En Madrid todos los gatos leen
Los amantes de los gatos no pueden dejar de leer este artículo, porque encontrarán muchas buenas pistas para la felicidad humana y felina: de webs, de ONGs, de libros... Y de cafeterías. En Madrid, en Lavapiés, ha abierto La Gatoteca, la primera cafetería felina de España. Porque un sitio para leer no es un lugar cualquiera. Y si es con gatos, depende del ritmo del infinito y de dos nombres. Es otra forma de acercarse a los libros. Y entre bigotes, quién lo diría.
Hay un lugar en Madrid que invita a los gatos a leer. Está en el barrio de Lavapiés. Pero para llegar hasta allí necesitamos viajar en el tiempo y el espacio. Todo comenzó con un niño al que la lectura se le resistía. Ocurrió hace 10 años en Birdsboro, Pensilvania, Estados Unidos. Su madre, Kristi Rodríguez, trabajaba en la protectora de animales local. Se acercaban los exámenes y su hijo no pasaría de grado. Lo llevó al refugio. Prefería que se quedara en la zona más tranquila. El niño empezó a leer. Y los gatos se fueron acercando. Cada vez eran más a su alrededor. Y el niño decidió leerles a ellos. Se obró el milagro. Al enterarse, más madres llevaron a sus hijos a leer a los gatos. Luego los niños invitaron a otros, llenaron el pueblo de anuncios. El milagro seguía ocurriendo: los niños leían cada vez mejor. Su rendimiento escolar mejoraba. La universidad de Pensilvania se interesó por lo sucedido. Los expertos concluyeron que los niños se relajaban y se concentraban mejor. Las claves de lo sucedido residían en la oxitocina y en los ronroneos.
Volvamos a Madrid. Y a un bar de gatos donde se monitorizan grupos de lectura para niños. Muy cerca del Museo Reina Sofía se encuentra la Gatoteca, la primera cafetería felina de España, en el número 28 de la calle Argumosa. No se trata de una rareza. Los gatocafés nacieron en Taiwán en 1998. Abundan en Japón, donde el gato es el animal de la suerte por excelencia. Llegaron a Europa en 2012, el primero fue en Viena. La Gatoteca se diferencia de todos ellos porque su objetivo es social. Pretenden educar sobre este animal y dar en adopción a los callejeros que rescatan a través de la Asociación Abriga (Asociación Benéfica por el Rescate e Inserción de Gatos en Adopción).
España es el país con mayor índice de abandono animal en Europa. Cada día se desatienden 400 mascotas. Hay un animal deshauciado cada 2,7 minutos. Suman 150.000 al año. El papel que cumplen ONG como Abriga y los voluntarios de toda España es fundamental en un país que se distingue por la escasez de infraestructuras adecuadas. Eva Aznar es la tenaz impulsora de la Gatoteca. Todos los gatos que se encuentran allí son muy sociables. Tienen, como señalara T. S. Elliot, dos nombres. Uno por el que se dejan conocer por todo el mundo: Leo, Rebeca, Valentina, Shiba, Zoe, Eric, Shiksa, Odín, Hydn, Jade y Duna. Y el otro nombre, obviamente, es secreto, más digno, les permite alardear de sus bigotes. Es el nombre que ningún humano puede obtener ni pretender averiguar jamás. T. S. Elliot lo cuenta en El libro de los gatos habilidosos del viejo Possum: “Cuando usted nota un gato en meditación profunda / La razón, le digo, es siempre la misma: / Su mente se dedica a la contemplación / Del pensamiento, del pensamiento, del pensamiento de su nombre: / Su efable inefable efinefable / Nombre singular profundo e inescrutable”. Él será quien decida revelar su nombre junto a su entrega y nos sentiremos elegidos, únicos e infinitos.
