El desbloqueo / Concurso de escritura de la Escuela de Escritores + El Asombrario

Por Javier Morales, el 30 de septiembre de 2015, en concurso

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Foto: Pixabay.

Hace un par de semanas, cuando se inició este blog, el director de la Escuela, Javier Sagarna, aseguraba, con razón y argumentos, que es posible aprender a escribir y que este blog quería facilitar y estimular a los lectores para que dieran el salto y comenzaran a narrar sus propias historias. Pues bien, ha llegado el momento de ponerse manos a la obra.

Salvando las distancias, siempre he pensado que la práctica de la escritura se asemeja mucho a la del deporte. Hay que comenzar poco a poco, ser perseverante y marcarse objetivos asumibles a corto, medio y largo plazo. Y como en cualquier deporte, si hace mucho que no lo practicamos o, como suele ser frecuente, es nuestra primera vez, es importante que aprendamos a calentar y a desengrasar los músculos. En el caso de la escritura, debemos desengrasar nuestra creatividad. Sin embargo, tanto entre los escritores más veteranos como entre quienes empiezan en el oficio, a veces nos asalta el bloqueo creativo, el miedo a la página en blanco.

Como asegura el escritor y profesor Enrique Páez en su manual de escritura creativa (que sirve como base para los alumnos de la Escuela de Escritores): “Los hay que no lo sufren nunca (son pocos), y los hay que luchan contra él toda su vida”. Y nos recuerda una anotación de Kafka en su diario: “7 de junio. Mal día. Hoy no he escrito nada. Mañana no tendré tiempo”. Si alguien como Kafka, alguien que revolucionó la literatura del siglo XX, tenía esos momentos quebradizos y llenos de duda y parálisis, ¿por qué no vamos a permitírnoslo el resto de los mortales?

Páez acierta al señalar que en todo escritor, veterano o en ciernes, habita un Doctor Jeckyll y un Mr. Hyde, el crítico y el creador. Ambos son complementarios, incluso se necesitan, sin duda, pero no debemos permitir que el crítico anule nuestra faceta creativa. De lo contrario, nunca escribiremos nada. Si de entrada nos ponemos metas demasiado altas, es muy probable que el resultado de lo que hagamos nunca responda a nuestras expectativas y que esta frustración acabe bloqueándonos.

“Las expectativas excesivas son las culpables de casi todos los bloqueos creativos. Querer escribir la mejor página de la literatura española, el mejor poema, el mejor relato. Lo imaginamos ya en las antologías, nos vemos premiados una y mil veces. Y de esta manera no se puede escribir un buen texto. La página sigue en blanco, y mientras siga en blanco cabe la posibilidad de que sobre ella se escriba la mejor página de la historia. Mientras siga en blanco, aparentemente nadie puede negar que eso es posible. Ese es uno de los principios del bloqueo. Pero como los extremos se tocan, podemos afirmar sin lugar a dudas que sea cual sea el texto que escribas, siempre habrá uno peor que el tuyo: la página en blanco”. Así de contundente se muestra Páez.

¿Qué hacer, pues, cuando nos sentimos bloqueados? En primer lugar es urgente que bajemos nuestras expectativas, lo que no implica ni mucho menos que vayamos a ser peores escritores. Lo que sí implica es que vamos a tomarnos las cosas con calma. Y, en segundo lugar, a semejanza de lo que hablábamos al principio de esta entrada respecto al deporte, disfrutemos con lo que hacemos, recuperemos la sensación de placer y de juego de la escritura. Cuando uno juega, siempre quiere hacerlo mejor, evidentemente, pero el impulso para jugar tiene mucho que ver con el placer de hacerlo. No nos pongamos metas antes de tiempo.

“Los escritores que desean recobrar ese espíritu jubiloso del que extrae su energía el duro trabajo de la empresa creativa deberán tener la humildad de reconocer, ante todo, que quizás se hayan olvidado de jugar. Por suerte, no es tan difícil volver a aprender. Simplemente hay que comenzar a pensar como un niño”, asegura Victoria Nelson en El desbloqueo del escritor (Editorial Península), un libro por otro lado muy recomendable tanto para quienes padecen bloqueo como para quienes nunca han tenido problema con la página en blanco.

Y como en cualquier juego, para poder disfrutarlo hay que perderle el respecto. Haz lo mismo con la escritura. Desdramatiza, piérdele el respeto también. Y escribe. Escribe. Escribe. Lo que sea. La lista de la compra. Lo que has hecho durante el día. Lo primero que se te pase por la cabeza. Y déjate guiar por quienes ya han empezado a jugar.

Ahora te toca a ti. Participa en el concurso de escritura de la Escuela de Escritores/El Asombrario

Para incitarte a escribir, te proponemos un concurso mensual, que siempre estará relacionado con la clase técnica impartida en este blog. A diferencia de otros concursos, lo importante será escribir un texto, no necesariamente un relato, que se ajuste a la clase teórica. Con nuestra primera propuesta queremos animarte a que superes el miedo a la página en blanco y comiences a escribir (recuerda que la peor página es aquella en la que no escribimos nada). Te proponemos que en un máximo de 500 palabras escribas un inventario caótico de cosas que te gustan y cosas que te disgustan de forma que la combinación de todas ellas sirva para retratarte como un personaje literario. El texto ganador se publicará en el blog el 29 de octubre y su autor podrá disfrutar de un mes gratis en cualquiera de los cursos que ofrece la Escuela de Escritores.

Para enviar tu texto, pincha aquí

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