El extraño caso Esperanza Aguirre / Vargas Llosa

Esperanza Aguirre y Mario Vargas Llosa. Foto: madrid.org

Esperanza Aguirre y Mario Vargas Llosa. Foto: madrid.org

Esperanza Aguirre y Mario Vargas Llosa. Foto: madrid.org

Una semana para las elecciones municipales y autonómicas. ‘Área de Descanso’ se detiene hoy en la extraña alianza de un buen escritor, Mario Vargas Llosa, y una mala política, Esperanza Aguirre, candidata de la derecha a la alcaldía de Madrid, en aras del liberalismo. «Debo de ser tonto», dice el autor; argumenta que el liberalismo es algo muy distinto a tejer tramas de corrupción, una sobre otra. 

No sé ustedes, pero a estas alturas, cuando apenas falta una semana para que se celebren las elecciones, no tengo claro qué proponen los partidos que aspiran a gobernar ayuntamientos y comunidades autónomas. Y menos aún en el ámbito de la cultura. Los medios nos han contado con qué artistas o escritores se han hecho la foto, eso sí. Sabemos que un sector de la cultura y de la izquierda divina apoya en la Comunidad de Madrid a Luis García Montero. “La poesía al poder” o algo así dijo Sabina, como si el mero hecho de ser poeta le facultase a uno para gobernar. Me pareció interesante el acto de Podemos en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, donde profesionales de la cultura presentaron hasta 82 propuestas. De todas las escenificaciones, sin embargo, la que más me ha llamado la atención ha sido la de Esperanza Aguirre, candidata a la alcaldía de la capital (y perdonen que me centre en Madrid, pero es aquí donde vivo). Con la misma osadía castiza de siempre, Aguirre zanjó el debate alegando que ella no se reúne con representantes de la cultura de tres al cuarto (no es una cita textual), que ella sólo se reúne con artistas como Boadella y con un premio Nobel, Mario Vargas Llosa. Confieso que no tengo una opinión formada sobre Boadella, pero sí sobre Mario Vargas Llosa, un escritor a quien admiro, de quien he aprendido a leer y también a escribir.

La ciudad y los perros y Conversación en La Catedral serían suficientes como para colocar al autor peruano entre los más grandes. Pero es que también ha escrito La casa verde o La Fiesta del Chivo, entre otras novelas, aparte de ensayos, artículos, obras de teatro… La lectura en su día de La orgía perpetua me ayudó a entender de verdad a Flaubert. En España, Vargas Llosa sería aún más admirado como escritor si no fuera por sus posiciones políticas, bien conocidas, pero ya sabemos que el sectarismo es una de las enfermedades que aquejan al mundo cultural. En su obra hay más verdad literaria y humana que en muchos de los sesudos y aburridos ensayos con que algunos de sus críticos se empeñan en ilustrarnos.

Vargas Llosa es un liberal en temas sociales (libertad religiosa, apoyo a la legalización de las drogas, aborto) y un neoliberal en el terreno económico. Lo que quiere decir que en aspectos como el reparto de la riqueza o el papel del mercado se aleja de los planteamientos de algunos de los padres fundadores del liberalismo ético y utilitarista, como Stuart Mill. Como socialdemócrata, no comparto el papel que Vargas Llosa le otorga al mercado ni tampoco sus referencias políticas (Margaret Thatcher). Sin embargo, reconozco la honestidad de un intelectual que ha defendido sus propuestas contra viento y marea. Siempre con argumentos. De ahí que me sorprenda su apoyo a Esperanza Aguirre y vea en ella un referente del liberalismo. Por supuesto, me ciño al terreno político y no al de la amistad.

He vuelto a leer el artículo que escribió el Nobel en El País en septiembre de 2012, cuando Aguirre, entre lágrimas, anunció su despedida de la primera línea de la política para cuidar de sus nietos. El artículo se titula Aguirre, esa Juan de Arco liberal, y ya entonces me mostré estupefacto. En su loa a Aguirre, el autor de Conversación en La Catedral, sostenía: “(Esperanza Aguirre) No sólo ha sido uno de los escasos políticos de convicción de estos años en España; también, uno de los más populares, que más elecciones ha ganado y que, en todos los cargos que ha ejercido —concejala, senadora, ministra, presidenta del Senado y presidenta de la Comunidad—, ha conseguido impulsar más medidas y reformas de corte liberal, gracias a las cuales la provinciana capital de España de hace tres decenios es la metrópoli de hoy día y la región más próspera, menos endeudada, una verdadera potencia industrial y la de vida cultural más rica y diversificada de todo el país”.

