Doñana: 50 años y las amenazas continúan, ahora una autovía
Hoy en ‘El Arca de la Tierra’, la sección de WWF-España y ‘El Asombrario’, nos detenemos en el fotogénico flamenco: una de las postales más icónicas de Doñana, uno de los mayores refugios de aves migratorias de todo el continente europeo. Un tesoro de biodiversidad. Con flamencos celebramos los recién cumplidos 50 años de este paraíso, cuya conservación está muy unida a la creación e historia de WWF y que ha costado y cuesta mil peleas. Ahora una más: detener la barbaridad del proyecto de autovía Huelva-Cádiz que ha rescatado el nuevo equipo de la Junta de Andalucía.
POR NYLVA HIRUELAS / WWWF-ESPAÑA
Su grácil estilo al caminar, impulsado por unas patas largas y finas, y su largo cuello le imprimen a sus pasos un estilo único y elegante. Observar caminar a una colonia de flamencos rosados adquiere tintes de espectáculo que se torna hipnótico, por momentos, cuando decenas de ellos avanzan al unísono con un sentido casi coreográfico del movimiento.
La singularidad de esta ave emana de su peculiar arquitectura: su cuello y cabeza forman casi una S al revés, y tiene un extraordinario pico invertido que le permite alimentarse de larvas, pequeños crustáceos y microalgas. El flamenco se ha convertido en una de las postales más icónicas de Doñana, uno de los mayores refugios de aves migratorias de todo el continente.
La belleza de estos flamencos y la de millones de aves migratorias que paran en Doñana cada año para criar y descansar en sus largos viajes entre Europa y África atrajo la atención hace 50 años de un grupo de amantes de la naturaleza. Liderados por José Antonio Valverde y con el apoyo de personalidades como Luc Hoffmann, trabajaron durante casi dos décadas para salvarla de los proyectos que buscaban convertir esta joya ecológica en un inmenso campo de cultivos agrícolas o un bosque de eucaliptos y guayules. Amenazas que no terminan: continúan los cientos de pozos ilegales de regadío agrícola que esquilman el agua que le da vida, durante 15 años ha planeado el sinsentido del dragado del Guadalquivir propuesto por la Autoridad portuaria de Sevilla y ahora el nuevo equipo de la Junta de Andalucía resucita la barbaridad de una autovía que circunde el parque nacional para unir Huelva con Cádiz.
La creación del Parque Nacional de Doñana, que cumple 50 años, esconde una de las historias de conservación de la naturaleza más apasionantes y épicas del siglo XX.
Salvar Doñana fue una de las prioridades de WWF. Esta organización nace en 1961, y toma la defensa de las marismas como uno de sus principales proyectos a nivel mundial, movilizando a sus contactos al más alto nivel para convencer a Franco de frenar su destrucción.
Así, en coordinación con José Antonio Valverde y Luc Hoffmann, WWF puso en marcha uno de los primeros mecanismos de financiación (crowfunding que se llama ahora) de la historia de la conservación de la naturaleza, lo que permitió -junto con los fondos aportados por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)- comprar 6.671 hectáreas de dunas, pinares y marismas en 1963 para crear la Estación Biológica de Doñana, más otras 3.214 de marismas salvajes en 1969 para frenar los proyectos de desecación por el norte y dando lugar a la declaración del Parque Nacional. WWF España sigue siendo propietaria de estas tierras en el corazón de Doñana, que son gestionadas por el CSIC.
Gracias a esta última adquisición y a la intervención de diferentes personalidades, solo tres meses después, el 14 de agosto de 1969, fue declarado el Parque Nacional de Doñana, aunque no fue hasta el 16 de octubre de ese mismo año cuando se materializó legalmente la iniciativa de agosto para su creación y se delimitaron las 35.000 hectáreas que forman el corazón de Doñana.
Hoy el mayor reto para el futuro de Doñana es terminar con el robo de agua. El crecimiento descontrolado y, en muchas ocasiones, ilegal, de regadíos a partir de la década de los 80, con la proliferación de más de mil pozos ilegales, ha provocado que más de la mitad de las zonas del acuífero de Doñana hayan empeorado en los últimos 24 años.
Doñana ha perdido más del 80% de sus marismas y el 90% de sus lagunas estacionales desde principios del siglo XX. La mala situación de las aguas está afectando, además, a la supervivencia de importantes poblaciones de aves acuáticas que dependen de la marisma, como la cerceta pardilla. Organismos como la UNESCO, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el Parlamento Europeo y los Defensores del Pueblo español y andaluz han expresado su preocupación por el crítico estado del acuífero.
La clausura de 77 pozos ilegales durante la primera semana de agosto por la Confederación del Guadalquivir, tras varios años de pleitos y la denuncia de WWF España ante la Comisión Europea, ha supuesto un primer gran paso para luchar contra el robo del agua. Sin embargo, aún quedan cientos de ellos que extraen ilegalmente el agua de este espacio y miles de hectáreas que ocupan ilegalmente los montes al oeste de Doñana para producir fresas y frutos rojos.
Doñana es el hogar de millones de aves migratorias y de especies en peligro como el lince ibérico. La reciente decisión del Tribunal Supremo de enterrar el dragado del Guadalquivir –un proyecto de la Autoridad del Puerto de Sevilla que ha estado coleando 15 años– ha supuesto el golpe definitivo para uno de los proyectos más dañinos que amenazan Doñana y ha sentado un precedente muy importante para la conservación de los ríos de España.
Doñana es un símbolo de la conservación, y su destino marcará el rumbo del futuro de la conservación de la biodiversidad en España y para millones de aves europeas. Ahora esta nueva amenaza –el proyecto de autovía- nos hace despertar de nuevo a la pesadilla, no dormirnos y seguir luchando por este paraíso.
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