, un brillante eslabón más de esa cadena donde se funde rebeldía con pasión desenfrenada. Josi Jiménez al bajo, Luis Javier Saiz Txanpi a la batería, Raúl Lomas a las teclas, Joe González al saxo, Josu Aguinaga a la guitarra y Francis Díez a la voz completan una formación que, para el disco, se ha visto reforzada por las colaboraciones de Aiora Rentería a la voz y la producción del experimentado César Ibarretxe. Hemos hablado con Francis Díez.
Estáis de vuelta con un nuevo disco, el número 18 en vuestra carrera, se titula ‘En el brillo de tus ojitos’ (Baga-biga, 2024), ¿cómo ha sido el regreso tras este tiempo fuera del foco?
Lo tenemos bastante estipulado, siempre lo hemos hecho del mismo modo. Tras hacer un disco, hacemos una gira, más o menos larga, con más o menos tramos… y tras eso desaparecemos de la escena pública. Es entonces cuando nos dedicamos a evolucionar como personas, tras haberlo hecho como artistas y músicos. Pasado ese tiempo, que no tenemos definido, es cuando empiezan a surgir ideas, motivos para juntarme con uno o con el otro y empezar a hacer canciones. Hay veces que pasa más tiempo, como ha sido el caso, pero es algo a lo que no le damos importancia.
Cortamos con la vida pública de Doctor Deseo, pero la música siempre está ahí, siempre hay una guitarra por ahí en medio. En ese tiempo hemos hecho a veces El Deseo del Doctor, para causas benéficas y cosas así. Nuestro guitarrista es profesor de conservatorio y el saxofonista tres cuartos de lo mismo, de modo que, con la música, seguimos todos, pero ya fuera de los escenarios y sin estar bajo el foco público de Doctor Deseo.
¿Cómo llega ese primer toque para empezar a hacer cosas nuevas, para unirse la banda alrededor de una nueva obra?
Habitualmente es por teléfono ese primer paso. Le llamo al guitarrista, por ejemplo, y le comento que tengo un par de partes desarrolladas, que además hay una tercera letra que me gustaría enseñarle y que creo que pueden ir por tal o cual sitio, se lo expongo y le digo que a ver qué se le ocurre, a ver qué le dice todo eso que le estoy contando. También llamo a otro y le cuento lo mismo, buscando ver qué le sugiere hacer para la idea o los bocetos de esa canción. Después pasamos al local, a gestarlo todo ya juntos.
Hablan las crónicas que es un nuevo trabajo donde “tratáis de reinventaros”.
Somos un grupo esponja y estamos absorbiendo música continuamente. Como músicos, no somos muy dados a la nostalgia, eso le sucede más a quien solo la escucha o a quien no trabaja en esto, que lo mismo mide la música de otra forma. Yo vivo en esta época, esta es la mía, no me he anclado en la música de los 70 o los 80, que también han sido mis épocas, los 90 también era mi época, ¿entiendes? Vivo en mi tiempo y es este, soy un privilegiado porque mi época abarca desde Chuck Berry hasta hoy, también el tango y el bolero, porque me gustan y me afectan, me inspiran y todo eso forma parte de mi época. Por supuesto que dentro del trap, del pop o del rock, hay mucha mierda, eso es inevitable, pero también hay cosas muy potentes y eso está guay, porque bailamos con ello y nos aporta. Es más, creo que es de las mejores cosas que tiene hacerse mayor, puedes llevar a todo el mundo encima porque llevas escuchando música muchísimo tiempo. Mezclar estos elementos para mi deleite es lo mejor de todo. Trap, surf, rancheras, soul, ¿qué hay de malo en mezclar todo eso para sacar algo propio? La curiosidad de un músico es esa, escuchas todos los estilos y dentro de cada uno buscas el que te mola.
Adaptáis dos canciones, una es ‘Killing me softly whit his song’, compuesta en el año 1971 por Charles Fox, que popularizó Roberta Flack, y la otra Suzanne’, del canadiense Leonard Cohen, titulada para la versión ‘Y quieres viajar con ella (Susan)’. ¿Cómo habéis volado para llegar hasta estas dos joyas tan icónicas?
