El arte de elegir un libro
Imagen de cabecera Raquel Rodríguez (*)
Este es un homenaje a los lectores. No son suficientemente reconocidos. Sin lectores no hay libros. A las interminables horas para descifrar los secretos de una narración. A las búsquedas y hallazgos del título adecuado. Al corazón de las historias que se acercan al pecho de un lector. A las formas de lograr ese abrazo. Hay 1807 títulos de literatura de promedio al mes en la mesa de novedades. Hay infinitas formas de elegir un libro.
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Cada vez que entramos en una librería, ponemos en marcha la mayor industria cultural de Europa, por delante de la música, del cine o las artes escénicas. En España se edita mucha literatura. No es de extrañar, en Europa se concentran las empresas de edición más importantes del mundo. El sector cultural español genera el 3,7% del PIB con 41.000 millones de euros al año y ocupa a 625.000 personas, un 3,1% del empleo total. En España, la industria editorial mueve anualmente cerca de 3.000 millones de euros, un 0,7% del PIB, y da empleo directo e indirecto a más de 30.000 personas. El sector del libro ha sido clave en la generación de empleo y productividad. En 2012 se publicaron 21.684 títulos de literatura según el Instituto Nacional de Estadísticas. Eso implicaría que cada mes un promedio de 1807 libros compiten por llegar a las mesas de las novedades y de allí a nuestras manos. ¿Cómo elegirlos?
Decía Pablo Neruda en su poema Para mi corazón basta tu pecho:
Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.
Los versos anteriores bien podrían ponerse en boca de un libro, no el objeto, si no la historia que cobra vida y nos habla antes de que la acariciemos con la lectura. Más allá de los datos necesarios, en los libros lo que cuenta es lo más imperceptible. A veces puede ser una narración para disfrutar como el cine de palomitas; otras, algo más mágico o más serio o quizás más intelectual o más sorprendente, tal vez. O más exquisito o que nos dé un poco de sentido. Hay libros para todos y suele afirmarse que cada uno le llega a su lector a su debido momento. Puede ser. También obra milagros el márketing. Y muchos, la poesía. Pero pasan desapercibidos, al igual que los pequeños destellos de la vida.
Hay lectores que siguen las sugerencias de un crítico en concreto o a más de uno, escuchan a los escritores que aprecian o a los bookbloggers que prefieren. Entramos en el terreno de las recomendaciones. Le otorgamos cierta autoridad a alguien por su dominio literario, su gusto cercano al nuestro – o incluso mejor que el nuestro. Fuere como fuere, dichos prescriptores gozan de cierta “autoritas”. Aumentan nuestro conocimiento e invocan el espíritu original del tutor romano que educa a su pupilo, el que dio lugar al término “autoritas”. Es la mejor opción para quien sienta sed de aprender con guía. Nos sentimos también cobijados por el saber de esa persona y por una cierta garantía de acierto. Lo peor es dar con un libro que nos sepulta. Siempre hay alguien que sabe más que nosotros, que ha leído más, que ha paladeado el plato literario de mejor sabor, que tiene más experiencia, que goza de más lecturas. Los romanos distinguían la “autoritas” de la “potestas”. Quien detiene “autoritas” sabe sugerir, invitar y proponer. Quien asume la “potestas” ordena, manda y admoniza sobre lo que es mejor para nosotros con razones que no nos apoyan sino que le justifican sus intereses. Quizás el profesor que nos exige una determinada lectura se sitúe al filo de ambos espacios, los circunsccritos por la “autoritas” y la “potestas”. El profesor que sabe que ha de cumplir con un terrible programa de lecturas pero que nos explica los posibles beneficios intelectuales hasta que los entendemos y admite cambios se ubica en un punto diferente de la misma confluencia. En ambos casos sigue existiendo nuestro poder de elección, no cabe duda alguna. Y también nuestro derecho inalienable a equivocarnos.
Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.
