Félix Sabroso: «Nos enamoramos del otro yo que construimos para la red social»

Foto: Manuel Cuéllar

Foto: Manuel Cuéllar

ENTREVISTA CON DIBUJO

FÉLIX SABROSO y DUNIA AYASO, directores de cine y guionistas.

RAFA RUIZ

Félix Sabroso y Dunia Ayaso son los autores -directores y guionistas- de películas como Perdona bonita, pero Lucas me quería a mí, Descongélate, Los años desnudos y La isla interior, su último trabajo en el cine por el momento, estrenado en 2009. Desde entonces, tres obras de teatro -una por año-, les han dado vidilla -alimenticia y creativa-: La gran depresión, con Loles León y Bibiana Fernández; De cintura para abajo, con Antonia San Juan; y ahora Lifting, recién estrenada, que podrá verse en el Infanta Isabel de Madrid hasta agosto, con cuatro actrices en estado de gracia (en todos los sentidos de la palabra): las televisivas Miren Ibarguren y Pepa Rus (famosas por la serie Aída) más Josele Román y Elisa Matilla. Estamos con Félix en la casa del centro de Madrid en la que vive con Dunia. Ella, que se ha ido a pasar unos días a su tierra, Gran Canaria, sigue la conversación a través del móvil en manos libres.

¿Qué queréis contar con ‘Lifting’? 

Félix: Hemos querido hacer un retrato de la sociedad actual a través de las apariencias, los disfraces, los envoltorios, que a veces se convierten en una huida hacia adelante y ocultan nuestros miedos…, miedo a la muerte, a la vejez, al abandono. Nos parecía algo muy actual, y de lo que se podía hacer mucho humor. Porque, como dice Dunia, nuestras comedias comienzan siempre en un drama.

¿Pensáis que son miedos que van a más hoy día, o que siempre han estado ahí, con la misma intensidad?

Dunia: Yo tengo mis días. Pero hoy me pillas en uno de esos en que creo que sí, que están yendo a más. Creo que incluso con Internet estamos cada vez más aislados, con más miedos, que nos ocultamos cada vez más detrás de las tecnologías, pero que en realidad estamos cada vez más solos. No sé, tengo días, pero es que nos pillas en una edad en que estamos en plena crisis de todo eso.

Félix: Con las redes sociales, uno piensa: ay, qué bien, cómo se multiplica lo social. Pero también qué sencillo es no implicarte. Cortarle a una persona y dejarla en ‘stand-by’. Qué fácil resulta disfrazar tu verdadero yo, que es una forma muy neurótica de sustituir lo realmente humano. Yo creo que en todos nosotros hay múltiples personajes a la vez, pero esto se ha agudizado ahora, con la dualidad de cómo somos en directo y cómo es el yo imaginario construido para las redes. Nos enamoramos de ese otro yo, de cómo nos expresamos, y nos gustamos incluso más ahí que en directo. Pero como últimamente me resulta muy doloroso ver el vaso medio vacío, siempre elijo la opción positiva de las cosas. Elijo eso por miedo al dolor, ya he sufrido lo suficiente. No quiero indagar mucho y prefiero hacerme la ilusión de que sí, de que tengo más amigos que nunca y me comunico más que nunca.

Volvéis a usar vuestro lenguaje de comedia, ácido e irónico. ¿Qué tal funciona en tiempo de crisis, notáis algún cambio respecto a cómo se percibía en, por ejemplo, los noventa?

Dunia: Yo siempre digo que somos intensos y partimos del drama. Y terminamos tomándolo a risa, por la opción esa sana de llevarlo todo al optimismo. Pero sí, en época de crisis, funciona mejor la risa. Es tan bonito que te digan en directo eso de qué bien, necesitaba tanto reírme… Hay una necesidad de escapismo. Para flagelarnos, ya lo hace la vida.

Félix: Nuestro tono tiene algo agridulce, así que el que se quiere quedar en una capa superficial, y simplemente divertirse, puede, pero también hay una aspiración de no quedarnos solo en el aspecto ligero de lo que estamos contando, hay otra lectura, la encerrada detrás del chiste. La contrapartida humana. No pretendemos ser moralistas ni llevar recado en lo que hacemos, pero sí creo que, en estos tiempos de tanto aborregamiento interesado, para que la gente sea más maleable, tenemos cierta responsabilidad en contribuir a la felicidad verdadera del público; no solo moverles un sonajero, sino llevarles un poco más allá, queremos contribuir a que la gente piense por sí misma.

¿Vais a seguir en teatro?

Dunia: La vida nos ha llevado por ahí. Funcionó muy bien ‘La gran depresión’, y a partir de ahí hemos ido tirando del hilo. Además, nosotros partimos con el teatro. Nos gusta la libertad que nos da. Aunque yo ya tengo mucho mucho mucho mono de rodar.

¿Qué tramáis ahora?

Félix: Nos sigue saliendo mucho trabajo en teatro. Nacha Guevara viene a España a estar con nosotros dos meses porque quiere que escribamos un espectáculo sobre toda su vida, con canciones y textos. Nos da mucho morbo este proyecto, trabajar para una señora con tantas tablas. Y queremos hacer más teatro con Antonia San Juan. Nos han pedido también una comedia con hombres, no solo con actrices… Además, el teatro nos permite despojarnos de procesos que en el cine complican mucho las cosas, como es buscar productora, distribuidores, televisiones… Con el teatro disfrutamos de una manera más cercana de lo que más nos gusta: hablar sobre lo humano y trabajar con actores. El teatro nos ha sostenido económicamente, y nos ha permitido seguir contando, expresándonos.

Ahora, Dunia, llegamos a un punto de la entrevista en que no puedes participar, no porque vaya a hacer algo raro con Félix, sino porque…, Félix, me tienes que hacer un dibujo.

(Dunia se despide y cuelga).

Dibujo de Dunia Ayaso realizado por Félix Sabroso.

Dibujo de Dunia Ayaso realizado por Félix Sabroso.

Pues mira, como no está Dunia, la dibujo a ella… Esta es Dunia… Como no está y no puede salir en la foto, para que esté.

¿Te gusta dibujar?

Sí, dibujo personas, muñecos, caras, rostros.

Te ha salido muy exuberante Dunia…

Está divina. Yo la veo así.

Y yo te veo muy suelto con la mano.

Bueno, es que yo en los ochenta era diseñador de moda. Tenía taller y tres costureras en Las Palmas. Me dediqué a eso durante cinco años. Hice diez colecciones de mujer… Pero no sé por qué te cuento esto…

¿Por qué no?

No sé. No suelo hacerlo… La marca era Félix Sabroso. Y las colecciones: Félix Sabroso de las Flores, Sabroso for África…Tenía un punto muy pop, muy retro, muy años sesenta; cierta estética africana pasada por un filtro afrancesado. Y me fue bien. Hice muchos vestidos de novia. El de Dunia cuando nos casamos lo diseñé yo.

¿Y por qué lo dejaste?

Creo que se me quedó corto el discurso que podía hacer con la moda. Si en las últimas pasarelas ya hasta hablaban las modelos… Eran desfiles con texto, proyectábamos filminas, organizábamos exposiciones con mis dibujos… Pero yo notaba que aquello no daba más de sí para todo lo que yo quería contar…

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