No sé si vivimos en ciudades diferentes. Como ha ocurrido en otros ámbitos, diría que Madrid ha resistido a duras penas la polvorienta gestión cultural de los sucesivos gobiernos del PP gracias al dinamismo de una parte de su sociedad civil. El atractivo que aún pueda tener Madrid no se debe a Aguirre si no a pesar del PP, por mucho que ahora ella parezca militar en otro partido. Si por los dirigentes de este partido fuese, no me extrañaría nada que un día propusieran derribar el Museo del Prado para hacer aparcamientos o un centro comercial, que es en lo que han convertido la Gran Vía, por ejemplo. Por desgracia, como ocurre con otras palabras (democracia, libertad), también al liberalismo le han arrebatado sus orígenes progresistas. Ojalá que Esperanza Aguirre fuese liberal porque, si fuese así, Telemadrid (por citar sólo un aspecto), antaño un referente para muchos de quienes empezábamos a trabajar como periodistas, no sería una cadena totalitaria, controlada con mano de hierro; supongo que no tiene mucho que envidiar a la televisión chavista.

Hasta aquí nos movemos en el terreno digamos que ideológico. Pero es que en los tres años transcurridos desde el teatral adiós de Aguirre, hemos sabido muchas cosas. Y ninguna buena. Hablo de las tramas de corrupción que han saqueado los recursos públicos del Estado en Madrid, mientras que algunos de esos ladrones (hablemos claro, como le gusta decir a Aguirre) propugnaban y ejecutaban recortes en derechos sociales, sanidad y educación. Y en muchas de esas tramas, al menos en términos políticos, Esperanza Aguirre tiene una responsabilidad que no ha asumido, algo incompatible con el liberalismo y con la salud democrática. Los casos son tan numerosos y evidentes, llenan tantas páginas de periódico que no voy a detallarlos. A un amigo se le puede perdonar casi todo. A un político, no.

Aguirre no sólo no ha asumido sus responsabilidad, sino que además, con su cinismo castizo, se presenta como la guerrera contra la corrupción. Y lo peor, lo que más me entristece, es que quizás gane las elecciones en Madrid. “Yo no soy tonto”, dice el lema publicitario de una tienda de aparatos electrónicos que se anuncia machaconamente en la radio. Yo debo de serlo.

La figura de Aguirre no sería posible en ningún otro país de nuestro entorno democrático, salvo en Italia, claro. No creo que sea Juana de Arco. Ni siquiera Margaret Thatcher. Ni que sea liberal. En realidad, sólo le encuentro parecido con Silvio Berlusconi.

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Comentarios

  • Nelson E.

    Por Nelson E., el 17 mayo 2015

    Es algo que también me llama poderosamente la atención. Dar aval a un politico con tantos puntos oscuros.Personalmente he seguido aM.VLl desde la década en que lanzó Conversación en la Catedral y le admiro por ello, pero no entiendo su actitud. Somos varios que no entendemos esto por lo que veo.

  • Tovar

    Por Tovar, el 17 mayo 2015

    Gracias por una descripción tan exacta de la Lideresa. gracias también por poner negro sobre blanco la estupefacción que causa ver que una persona tan inteligente, un escritor tan formidable como Vargas Llosa se deje seducir por semejante chabacana bajo sospecha.

    • Manuel Córdoba García

      Por Manuel Córdoba García, el 17 mayo 2015

      La inteligencia no es un bien tan extendido como creemos. Este es un ejemplo de ello. En lo literario puede ser una eminencia, pero deducir que en otros campos lo va a ser, resulta, cuanto menos, precipitado.
      Hay otro caso de escritor español magnífico, premio Nobel incluso, que soltó una cagada monumental sobre los homosexuales. Una vez que salió de la literatura, la erró también y de qué modo.
      Por tanto, conviene matizar en qué campo es inteligente una persona y no generalizar precipitadamente.

  • aguamarina

    Por aguamarina, el 17 mayo 2015

    De Vargas Llosa sólo puedo decir que como escritor no me ha gustado nunca y no entro a juzgar la valía literaria de sus obras. Como persona lleva muchos años en España intentando entrar en la política de los poderosos de derechas(lease PP), y me parece un advenedizo que de cuando en cuando asoma la cabeza a ver si acierta con la definitiva. Su artículo sobre Esperanza es de traca, seamos sinceros, por lo alejado de la realidad y lo que suena a peloteo. De ella, lo más suave que puedo decir es que debería retirarse de una vez por todas, ya hemos pagado bastante por sus «amistades y familiares», sus cargos de confianza o su soberbia inaugurando hospitales sin terminar como para pagar sus chocheos.