El funcionamiento de la Gatoteca es similar al de otros establecimientos de este tipo que ya se encuentran en Londres, Nueva York, Viena, París, Tokio, Berlín y tantas otras ciudades. Hay un precio fijo por hora, 6 €, y otro por 30 minutos, 4 €. La primera consumición está incluida y luego se ofrece la voluntad, en caso de bebidas no alcohólicas. Se vigila la cantidad de personas que pueden entrar. El lugar es tranquilo, ideal para trabajar. Los horarios son muy amplios, de 10.30 a 22.30 h. Los voluntarios se ocupan de que la experiencia sea la más placentera para humanos y gatos por igual. Reciben a cada visitante, indican cómo relacionarse con los mininos y asesoran en el caso de que se quiera adoptar. Organizan charlas para entender cómo comunicarse con un gato, cómo educarlos, además de talleres de yoga felino. Y se ocupan, cómo no, de que los niños lean con los gatos, se relajen y se concentren. Junto con Soulcan realizan tanto intervenciones terapéuticas como actividades educativas y de ocio con grupos muy distintos de todas las edades.
Hay factores determinantes en el éxito de las lecturas con gatos. Empecemos por el ronroneo. Elizabeth Von Muggenthaler y Bill Wright son especialistas mundiales en bioacústica del Instituto de Investigación de la Fauna en la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos, y han descubierto que la frecuencia de los ronroneos se sitúa entre 25 a 40 hercios por segundo. Se trata de una frecuencia terapéutica. Aumenta la densidad ósea, alivia el dolor de huesos y de músculos. Además, produce un efecto antiinflamatorio y facilita la curación. El ronroneo nos beneficia por igual a humanos y gatos. En efecto, ellos lo utilizan para demostrar que son felices y además para proteger a las crías, para calmarse cuando sienten miedo y curarse cuando están heridos. También se ha probado que cuando estamos junto a un gato que ronronea, nuestra presión arterial se ralentiza.
Hay un segundo factor: la felicidad animal. Los últimos estudios sobre las consecuencias positivas de perros y gatos en nuestras vidas (Journal of Personality and Social Psychology, American Psychological Association, 2011, Vol. 101, No. 6, 1239–125) demuestran que benefician la vida de los humanos física y psicológicamente porque nos arropan y porque son un punto de apoyo social, algo cada vez más determinante en factores de estrés, enfermedad y mortalidad. Gatos y perros se encargan de que recibamos gratificación instantánea cuando en un momento dado no hay nadie cerca que nos acompañe, cuando falla la interacción social más cercana e inmediata. Gatos y perros en tales momentos cumplen la función de nuestro mejor amigo. Provocan que nos sintamos cobijados.
La felicidad se puede detectar químicamente. Un análisis de sangre es suficiente para verificar el nivel de oxitocina. Es una hormona fundamental para entender las relaciones y los vínculos de cariño y amorosos. Varía con la amabilidad, la compasión y el amor. La oxitocina aumenta en un porcentaje muy elevado cuando un niño nos abraza, el perro juega con nosotros o un gato ronronea a nuestro lado. Si además estamos con animales a lo largo de la vida, el aumento de oxitocina será cada vez mayor. Entre los animales esta hormona también se muestra para mostrar si entre ellos son amigos y felices. Así lo ha demostrado el profesor Paul J. Zak en varios estudios sobre la oxitocina realizados en los laboratorios de la Universidad de Claremont, en California, Estados Unidos. Como la oxitocina puede demostrar nuestra empatía y bienestar hacia los demás, el profesor Zak la ha rebautizado con el nombre de “la molécula moral” .
Las conclusiones de sus hallazgos muestran cómo afecta diferentes aspectos del comportamiento humano y económico, la psicología, la neuroeconomía, el autismo o la crisis actual porque incide en la toma de decisiones. Y se pueden consultar en su libro La molécula de la felicidad: el origen del amor, la confianza y la prosperidad, editado en 2012 por Urano. Quien necesite más información específica sobre los efectos positivos de las mascotas o cualquier tema relacionado con perros y gatos, recomiendo especialmente los artículos de Eva San Martín. Sobre zooterapias también es interesante el artículo de Rita Abundancia. Y para estar informados sobre la actualidad del mundo animal en España, la gran referencia es El caballo de Nietzsche.