Pablo Neruda: Para mi corazón basta tu pecho
En el polo extremo se encuentra el libro que pretende ser descubierto. Su portada ha sido tema de diversas reuniones durante meses, incluso sucede con las más horrorosas. El texto de la contracubierta ha sido elaborado o bien por el especialista en la materia, que los hay, o bien por una editora que en otras tantas reuniones ha llegado a establecer las mejores frases que seduzcan al potencial lector. Y sí, utilizo el femenino “la editora”, más que nunca dada la actualidad y porque en el mercado editorial la mayoría amplia son mujeres, me permito la licencia en homenaje a las lectoras también. Volviendo al diseño gráfico, recordemos su función esencial. Se ocupa de todo lo que estamos mencionando y mucho más. Es una disciplina que toma en consideración las características de la percepción visual humana, los elementos simbólicos en sus aspectos formales, la tipografía, la psicología, filosofía y simbología del color, la composición semántica y los recorridos visuales de la portada como imagen y como diseño. Hay muchas cubiertas que podrían ser colgadas como cuadros. Book Cover es una web de origen estadounidense que se dedica a recogerlas en una deliciosa web donde además figuran los datos de los diseñadores de cada una de ellas y se puede realizar búsquedas siguiendo diferentes criterios desde el autor, título hasta artistas que aparecen en ellas.
La cubierta de un libro y su título deben llamar la atención en un lapso de tiempo entre 4 y 8 segundos. Ese escasísimo margen es responsable de que nos fijemos más en un ejemplar. La contracubierta también es importante, aunque nos fijamos en ella después. Su objetivo es conectar emocionalmente con el lector. Para lograrlo nos ofrece la foto del autor, las citas del libro, una sinopsis muy seductora y todo cuanto señale que el camino a seguir es el de llevarnos ese libro de viaje hasta nuestro sofá. La contracubierta es responsable de certezas inefables. No se ha de cansar a quien se pretende seducir, no se deben utilizar demasiadas palabras, no se ha de exigir. Son necesarias apenas unas frases, las palabras emocionales son indicadas, señalar los beneficios que nos reporta el texto atrapado entre las páginas, quizás incluir testimonios. En definitiva, se trata de palabras que enamoren al lector y que le den una idea de que lo que va a leer es necesario. Cada vocablo cuenta y por regla general no han de sumar más de 70 aproximadamente.
He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto, como un viaje.
Pablo Neruda: Para mi corazón basta tu pecho
El cambio más importante lo aporta la Universidad de Valencia con la aplicación Los cuadernos. Con ella se puede ver el contenido del libro en realidad aumentada, animación en 2D y 3D, vídeo y otros contenidos multimedia. Al mirar a través de la pantalla de un soporte móvil, las ilustraciones y textos cobran vida, hay, además, documentales y propuestas de navegación en la red. Otra experiencia se activa cuando colocamos la pantalla táctil delante del libro, aparece una nueva narrativa en la que cada uno puede dibujar su propia historia, tal como se aprecia en el siguiente video :
La aplicación está desarrollada por Unit Edición experimental. Es un colectivo formado por investigadores de la Facultad de Bellas Artes y la Escuela técnica superior de ingeniería informática de la UPV junto a la empresa de comunicación gráfica La Imprenta CG. Unit realiza investigación creativa y son parte de la universidad pública que investiga.
¿Qué es eso de la «discoverability»? Pues algo que se traduce más o menos como «la capacidad de ser descubierto» y que parece ser la palabra de moda entre mucha gente del sector editorial, como si fuera la clave que resolviera todos los males. El caso es que yo venía en mi bicicleta pensando en la trampa de hablar de la «capacidad de ser descubierto» de un libro, en vez de hablar de la «capacidad para descubrir» de las personas. Nuria Sebastián, Editora con carrito.
Y luego está el último grito: la «discoverability», la capacidad de un objeto o un contenido, en nuestro caso el libro, de ser descubierto. Con una ecuación, criterios SEO y elucubraciones mercantiles se nos revelan libros según nuestros gustos. Las opciones que se nos ofrecen ya están calculadas. Un mundo feliz y guiado por opciones marcadas sin opción al error. Bienvenidos inconformistas, soñadores y rebeldes.
Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.
Pablo Neruda: Para mi corazón basta tu pecho
Hay muchas maneras de elegir un libro. Ojalá los lectores de este artículo nos cuenten sus maneras de hacerlo y sus experiencias en los comentarios. Los caminos de las historias son insondables e infinitos. Están los guiños de una película. Están los amigos, los familiares. A veces es un título que se contagia como la fiebre, lo están leyendo casi todos tus amigos y el virus acaba por contagiar. Son libros con los que sudamos, transpiramos más, aumentan el ritmo cardiaco. Los libreros y los bibliotecarios son habitantes de excelentes consejos literarios. Hay libros que leemos porque le gusta a alguien en especial y es nuestra manera de acercarnos a su alma o de conquistarlos o de… Hay libros que surgen en el camino cuando simplemente encontramos y ya no buscamos. Pero tal actitud requiere un estado mental concreto, fluído y sin preconceptos. ¿Qué tal perdernos por una librería con una canción en la cabeza y dejar que nos conduzca hasta un libro? Sentir cómo una historia nos llama es algo muy íntimo. ¿Y si ponemos en nuestra mente la imagen de un deseo o de un ser querido para que nos acompañe en el feliz hallazgo? Perderse en una librería o una biblioteca sin interrupciones, sin móvil ni mp3, nosotros solos en compañía íntima de nuestra alma y dejarla que nos guíe hacia la historia con que reinventarnos. Dejarnos llevar por la intuición, a la deriva, como borrachos de historias que necesitan más. Establecer un acto personal con aquello que nos habla al corazón. ¿O a las entrañas? ¿Al pecho? ¿Desde dónde eliges una historia, desde qué órganos vitales, desde qué sensaciones? ¿Y desde qué recuerdos? Cerrar los ojos, tomar un libro y husmear entre sus páginas. Guarda algún secreto que solo tú, lector, puedes descifrar.
Felices lecturas, trafalgares de poesía, venturosas travesías
(*) DURANTE LAS ENTREGAS DE VERANO de Sardiflor, esperamos contar con las fotos de nuestros lectores. Son imágenes en las que los libros son los protagonistas. La primera fue de @uvejota. La de esta semana pertenece a Raquel Rodríguez @MORGAN82000 Se define a sí misma como creadora de contenidos y DelaRoseLapin. Es blogger, fotógrafa RRSS y diseñadora web. Es una lectora todo terreno que prefiere usar la ironía y sacar partido al estimulante proceso renovador del humor inteligente y el talante crítico.
Comentarios
Por Lili, el 26 julio 2013
Regularmente los libros me los recomiendan otros amigos… algunos me han hecho mejorar otros solo me confundieron un poco…buscando y encontrando… aprendiendo así.
Excelente artículo
Por Sardiflor, el 27 julio 2013
Hola, Lili,
gracias x tomarte tu tiempo para contarnos tu viaje de encuentro con los libros. Espero que la confusión haya sido positiva 😉 a veces son necesarias para acabar de darle vueltas a algo o para bailar 😀 😀 😀
Y muchas gracias por tus amables palabras 🙂
Besos y olas,
Sardi
Por Patricia, el 27 julio 2013
Me gustó el artículo. Es necesario escribir más y agradable en estos tiempos leer algo sobre la lectura y los libros. En la era de la tecnología, los smartphones y los iPad, todo eso sigue siendo incomparable al valor de un libro en papel y a la sensación de iniciar un viaje a través de sus páginas.
Para mi leer es, más que un entretenimiento, un esfuerzo intelectual. Elijo normalmente a autores clásicos, ¡hay tanto que leer que no llega una vida!. Otros los elijen por mi, amigos y sobre todo familiares que me conocen y normalmente aciertan. En cuanto a temas de actualidad, confío en recomendaciones de algunos medios de prensa. Por último, están libros de divulgación relacionados con mi profesión, y de los que tengo referencias a través de los que, como dice el artículo, saben más que yo.