  • Arturo Lavalle

    Por Arturo Lavalle, el 17 mayo 2015

    Quizás si el autor del articulo supiera a què sectores politicos apoya Vargas Llosa en el Perú, podría entender el porqué admira y apoya a Esperanza Aguirre.
    El Perú está entre los primeros países de oro, plata, cobre, pesca, etc. Un país de abundantes recursos naturales. Recursos que están en manos de unas pocas familias. Estas familias son dueñas, además, de bancos, aseguradoras, y medios de comunicación. Este puñado de oligarcas se asocian con las oligarquías norteamericana, europea y regionales. Estas familias ponen y quitan presidentes, jueces, etc perpetuando su hegemonía sobre millones de peruanos a quienes han empujado a la miseria extrema, delincuencia, drogodependencia. Sugiero al autor de este articulo que busque información sobre el Club Nacional de Lima. En ese Club se agrupan las familias oligarquicas. Solo como dato inicial, a ese club no pueden asocirase quienes tengan rasgos no caucásicos. Es decir, personas con apariencia indigena, negra, oriental solo pueden entrar a ese club como personal de servicio. En ese Club, la endogamia es casi un juramento.
    A Vargas llosa el Club Nacional es bien recibido allí, muchos de sus amigos son socios de toda la vida.
    ¿Puede extrañar que sienta admiración por alguien como Aguirre? Vayan a Lima, caminen por sus calles, quizás se puedan acostumbrar a esquivar niños pidiendo una moneda para comer, quizás puedan llegar al hotel sin ser asaltado..o peor baliado por algún sicario adolescente. En el Perú, un puñado de familias viene saqueando el país desde hace décadas por una oligarquía sádica. En España, una oligarquia heredera del franquismo hace lo mismos, aunque se nota menos. En Perú y España ocurre lo mismo, un puñado de familias roba a millones de personas, realidad tapada, disimulada por los medios a su servicio.
    Varga Llosa admira y se codea con la misma oligarquia. No es de extrañar.
    Esperando haber dado alguna luz a la duda del autor.
    Un saludo

    • viajero

      Por viajero, el 17 mayo 2015

      +1

    • Gustavo

      Por Gustavo, el 18 mayo 2015

      Firmo todo lo dicho en el comentario.

  • cromapons

    Por cromapons, el 17 mayo 2015

    No se por que nadie entiende el que un b une escritor sea de tendencias fascistas, en su pais lo conocen bien y alli fracasó, pero España es España y aqui los fachas tienen tribuna libra para dar libre expresión a sus ideas. aqui pudimos haber encumbrado a Galeano pero la derecha se cuidó muy bien de elegir a su candidato a intelectual orgánico.

  • Lapuer

    Por Lapuer, el 17 mayo 2015

    Para completar el semblante de persona tan opaca y tetrica, ademas de horrorosamente fea, le ha faltado al autor mencionar como llego a la presidencia de la comunidad, sobornado 2 diputados socalistas (Tamayazo), tambien añadir que con la colaboracion de Zapatero, que metio el rabo entre las piernas y paso por alto este vergonzoso caso de pucherazo, hasta el dia de hoy.

    Tampoco se hace el suficiente enfasis en el hecho de que se despida de la politica y abandone su puesto, sin explicadiones medianamente serias: razones personales y a los pocos meses se presente como candidata al Ayuntamiento. Una jugada grotesca para borrarse de la actualidad cuando se le venian encima el destape de la red corrupta que ella y su equipo habia montado. Explicaciones falsas, falta de responsabilidad politica, mentira sistematica…..

  • antonio perez gonzalez

    Por antonio perez gonzalez, el 17 mayo 2015

    A estas alturas no se que mas se necesita para catalogar y encajar la figura y pensamiento de Vargas Llosa, sino que es una persona de derechas, tratando hace tiempo de meter las narices en la plitica española, que por cierto sera por supuesto a travez del PP, Asique a ver si se quita esa careta de progresista, que de eso o tiene nada. Sobre su literatura no tengo tengo nada que decir, ni le he leido ni le pienso leer.

  • eratostenes

    Por eratostenes, el 17 mayo 2015

    Las dos novelas que cita fueron escritas hace… ¿cuánto?, ¿qué escribió después?. Cierto que un escritor no escribe siempre, indefectiblemente, buenas novelas o ensayos. En cuanto al Premio Nobel, hay de todo, desde escritores buenos a escritores elegidos por su postura política, por tanto la calidad varía. Un premio como Echegaray ¿quién lo recuerda?, ¿lee alguien todavía a Pearl S. Buck? y podíamos seguir.
    A mí Vargas Llosa me parece un «instalado», satisfecho y dándoselas de british gentleman liberal. Pero con un argumentario bastante vacío.

