Este es un calendario distinto: científico, paritario, diverso e inclusivo
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El calendario científico-escolar 2025.
En un momento en que la ciencia más básica parece que se cuestiona y que vivimos momentos de incredulidad que recuerdan a muchos siglos atrás, conocer a científicas y científicos cuyos trabajos han permitido grandes avances sociales es esencial para recuperar el prestigio de la investigación y crear vocaciones entre los adolescentes. Ese es el objetivo del calendario científico que promueve el Instituto de Ganadería de Montaña (IGM), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de León (ULE), y ya van por el sexto año.
“Nuestro objetivo es que sea un calendario paritario, diverso e inclusivo con el que ofrecer modelos referentes al alumnado de primaria y secundaria y en el que se recogen aniversarios de áreas científico-técnicas lo más variadas posible”, explica Pablo Gutiérrez Toral, investigador del CSIC y coordinador del proyecto.
El calendario se puede descargar Calendario Científico Escolar 2025 y está disponible en castellano, catalán, gallego, euskera, valenciano, aragonés, asturiano, inglés, portugués, árabe y esperanto.
Como ejemplo de lo que es, vamos a repasar el mes de enero que estamos a punto de consumir. En un mes así nacieron destacadas científicas, como en 1768 Amélie Le Français de Lalande, matemática y astrónoma; en 1888 la fitopatóloga y microbióloga Maria Petronella Löhnis, que estudió las enfermedades de la patata; en 1925 la estadística Annie T. Randall, que estudió la relación entre los cambios fisiológicos cerebrales y las capacidades psicológicas y síntomas psiquiátricos en la edad avanzada; y en 1928 la física Mary Almond, que trabajó en paleomagnetismo.
También hay investigadoras españolas relevantes nacidas en enero como en 1916 la arqueóloga María Josefa Jiménez Cisneros, que elaboró la primera carta arqueológica de Cádiz e investigó yacimientos gaditanos que van desde la época púnica a la musulmana. En enero de 1923 nació la química Aurora Sampedro Piñeiro, cuyas aportaciones destacan en los campos de la nutrición y la automoción. En 1952 nació la viróloga María Guadalupe Guzmán Tirado, que ha investigado la patogénesis, el tratamiento y la prevención del dengue. Y en 1957 nació la geóloga marina Belén Alonso, cuya investigación se centra en los valles submarinos y fondos oceánicos, contribuyendo de manera destacada al conocimiento del entorno marino.
Entre las más jóvenes se encuentran la bióloga Lubna Hamid Tawfi q Tahtamouni, que nació en 1976 y es conocida por sus trabajos sobre el cáncer de mama y por su activismo para que las chicas del mundo árabe desarrollen carreras científicas. Y la genetista Maryam Matar, nacida en 1975, fundó la Asociación de Enfermedades Genéticas de los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y desarrolló nuevas pruebas para la detección de mutaciones y pruebas genéticas para el cáncer de mama.
Entre los científicos más antiguos encontramos en el mes de enero al médico y astrónomo Johannes Fabricius, nacido en 1587, quien se considera la primera persona en observar las manchas solares a través de un telescopio. Y a Nicolás Steno (Niels Steensen), nacido en 1638, pionero en anatomía y geología y quien formuló la ley de superposición de estratos, el principio fundacional de la estratigrafía sedimentaria.
Biología, matemáticas, astronomía, salud
Entre los biólogos del mes de enero, se encuentran el pionero en genética animal Jay Laurence Lush, nacido en 1896, quien hizo importantes contribuciones a la ganadería y, por ello, se le conoce como el padre de la cría moderna de animales. Y el veterinario David Conrad Taylor, a quien se le considera el primer cirujano veterinario especializado en medicina de animales silvestres y destaca por su trabajo con mamíferos marinos.
En el campo de la astronomía, en el mes de enero tenemos al astrónomo, matemático, ingeniero y economista Julio Garavito Armero, nacido en 1865, que estudió las fluctuaciones lunares y su influencia en los hielos polares, así como la aceleración orbital terrestre; al ingeniero Serguéi Koroliov, nacido en 1907, quien lideró el equipo que lanzó el Sputnik 1, el primer satélite artificial de la Tierra; y al físico, inventor y explorador Auguste Antoine Piccard, nacido en 1884, conocido fundamentalmente por ascender en 1931 a la estratosfera junto a su asistente, Paul Kipfer.
También hay destacados matemáticos como Grigore Constantin Moisil, conocido como el padre de la informática rumana, la científica de la computación Anita Borg, la matemática Jessie MacWilliams y la estadística Evelyn Fix, que junto a Joseph Lawson Hodges Jr. definió la regla del vecino más cercano, un método que llevaría a desarrollar las tecnologías de aprendizaje automático.
En el campo de la salud, destacan la bioquímica Gertrudis de la Fuente, que coordinó la comisión que resolvió el síndrome del aceite tóxico; y la parasitóloga Uche Veronica Amazigo, que es conocida por sus trabajos sobre oncocercosis o ceguera de los ríos. Y también se conmemora en enero que en 2015 Ghana fue declarada libre de dracunculiasis o enfermedad de la lombriz de Guinea. Este hito se logró gracias a su robusto sistema de vigilancia, ya que en 1989 aún se contabilizaban más de 179.000 casos.
En el calendario científico de enero también hay espacio para los océanos y se recuerda a la oceanógrafa Mira Zore-Armanda, nacida en 1930 y que estudió las variaciones de salinidad en el Adriático, la extensión de la cubierta de hielo ártico y el gradiente de presión meridional del Mediterráneo. Y en 1911, en el marco del Congreso Internacional de Pesca, celebrado en Roma, el naturalista y oceanógrafo Odón de Buen presentó los primeros datos de fondos marinos del Estrecho de Gibraltar.
Un mes lleno de referencias de investigadores e investigadoras que han dejado huella y gracias a sus trabajos conocemos mejor nuestro planeta, hacemos frente a enfermedades o sabemos más de nosotros mismos.
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