Drawing Room, la feria que apuesta por valorizar el dibujo y lo pequeño
Entre todas las ferias que se celebran estos días en la llamada Semana del Arte en Madrid, ‘El Asombrario’ se detiene hoy -y recomienda- una de las más nuevas, agradables y cuidadas: Drawing Room, cita con una veintena de galerías que se centra en lo pequeño y en el dibujo. Celebra este fin de semana su segunda edición; estuvimos en su apertura en un blanco espacio en la calle de Velázquez y os ofrecemos un paseo por lo que más nos gustó.
En su estreno el año pasado, la feria de dibujo contemporáneo Drawing Room sorprendió a los visitantes con la exquisitez de su propuesta y la presentación de virtuosos y originales artistas chinos. En 2017, esta feria, dirigida por Mónica Álvarez Careaga, comisaria de arte contemporáneo, productora cultural e historiadora del arte, trae como país invitado a Italia, más una buena selección de 21 galerías, cada una con uno o dos artistas (no más; normas de la convocatoria, para que el encuentro, como sucede en otras ferias, no parezca un zoco). Nueve son galerías de otros países (5 de Italia, 2 de Portugal, 1 de Alemania y 1 de Polonia). Entre los 38 artistas, casi la mitad son extranjeros y 14 son mujeres. Según señaló la directora en la presentación hace un par de semanas, estas son las principales líneas por las que apuesta Drawing Room: «Artistas emergentes que incluyen el dibujo de una manera híbrida en lo que hacen, no solo como parte del proceso creativo, sino como parte fundamental del resultado final. Sobre todo buscamos la valorización del dibujo y de lo pequeño». También cuenta con algunas figuras de reconocida trayectoria como Eva Lootz, Carlos León y Santiago Ydáñez.
Los espacios han llegado bien por invitación, bien a través de una convocatoria abierta. En total, concurrieron 46 solicitudes para esos 21 espacios. Para la selección está el trabajo del comité curatorial, formado por 6 mujeres y un hombre (Juan González de Riancho, propietario y director de la veterana galería Siboney de Santander). Mónica Álvarez destacó la incorporación este año a ese comité de Inmaculada Corcho, directora del Museo ABC de Dibujo e Ilustración, y Elsy Lahner, conservadora de arte contemporáneo en La Albertina de Viena, uno de los máximos referentes mundiales por su colección de dibujos y grabados. En total, ocupan un espacio pequeño, de 500 metros cuadrados, en dos plantas, en el barrio de Salamanca; el mismo del año pasado, por el que se pasaron unas 7.500 personas. Los precios de las obras oscilan entre los 300 € y los 15.000 €. La directora anunció que la convocatoria de 2018 estará dedicada a Polonia, y que están trabajando para organizar una edición en Turín.
En fin, cifras y declaraciones aparte; ARCO, JustMad, ArtMadrid, Urvanity, Hybrid aparte; El Asombrario ha elegido este año recorrer Drawing Room, y esto es lo que más nos asombró, éstas son nuestras seis recomendaciones:
– El trazo tosco, de fuerte personalidad y carga genital de dos artistas belgas: William Ludwig Lutgens (A01 Fine Art Gallery), composiciones cínicas que te explotan en la cara frente al grotesco día a día de las clases medias; y Klaas Vanhee (galería Silvestre; uno de los espacios, por cierto, más atractivos), que, con gran economía y energía de rasgos, plasma cuerpos desnudos de carácter muy expresionista.
– La abstracción geométrica de tres artistas españoles: El minimalismo de Manuel Blázquez (galería Paz y Comedias), que, mediante cortes manuales de carácter milímetro sobre bloques de hojas de papel superpuestas, dibuja el vacío, sugiere estructuras escalonadas y despliega hipnóticos juegos de luces y sombras. Los collages de Regina Giménez (Rodríguez Gallery, con sede en Polonia), que parte de viejos libros escolares con representaciones astronómicas para alcanzar composiciones cargadas de nostalgia y con ecos del universo dadaísta y de las vanguardias rusas de principios de siglo XX, del constructivismo al suprematismo, de Malevich a Sonia Delaunay. Y la cacereña Ana H. del Amo (Set Espai D’Art), que presenta sencillas estructuras geométricas de madera pintada al óleo en frágil equilibrio, más varios delicados dibujos que demuestran cómo a veces, si hay talento detrás, con sólo siete pinceladas se puede conseguir en quien lo observa un efecto de serenidad y evasión mayor que con cien capas de pintura.
– La originalidad técnica de la alemana Edith Kollath (Collectiva Gallery), amante de jugar con la metamorfosis de los materiales. Así, aquí presenta una serie de dibujos de cinta sobre papel negro que componen poéticos estallidos de lo inmaterial y produce la reverberación de efectos fotográficos.
Drawing Room presenta también un apéndice en el Espacio Sin Título de Cano Estudio (calle Alameda, 3): Linee forte, dibujando la provocación, exposición abierta hasta mayo, dedicada a transgresores dibujantes italianos, comisariada por Antonio de Falco, gestor cultural de Bolonia. Ahí vemos también mucho de la genitalidad que destacábamos en los belgas de la sede de Velázquez, especialmente a través de las atmósferas lúgubres y delirantes del artista dark Danilo Buccella y la mirada provocadora y estilo brut de Gilberto Giovagnoli.
Drawing Room se celebra hasta el domingo 26 de febrero. Calle Velázquez, 12. Horario: de 12.00 a 21.30 h., salvo el domingo, que cerrará a las 18.00 h. Entrada: 7 €
No hay comentarios