Hay lugares que invitan a leer. Se caracterizan porque el tiempo pasa sin pesar. Leer contra la urgencia y la huida de las horas. Leer más allá de todo. Leer al ritmo de un gato. No es de extrañar que muchos escritores prefieran estar junto a estos felinos, su alianza es antigua. Hemingway es el nombre de un tipo de gato que está protegido por su fundación . Son cómplices discretos. Su silencio es respetuoso. Leer entre murmullos de agua o ronroneos, tomarse unas vacaciones de este mundo, leer y deambular por la eternidad en felino equilibrio. Como si tuviéranos siete vidas y el mundo fuera infinito. La felicidad no se puede dividir y tampoco entre gatos y perros. La felicidad simplemente ocurre. La lectura también es indivisible. En sitios como la Gatoteca se demuestra que los libros y los gatos y las personas nos cobijamos mutuamente. Pero el abandono señala en otras direcciones. Algunos gatos reaccionan con tal tristeza si pierden su hogar que deciden dejar de comer, sus niveles de oxitocina descienden de forma alarmante y sólo vuelven a ingerir alimentos por voluntad propia cuando se encuentran en uno nuevo.
Por suerte, de todo lo mencionado anteriormente y de mucho más se encargan voluntarios en toda España que necesitan el apoyo de la buena gente que pueda hacer difusión, poner un cartel, donar mantas en invierno, hacer un clic y otro sobre un anuncio de adopción. Cobijémonos. Démonos refugio. La ONG Abriga y la Gatoteca se ocupan de que todos vivamos un poco mejor. Locas felinas es un grupo de voluntarias que atiende desde hace muchos años a todas las protectoras del territorio español sin imponerse límites de espacio ni de tiempo, su labor es encomiable y puede comprobarse en su web. Amparémonos y leamos juntos: humanos y animales, intentando que cada día ilumine al menos una posibilidad de un mundo mejor.
Felices lecturas, mucho cobijo, toneladas animales de oxitocina.
Comentarios
Por Bama, el 15 diciembre 2014
Así me aprendí la Guerra de los Cien Años, leyéndosela a mi gata, ojalá tengan mucha suerte me encanta la iniciativa
Por Sardiflor, el 15 diciembre 2014
Querida Bama,
¡Qué bueno! Gracias por compartir esta experiencia. Yo creo que a la Gatoteca le irá bien, la veo crecer y además su creadora, Eva Aznar, me parece que hace las cosas de forma muy profesional. No le ha sido nada fácil llegar hasta aquí. Ahora lo que importa también es dar hogar a tanto animal abandonado, que como comento en el texto es 1 cada 2 minutos y 7 segundos.
¡Besos y ronroneos!
Por Ana Gallego (amicsgatsfloresta), el 15 diciembre 2014
Mil gracias por este artículo, que compartiré, por supuesto. Hace falta artículos como este para que la gente tome conciencia de que los animales son beneficiosos para los humanos. Os animo a que améis a los animales, yo lo hago: tengo 11 gatos en casa, mi asociación que defiende los animales en mi pueblo, soy miembro y difusora en Locas felinas,socia y voluntaria en el refugio APAO del Cervelló (Barcelona)…y SIENTO QUE SOY MUY FELIZ.
Si quieres comprobarlo adopta un animal que lo necesita, eso sí, ha de ser una decidión muy meditada y cuidarlo toda la vida.
Saludos
Ana
Por Twittera manchega, el 15 diciembre 2014
Lectura y amor por los gatos. Qué dos buenos valores para nuestros niños, son el futuro al que hay que mirar con esperanza de cambio, especialmente en cuanto a la protección animal se refiere.
Como Ana también son miembro de la gran familia de Locas Felinas y te agradecemos enormemente tu mención así como el cariño que nos demuestras cada día en Twitter y del que soy testigo directa 😉
Cada gato que ayudamos, y también por el que sufrimos, me hace mejorar cada día como persona, además de saber que lo que hacemos suma un granito de arena a ese cambio que comentamos y que estoy convencida que llegará tarde o temprano.
Un fuerte abrazo.