El desnudo Cristo de Velázquez
Con la perturbadora imagen del Cristo de Velázquez llegamos a la entrega número 12 de la serie de verano ‘TEXTOSterona’, recopilación de textos e imágenes en torno al desnudo masculino que ha coordinado el fotógrafo Alexis W. y está publicando este mes ‘El Asombrario’.
POR CARLOS RIVERO
Mi primer acercamiento al sexo lo tuve cuando aún siendo niño se moría alguien. En ese momento nos daban una tarjeta como recuerdo del fallecido. En dicha postal aparecía casi siempre el Cristo de Velázquez u otro en una posición muy extrema, tensado por el dolor.
Yo me ruborizaba, sentía vergüenza y deseo. No entendía cómo nadie se daba cuenta del carácter homoerótico, casi sado-maso de aquellos cuadros. Era lo más cerca que había estado de ver un cuerpo desnudo masculino en sacrificio. Todo ello me parecía perturbador.
A partir de ahí, mi sexualidad se vio siempre marcada por la ambivalencia entre el deseo y la culpa. Tenía que morir alguien conocido para sentir de nuevo entre mis manos el temblor que me producían esas imágenes que me despertaban fantasías ocultas hasta entonces. Creo que solo estaba reviviendo un clásico, el mito de Eros y Tánatos en toda su tragedia.
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Carlos Rivero es artista, nacido y residente en Tenerife, que ha expuesto recientemente en Madrid, La Laguna y Las Palmas. Su estilo expresionista indaga últimamente en la pintura religiosa y los ciclos de la vida.
La revista TEXTOSterona coordinada por Alexis W. se puede adquirir en la galeríaMad is Mad y la librería Berkana en Madrid y en BIBLI en Santa Cruz de Tenerife.
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