  • Enriquelon

    Por Enriquelon, el 17 mayo 2015

    El carácter «radicalmente liberal» de Vargas Llosa es uno de los mitos más arriagados en el ámbito cultural del estado español, incluidos los espacios progresistas – no así en América Latina, donde estamos acostumbrados a soportar sus «diatribas por la libertad» de mano de torturadores y ex dictadores. Probad a investigar también sus en América Latina: tiene una larga agenda de reuniones y alianzas políticas con la ultraderecha más cavernaria, y comparte sus deseos de acabar con la accidentada racha democratizadora que vive la región desde hace una década.

  • mozote

    Por mozote, el 17 mayo 2015

    Vargas es un resentido de la política que fue defenestrado en su país de origen al no poder engañar a nadie de sus postulados capitalistas. En España, en el momento que se sale de su profesión, escritor, es un fabulador que trabaja para el PP y huele que apesta.
    La Espe, una franquista de extrema derecha que se hace pasar por liberal, ha evolucionado de la categoría de inmoral a la de amoral.
    Ambos, tratando de cobijarse bajo el camuflaje del liberalismo, son tal para cual: facherío puro y duro.

  • Alberto Moll

    Por Alberto Moll, el 17 mayo 2015

    Perdone, Sr. Morales, mi ignorancia, pero no había tenido hasta ahora el gusto de leer nada de usted.

    Imperdonable fallo por lo que veo, pues esta artículo suyo me ha parecido francamente magnífico.

    Le felicito efusivamente y prometo en lo sucesivo seguir leyéndole en lo posible.

  • Juanjo

    Por Juanjo, el 18 mayo 2015

    Vargas Llosa defiende el liberalismo económico como una manifestación consecuente del liberalismo político. Así acabó Perú bajo su mandato (el mérito del FMI también hay que reconocerlo, como está sucediendo en Europa). No soy un intelectual como él, la verdad es que a su lado seguramente seré un cenutrio, igual es que por eso me cuesta ver la «relación natural» entre ambos liberalismos.
    El caso es que la única manifestación política de dicho liberalismo económico en España es Esperanza Aguirre. Ella pertenece a la rama ultraliberal del PP, Thatcher es su referente y pertenece de vez en cuando a Bilderberg.
    Son una extraña pareja, pero no tanto. Es un poco Alaska y Mario; No se definen abiertamente propeperos pero se dejan ver con ellos, se dejan mimar por sus «caricias»; Que si te abro una biblioteca con tu nombre, Que te hago un ciclo de teatro con tus obras…
    Algún dia me animaré a leer sus obras; tengo un muro bastante más duro que la ideología política que me lo impide. La visión de la homosexualidad de Roger Casement en «El viaje del Celta», por lo que he podido leer de algunos extractos no es para nada la del protagonista (los diarios negros no sugieren un conflicto interno en su homosexualidad ni mucho menos disforia de género), sino más bien la de la sociedad que le tocó vivir.
    Algún dia lo leeré, pero lo que es hoy no.

    • Juanjo

      Por Juanjo, el 18 mayo 2015

      Anda también que me he cubierto de gloria, no mencionar un título de Mario Vargas Llosa a derechas (lo que tiene escribir antes de desayunar…). La obra es el sueño del celta. Mis disculpas. Como decía; un cenutrio (yo).

  • miliciano astiz

    Por miliciano astiz, el 18 mayo 2015

    Hace mucho que Vargas Llosa dejó de ser un escritor notable e interesante. En su último–que yo sepa–ensayo, La civilización del espectáculo, además de utilizar una noción de espectáculo de origen situacionista que no comprende en absoluto, se queja hipócritamente de la trivialización del concepto cultura cuando es precisamente su ideología liberal la responsable de su transformación en industria del entretenimiento tan íntimamente ligada al capitalismo actual. Como la jefa de la Secta Esperancista desea el adelgazamiento del Estado sirviéndose de él.

  • Clara Obligado

    Por Clara Obligado, el 20 mayo 2015

    Muy buena nota, Javier. En cuanto a la divergencia entre la obra y la personalidad de un autor, o sus ideas, eso es el pan nuestro de cada día, o de cada biografía. Artistas que son progresistas en sus ideas políticas, y refractarios a la modernidad en su obra, como pasa tambén muchas veces. En este caso es cierto que cuesta relacionar a Vargas Llosa con Aguirre, pero vete tú a saber qué historias se tejen fuera de los periódicos. Olvidará la historia al Vargas Llosa político, que es impresentable, y lo recordará por sus magníficas obras.

  • Jesús

    Por Jesús, el 22 mayo 2015

    Excelente artículo. Una de las razones de la excelente relación que mantienen Aguirre y Vargas Llosa es el dinero que este se ha llevado de la Comunidad de Madrid, cuando Aguirre era presidenta. Esta le contrató para dar una serie de conferencias como cierre de congresos y otros actos de diversa índole por unas cantidades exhorbitantes. Lo sé porque yo trabajaba en el organismo al que se imputaron las facturas de las conferencias.

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