Mira, ha sido como de rebote. A la hora de plantearnos la gira de este nuevo disco, decidimos que habría una primera parte que se llamará En el brillo de tus ojitos, una gira más cañera e intensa por salas y recintos más grandes, pero luego nos apetecía recoger de nuevo el guante de lo que fue Metamorfosis, ese repertorio que tenemos de canciones más teatrales, más tranquilas, y con ello, hacer una gira de teatros. Cuando pensábamos en esa gira de teatros, que ya será al final, diciembre o así, pensé que sería bueno llamarla Suavemente me mata con su canción, sin saber de qué trataba esa canción. Entonces empecé a imaginar más y pude ver a Joe González tocando el saxo sobre un escenario, detrás del telón aún bajado, tocando Killing me softly… y ya, le pegamos un toque a Aiora Rentería (del grupo Zea Mais) y empezamos a adaptar la letra de esa canción buscando la esencia, jugando con el estribillo, y salió así.
Aiora también me acompaña con su voz en Y quieres viajar con ella, que es la adaptación de Leonard Cohen. Es una canción a la que le teníamos muchísimas ganas ya desde hace tiempo. Una canción que siempre hemos admirado y a la que queríamos llevar a nuestro territorio. Nunca hemos sido un grupo de versiones, es más, somos esa banda a la que le cuesta más trabajo hacer una versión que componer algo nuevo. Nos gusta que la letra recoja toda la esencia de la original y no es tarea sencilla, sobre todo si admiras tanto como nosotros a quien la ha escrito.
He escuchado versiones lamentables de esta misma canción, traducciones malas, pero chungas de verdad. Hay una de Serrat que es buena. Cohen nunca quiso hacer una canción de amor, Suzanne no es una canción de una relación pasional. Cohen cuenta que Suzanne fue quien le enseñó a descubrir la parte femenina del artista, la parte femenina del creador. Esta canción tiene unas metáforas preciosas y hemos tratado de coger la esencia de todo ello y mostrarlo en esta versión. Musicalmente también, la hemos llevado a un lugar diferente al original.
¿Cómo ha sido la grabación de ‘En el brillo de tus ojitos’?
Por el estudio hemos pisado muy poco. Cada uno nos hacemos nuestras cosas en nuestra guarida, ya lo tenemos acordado y trabajamos más a gusto así, sin necesidad de encerrarnos en un lugar o tener que acudir en un horario determinado a un estudio. Yo para mis voces siempre tengo detrás de mí a mi querido bajista, dirigiendo y chequeando cada frase que grabo para que todo esté a tiempo y tono. (Risas). Nosotros trabajamos en el local, ahí es donde ponemos en común todo lo que cada uno ha trabajado. En el local es donde dejamos claro y definido qué es lo que queda mejor de las propuestas que cada uno pone en común, vamos viendo qué funciona mejor, qué nos gusta más. Luego cada uno se lo graba en su casa y se lo pasamos a César Ibarretxe (productor del nuevo disco) y él se encarga de traducir esto a un sonidazo. Creo que César es el ingeniero que más tiempo lleva trabajando con el sonido en Euskal Herria, siempre ha estado y está ahí. Las ideas las aportamos nosotros, pero que eso suene como dios manda es labor de César.
Abre el disco diciendo: esta canción es para decir te quiero… ¿lo decimos poco?
No sé si habría que decirlo más, o si la gente lo dice lo suficiente, lo que sé es que yo necesitaba decirlo, cantarlo bien alto, dedicar una canción entera para ello, tratando de evitar tonterías, queríamos hacer una canción para decir: te quiero.
‘En el brillo de tus ojitos’ es donde os soltáis por una rumbita futurista y caleidoscópica.
Sí, además empezamos con unas letras del poeta José Hierro, uno de los mejores que ha parido este país. Son tres versos del poema Vida, que nos sirven para expresar, acompañados de unos acordes, todo nuestro existencialismo; la vida a veces es maravillosa, pero otras es una mierda, eso es un hecho. Desde aquí recomiendo su impresionante obra.
“Si todo huele a final, me pongo el traje de inmortal” cantas en esa misma canción.
Vivir como si fuese el último día es agotador, prefiero vivir como si fuera inmortal. Con esto quiero decir que no hay que agobiarse; si no lo hago hoy, pues mañana se podrá, vamos a disfrutar de este momento, no corramos tanto para llegar a ningún lado, así que me pongo ese traje de inmortal que me permitirá llegar cuando sea.
‘Que sea a tu lado’ es una que define perfectamente vuestro carácter, una de vuestras especialidades, exaltación del amor y unos acordes preciosos para engarzarlo.
Cuando somos adolescentes no deberíamos hacer canciones de amor. A esa edad estamos influenciados por tonterías románticas que nos llevan a desastres bastante gordos, ¡todos hemos atravesado esos charcos y pantanos hasta donde uno podía meterse! Y con eso hemos ido aprendiendo un poquito, y ahora ya podemos hacer con mejor conocimiento canciones de exaltación amorosa.
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