¿Estresado? Cinco formas de relajarte con tu perro o gato
Si eres habitante del planeta Tierra y sufres estrés, no estás solo. La buena noticia es que quien se estresa es porque quiere…, porque no tiene un gato o perro cerca. Libera tus histerias a golpe de charla peluda, trabaja cerca de perros y gatos, porque hacerlo reduce la ansiedad, déjate mecer por las propiedades calmantes del ronroneo felino y mojar por un reconfortante lametazo perruno en la cara. Aquí van cinco formas para relajarte con tu perro o gato, y dejarte seducir por el poder antiestrés del amor peludo.
¿El estrés te paraliza y los músculos de tu cuello están tan tensos que podrías romper una nuez con ellos? Has probado todo: desde apuntarte a la yogamanía (con o sin compi yogui) hasta los cuadernitos de colorear más trendies que dicen tener el poder de relajarnos. Y nada. Pues respira hondo, olvida la histeria, y abraza a tu psicólogo peludo preferido: ¡tu perro o gato!
Si eres habitante de este planeta y sufres estrés, no eres el único. El 73% de los españoles afirman padecerlo, dice la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria. Ya es hora de poner el asunto en manos, mejor dicho en patas, del profesional peludo con el que compartes la vida.
Perros y gatos son grandes psicólogos. Y no sólo porque tú lo sospeches y te hagan reír cada día. También lo dicen los científicos: vivir con animales reduce la ansiedad, nos ayuda a trabajar más tranquilos, son el mejor colchón de lágrimas y hasta nos hacen menos proclives a sufrir una enfermedad cardiaca.
Aquí van cinco formas de relajarte junto con tu querida bola de pelo. Quien se estresa es porque quiere… o no tiene un amigo perruno o gatuno cerca.
Humano, relájate… y ládrame mucho
Libera tus histerias a golpe de charla peluda. ¿Sabías que tu perro entiende más de 165 palabras y gestos humanos? Esto es lo que dice el psicólogo Stanley Coren, de la Universidad de British Columbia (Canadá), y uno de los expertos en inteligencia canina más respetados del mundo.
¿Y cuántas veces te has derretido por el modo en que tu amigo peludo gira la cabeza mientras le hablas, como queriendo escucharte mejor? Pues eso es precisamente lo que hace: este gesto consigue que su hocico no entorpezca su visión, y permite a tu perro ver mejor tu boca y escucharte mejor.
Y los gatos no se quedan cortos: seis de cada diez personas reconocen compartir secretos con sus gatos que no han contado a nadie más, dice un estudio de tres años dirigido por el veterinario Jaume Fatjó.
¡Haz tu oficina más peluda!
¿Sientes que el corazón se te parte al despedirte de tu perro cada mañana para ir al trabajo? ¿Sospechas que tu jornada laboral sería más llevadera si pudieras acariciar a tu gato durante la hora de la comida? Pues no te faltan razones: trabajar junto a canes y felinos rebaja el nivel de ansiedad, reduce las pulsaciones y nos aleja del estrés de la jornada laboral, concluye la investigación Presencia del perro en el trabajo y estrés de los empleados, coordinada por Randolph Barker, de la Universidad de Virginia Commonwealth, en EE.UU.
El estudio revela, además, que quienes estamos cerca de perros y gatos trabajamos más satisfechos, cómodos y seguros. Y resulta que son muchos los que echan de menos a sus peludos compañeros: la mitad de los españoles que viven con un animal admiten que les gustaría trabajar cerca de él, según un estudio de Ceva Santé Animale.
¡Déjate mojar por el amor peludo!
¿Aún estresado? ¡Pues déjate llevar por un húmedo aluvión de amor peludo! Hay besos de muchos tipos: los hay fugaces y prolongados. Y, en el caso del perro, los besos son, sobre todo, húmedos. ¿Quién no se ha visto sorprendido por el lametazo de un amigo perruno en toda la cara? «El lamido de un can es el equivalente humano de un beso cariñoso o caricia», explica el veterinario Manuel Lázaro.
A pesar de su intensidad, hay poco de erotismo en el potente lametazo facial canino. No habrá erotismo, ¡pero sí ración doble de amor perruno! Un estudio del departamento de Psicología de la Universidad de Londres (Empathic-like responding by domestic dogs to distress in humans) revela que el can responde a las emociones humanas, y que es sensible a nuestra ansiedad. Los científicos de esta investigación contrastaron que los perros son más proclives a regalarnos lamidos en manos y cara cuando nos notan tristes o angustiados. Unos lengüetazos perrunos capaces de tumbar al estrés más persistente.
Al rico ‘rrrrrrunrún’ gatuno
El ronroneo del gato es un sonido inusual que ha fascinado durante décadas a la comunidad científica. No sólo eso; este rrrrrrunrún producido durante la vibración de las cuerdas vocales del felino engatusa a quienes estamos cerca: ¿qué humano que comparta su vida con un gato no se ha levantado de la cama con el ronroneo incesante de un gato en la oreja exigiendo su desayuno?
Pero aún hay más: el ronroneo felino nos relaja y pone de buen humor. «El ronroneo del gato se produce por la activación de los músculos de la laringe y el diafragma del gato», dice la veterinaria Linda Case. Este movimiento provoca un cambio de presiones que causa turbulencias en el aire que respira el animal. «Y son estas vibraciones musculares las que notamos y nos relajan cuando un gato ronronea a nuestro lado», explica.
El ronroneo es emitido a una frecuencia hipnotizante que oscila entre las 20 y 30 vibraciones de aire por segundo. Un runrún con el que los sesudos gatos (¿hay algún felino en la sala que no lo sea?) han aprendido a comunicarnos sus secretos y necesidades más íntimas. Estos peludos amigos, no hay duda, han descubierto que ronronear hace la vida menos estresante y más divertida.
Sonrisa peluda, ¡vale por dos!
Gatos y perros ocupan un espacio insustituible en nuestra vida. Cada felino y amigo perruno es único: son individuos. Son nuestros amigos, nos hacen reír. Y muchos, además, les consideramos de nuestra familia.
«Todos los estudios confirman que vivir con animales reduce el estrés, que sus caricias bajan nuestro ritmo respiratorio y cardiaco», dice la etóloga Teresa Marías. Perros y gatos, además, no encuentran difícil hacernos sonreír. «Las terapias con animales demuestran que tener un perro cerca durante una hora ya mejora nuestro estado anímico», afirma Marías.
Recuerda que tu tiempo es el mejor regalo para tu bola de pelo: dedícale espacio diario para juegos y paseos, para caricias, ronroneos y gustosos lametazos. Quiérele tal y como es, y déjate arrancar sonrisas por ese psicólogo peludo y payaso profesional con el que vives.
Ya sabes la receta: olvídate del estrés y déjate seducir por el amor peludo.
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