“Es un orgullo hacer música con instrumentos hechos de latas”
Tres generaciones de luthier avalan el arte, que no solo artesanía, de hacer instrumentos musicales de calidad con hojalata, o casi. Fernando Solar lleva nombre y apellido de una marca que es una referencia en el mundo de la música clásica desde hace décadas, tantas como las que van desde su abuelo, también un Fernando Solar, hasta nuestros días. Un buen día, hace 10 años, este artista de la madera vieja recibió una extraña llamada. ¿Querría hacer instrumentos con materiales rescatados de la basura? Se estaba montando la Orquesta de la Música del Reciclaje Cateura, fundada por Ecoembes, y necesitaban un maestro capaz de sacar de los desperdicios unas notas musicales. Desde entonces es un proyecto que no ha dejado de crecer. “Pasamos de hacer violines para la Orquesta Nacional de España o la de RTVE a tener como clientes a niños que se iniciaban en la música; para mí es un orgullo conseguir hacer música con latas”, nos cuenta en esta nueva entrevista circular, la última de 2024.
Esta semana, el jueves 26 de diciembre a las 19.30 horas, en el Teatro Príncipe Pío de Madrid, la orquesta Cateura ofrece su ya tradicional concierto navideño. Y lo hará con un invitado muy especial, nuestro rockero universal Miguel Ríos. También con un fin solidario: toda la recaudación se dedicará a la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL) de Valencia, para los damnificados por la dana del 29 de octubre. Hoy queremos conocer mejor a su luthier Fernando Solar.
¿Qué pensó cuando le llamaron para proponerle fabricar instrumentos a partir de basura?
Me gustó mucho la idea desde el principio. Conocía ya a la orquesta gemela que existe en Paraguay, que fue la que inspiró a Cateura, y me atrajo el reto. Salir del ámbito de los barnices y virutas en el que vivía para hacer algo muy distinto que, además, implica a niños y adolescentes es estupendo.
¿Es difícil darles forma a estos instrumentos para que suenen bien?
Al principio utilizaba solo envases que adaptaba según su forma a una caja de resonancia, y casi cualquier cosa valía, pero con el tiempo hemos ido haciendo cambios. Ahora tratamos de asemejarnos más a los tradicionales, usando latas de refresco sobre todo. Adaptamos las formas y usamos piezas de instrumentos rotos, además de tenedores, sumideros, etcétera. De hecho, utilizamos los restos que acaban desechados en nuestro taller. Al final, el resultado es muy llamativo. Y con mucho colorido. El sonido es distinto al de uno profesional, claro, pero suenan bien para los chicos y chicas de la orquesta, a quienes se les da la oportunidad de aprender. De hecho, ya tenemos a uno de ellos en el conservatorio.
¿Hay alguna pieza de la que se sienta más orgulloso por su sonido?
En realidad, no. Sí que es más difícil hacer instrumentos de viento que de cuerda. Uno de los más llamativos es un contrabajo en el que se utilizaron hasta 100 latas de refresco. El principal reto como luthier se me planteó al cuarto año, cuando me pidieron instrumentos que sonaran mejor que los que hacía hasta entonces, porque los chavales mejoraban. Y se intentó. Estos días hemos tocado en el Auditorio Nacional y es un orgullo verlos en escena con profesionales como los de la Orquesta de RTVE.
¿De dónde sacan el material? ¿Buscan algo especial o cualquier cosa vale?
Lo traen los miembros de Cateura o nos lo dan amigos y familiares. En campañas LIBERA de limpieza también recogemos latas de la naturaleza. A veces, me hacen peticiones de colores y hay que seleccionar. Recientemente, una chica me pidió que su instrumento llevara los colores de la bandera gitana, porque es de esa etnia. Otros me piden un color e intento cumplir. Desde que comenzamos, ya he hecho más de 100, porque acaban por romperse, pero es un gusto ver el cuidado que tienen de su instrumento. Y luego está el significado, porque se pone en valor el reciclaje de los materiales. Aquí lo viven de cerca y están muy concienciados.
¿Cuál cree que es el principal reto ambiental al que nos enfrentamos?
Para mí es la reducción del consumo y, por tanto, de la basura. Si no vamos por ahí, todo irá a peor, encima con el cambio climático. Es preciso concienciar de que no podemos generar más y más residuos.
¿Cree que esta concienciación ambiental está calando en la gente joven?
Si hablamos del reciclaje, en las casas sí veo que la gente de todas las edades separa la basura, pero nos falta mucho aún por hacer. Cuando se oye hablar de economía circular, no sé si se conocen el concepto como tal, pero ciertamente se ven cada vez más tiendas de ropa de segunda mano o de muebles hechos con materiales reciclados. Mi taller está en Malasaña, en Madrid, y toda la calle está llena de esta clase de comercios. Eso es esperanzador.
¿Qué prácticas ambientales pone en marcha en su día a día?
Por supuesto, el reciclaje. Pero, además, intento consumir pocos envases, como esos que nos venden ahora en los que ponen tres manzanas. Hay muchos plásticos absurdos de los que podríamos prescindir y se avanzaría. Soy de los que creen que un grano solo no cambia nada, pero millones se convierten en una gran playa. Eso es un reto social que tiene la sociedad con el medio ambiente.
¿Quién le inspiró para desarrollar su conciencia ambiental?
Mi padre, al que siempre le gustó mucho la naturaleza y nos enseñó a disfrutarla. Siempre me chirrió ver en lugares increíbles restos de basura, latas de bebidas. Si te gusta la naturaleza y la ves así, hay que hacer algo. Cuando estuve en Nepal haciendo trekking me quedé perplejo de la cantidad de basura que había tirada por todos los lados. No tienen cómo reciclar nada. Lo único que hacen es quemar el plástico, pero eso no es solución. Habría que cooperar más con estos países para ayudarles con la gestión de sus residuos.
¿Un músico al que, como a ti, le inspiró la naturaleza?
El primero que me viene a la cabeza es Antonio Vivaldi y sus Cuatro estaciones. Está claro que se inspiró en ella. Y hay muchos más.
¿Un lugar al que le gusta regresar para escabullirse del barullo de la ciudad?
Cualquiera en contacto con la naturaleza. Me gustó mucho Nepal, pero he recorrido muchas montañas. Alpes, Pirineos… y más cerca, la sierra de Guadarrama, la Maliciosa, el monte Abantos… Me gusta también llevar a mis niñas para que lo disfruten.
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Por Noticias musicales de diciembre de 2024 | Beckmesser, el 26 diciembre 2024
[…] EL ASOMBRARIO: “Es un orgullo hacer música con instrumentos hechos de latas” […]