Por Sardiflor, el 28 julio 2013
Hola, Patricia!
muchas gracias por tu comentario y tus palabras elogiosas. Se nota que no paras de leer. Bueno, en tu universo lector siempre es primavera y con árboles centenarios 😉
Un mar de besos y páginas maravillosas,
Sardi
Por Mitch, el 27 julio 2013
Guardado como favorito , Me gusta tu página web!
Por Sardiflor, el 28 julio 2013
Hola, Mitch,
muchas gracias, qué privilegio! Solo una cosita: no es mi página web. El Asombrario es una revista cultural online creada por Manuel Cuéllar. Aquí tienes su historia: https://elasombrario.publico.es/otros/ Los demás somos colaboradores de la magia 😉
Olas de besos,
Sardi
Por El Asombrario & Co., el 28 julio 2013
Mitch. Esta revista es de sus lectores y de todos y cada uno de las y los que la hacemos. Sin vosotros no existiría El Asombrario y sin cada idea, cada corazón detrás de cada propuesta, tampoco. Así que, gracias por leer y por estar.
Fdo: Manuel Cuéllar.
Por Plath, el 27 julio 2013
Es un autor el que te lleva a otro. Un escritor crecio con Conrad o Stevenson. Pero dos pasos mas alla a otros les sucedio lo mismo. Entre ellos percibes briznas, trazos que te cautivan, sigues el hilo y encuentras que dos de tus favoritos adoran a un poeta que jamas habrias leido. Lo haces y en sus versos hallas un nombre escondido, que recuerdas como en un ensayo desbrozaron Calvino o Steiner, o Proust… Sigo sus propias constelaciones, que siempree resultan fascinantes. Bueno, y tratandose de este digital, siempre he saboreado los articulos sobre literatura en el suplemento Cultural de ABC(uno de los mejores, junto al de El Pais y el de La Vanguardia), de Rafael Reig. Aunque suene a prehistorico, guardo recortados en una carpeta, muchos de sus articulos,
Por Sardiflor, el 27 julio 2013
Hola, Plath-Per!
Muy bonito lo que cuentas. Tus autores te dan estrellas y tú dibujas las constelaciones de tu universo lector. Precioso!
Y muchísimas gracias por tomarte tu tiempo para dejarte este comentario tan sentido y que te agradezco mucho.
Saludos a Sylvia, a Ted y a Sure 😉 Mares de besos
Por Jose V., el 28 julio 2013
Atravieso el umbral, me dejo llevar por el olor, la intuición, curioseo hasta que encuentro sin buscar: pura intuición. El márketing me parece un fenómeno importante, fundamental para que un libro llegue a muchos, pero no todo lo que reluce es oro. Me gusta mirar, tocar, dudar, decidir y hasta equivocarme: así busco yo mis libros. Saludos.
Por Sardiflor, el 28 julio 2013
Hola, Jose V,
muchas gracias por tomarte tu tiempo para dejar un comentario. Poca gente hace lo que tú, me gustaría que dieras charlas, cortitas, de unos 45 minutos, en las librerías sobre los recorridos en el fluir del caos del universo de las lecturas 😉 Me imagino a la gente con los ojos vendados agarrados a una estantería y jugando a descubrir en la oscuridad otras formas de luz 😉
Un mar de besos!
Sardi
Por Esteraría Gil, el 11 agosto 2013
Os va a parecer muy poco intelectual, pero confieso que cuando entro en las librerías, sufro los mismos síntomas que en los grandes almacenes de ropa, zapatos, etc.. ME BLOQUEO. Todo me gusta, pierdo el control, todo me interesa.
Cuando empiezo a navegar por las estanterias, me dan ataques y entro en conflicto. A veces tengo que salirme y volver otro día. Suena raro, pero me pasa.
Soy de las que necesita un «Guía». Alguna recomendación para las próximas semanas? :):):):):) alguien ha leído Crónicas Marcianas de Ray Bradbury?