El Columpio Asesino vuelve con un ‘ataque celeste’ a la felicidad obligada
El Columpio Asesino ha sabido mantenerse en sus convicciones durante dos décadas, administrando ellos mismos sus tiempos, así como su fama; esto les ha supuesto ganarse la fidelidad de sus fans y el respeto por parte del gremio. Además de haber ganado en salud y mantener su credibilidad artística intacta, los de Iruña afrontan esta nueva etapa de su carrera con frescura y contundencia, y nuevo disco, ‘Ataque celeste’.
Ataque celeste es su último disco, un álbum de canciones «que giran en torno a la felicidad obligada y al exceso de positividad que se impone en nuestra sociedad de dentaduras perfectas», que se publicó en pandemia y que ahora, casi un año después, comienza a presentarse en directo. El disco en realidad son dos, uno que cumple con el estándar de presentar nuevas canciones y otro, nutrido de remixes de sus temas a cargo de Iñaki Kreator, Oscar Mulero, David Cano y otros tantos.
Los hermanos Arizaleta, Albaro y Raúl, comenzaron el proyecto estando aún en el instituto, les motivaba la música que sorprendía y tiraba pellizcos a las tripas, obras sagradas de Bowie, La Velvet o The Clash. Así pertrechados, con ese peso emocional sobre sus gustos y guiados por la ciega juventud, comenzaron a hacer canciones y a interpretarlas junto a compañeros del instituto, aprendiendo no solo a hacer canciones, también a saber estar en una banda. Fueron años, insistentes años de trabajos precarios e incertidumbre laboral y vital hasta lograr alcanzar su propio estilo, su alquimia. En el año 2003 lanzaban su primer disco, con homónimo título y unas intenciones claras sobre como unir electrónica, pop y rock en un mismo repertorio.
La capital navarra desde siempre ha dado lustre a la escena musical peninsular, de esas tierras siguen saliendo propuestas que más allá de lo interesante, resultan imprescindibles, tal es el caso de El Columpio Asesino. Hemos hablado con Albaro.
Estáis de aniversario, 20 años, en hora buena, ¿guardáis una fotografía concreta de esas primeras semanas en las que decidisteis dar nombre y forma al grupo? ¿Cómo era la escena en Iruña en aquellos días? ¿Era asumible vuestra propuesta o en la ciudad lo vuestro sonaba a chino?
Bueno, en realidad ya llevábamos dando la lata desde el 96. Recuerdo con especial cariño aquel año, uno de nuestros primeros conciertos con El Inquilino Comunista en fiestas del pueblo de la amatxo. El Inquilino se separaba y nosotros empezábamos a balancearnos. Unos entran, otros salen. Es la rueda musical que no para…
Por aquellos 90 había un montón de garitos para tocar. La escena en Iruña estaba a tope y era muy ecléctica, pero sin duda nuestra propuesta era de las más marcianas. No encajábamos en ninguna de las escenas. Para los macarras éramos unos modernos y para los modernos, unos macarras. Tardamos en ser abrazados por la ciudad. Todo fue poliki poliki.
‘Ataque celeste’ es vuestro sexto disco de estudio, se publicó justo antes de la pandemia, puedo imaginar que sois una de tantas bandas que tenían todo un plan cerrado para 2020 y que se vio truncado, ¿cierto?
Así es… Nos pilló con las maletas y los instrumentos en la mano y con un pie en la furgoneta. Empezábamos la gira en México y ya teníamos cerrada una buena lista de festivales y salas. Y, bueno, qué te voy a contar, de un día para otro la tierra se tragó nuestra manera de vivir y ganarnos la vida. Llevábamos tres años trabajando nuestro último disco y cuando llegó la cosecha se echó a perder…
Leo ahora una entrevista que hicisteis para ‘El País’, en febrero del año pasado; ahí abogáis por sacar a relucir la parte contemplativa y dejarse de milongas, que producir todo el rato es otra forma de esclavitud… Y al mes de esa entrevista nos vimos abocados y obligados a esa vida de contemplación… ¡qué caña!, ¿no?
El acto o el ejercicio de la contemplación, si es impuesto u obligado, se convierte en un quehacer perdiendo su sentido. Yo no creo que en el confinamiento las personas se entregaran a la contemplación tal y como yo la veo, sino que encontraron maneras diferentes de explotar el tiempo.
En los seis años que pasaron entre este disco y el anterior, ¿Qué es lo que ocurrió? ¿Trabajáis en cosas que no son la banda para llenar la nevera?
Al finalizar la gira de Ballenas Muertas en San Sebastián nos dimos un tiempo y espacio para nosotros. Cris volvió a la pintura, Dani produjo algunos discos y Raúl y yo montamos el Festival Santaspascuas, que se celebra por Navidad en Iruña. Este año será su sexta edición.
Algunas canciones de ‘Ataque celeste’ han sido remezcladas por destacados nombres de la electrónica. ¿Qué expectativas ponéis cada vez que le entregáis a alguien vuestras canciones para que las remezclen?
Expectativas, pocas. Nos gusta que nos sorprendan y que les den otro latido a las canciones.
Y ya que Fangoria haga una versión debe de ser todo un honor, imagino que es de esas cosas que le alegran a una la semana… ¡y hasta el mes!
Sí, Nacho y Olvido son fans de la banda y hemos coincidido mucho con ellos. Nos sentimos muy honrados.
Y con Love of Lesbian, ¿qué os une?, ¿de dónde sale esta colaboración?… porque os han invitado a participar en su nuevo disco… Sois contemporáneos, imagino que habéis coincidido en diez mil camerinos…
Efectivamente, la relación con ellos surge del roce en tantos festivales. Santi nos dijo que tenía un tema donde se imaginaba a Cris cantando, por ese punto macarra que ella tiene a veces. Nos la pasó y la hicimos. Sin más misterios.
Todos vuestros discos han salido con sellos independientes, nunca habéis trabajado con una grande (Sony, EMI, los dinosaurios), ¿ha habido tentativas? ¿Por qué esa decisión?
Siempre hemos trabajado con los equipos que más nos han querido. Y así será.
Nos han informado de la reedición de vuestros primeros discos, en vinilo, ¿hace especial ilusión?, ¿sois vinileros?
Que reediten nuestros primeros discos siempre es emocionante, claro. Y sobre todo el ver cómo se vende… Yo no soy especialmente vinilero.
Llevar 20 años os posiciona como veteranos, ¿hay relevo en Pamplona?, ¿os consultan las nuevas bandas para saber hacerlo bien?
Siempre hay relevo en las ciudades. A veces tarda en darse más, pero siempre acaba sucediendo. Consejos a las nuevas bandas, pocos. Ha cambiado tanto este circo… Que cometan sus propios errores y que lleguen a sus propias conclusiones; creo que es el mejor consejo.
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