Fira de Tárrega, cuando el teatro se convierte en la Fiesta Mayor
La Fira de Tárrega ha convertido entre el 10 y el 13 de septiembre a la capital de Urgell (Lleida) en el centro de las artes escénicas. Durante esos días, Tárrega se escribe con tres efes: fiesta, feria y festival. Todo un pueblo que se une a los artistas y programadores, disfrutando de espectáculos que van del teatro más experimental a la danza de vanguardia, desde circo de pequeño formato hasta autos sacramentales. Todo cabe cuando se quiere celebrar el teatro. ‘El Asombrario’ estuvo allí para contarlo.
Tárrega es una fiesta. Un pueblo volcado con el teatro. De hecho, ése es el origen de la Fira. En 1981, coincidiendo con las fiestas de Sant Eloy, nació esta iniciativa que convirtió el teatro en el eje principal de las mismas. Una idea del entonces alcalde, Eugeni Nadal, que junto a Xabier Fábragas y Joan Font, director de Comediants, pusieron en marcha este proyecto. Y ese espíritu festivo se mantiene. Durante cuatro días, del 10 al 13 de septiembre, el pueblo disfruta de todo tipo de espectáculos que se distribuyen por calles, plazas, teatros, polideportivos, fábricas… Cualquier sitio es bueno. Propuestas teatrales de danza, teatro experimental, circo, clowns, etc…, que difícilmente llegarían al gran público en otras circunstancias y que aquí están repletas de espectadores.
La capital del Urgell tiene tradición de ciudad comercial. Por su situación cerca de Andorra y su distancia a lugares como Barcelona, era un nudo de distribución de mercancías, siendo parada obligada de comerciantes. Ese carácter continúa presente; y así ésta es una feria, un mercado, de los más importantes de la península, donde las compañías muestran su trabajo a los programadores y agentes culturales para facilitar su distribución.
assaig Obert Vaca 35, Cuando todos pensabamos que habíamos desaparecido.avi from Tàrrega Televisió on Vimeo.
Durante estos días se ha podido disfrutar de gran cantidad de espectáculos. Uno de los que más expectación había creado era Cuando todos pensaban que habíamos desaparecido, resultado del Programa de Apoyo a la Creación de Tàrrega, con el que se busca la experimentación de nuevos formatos y por el que se ayuda a creadores emergentes. Este montaje de Vaca 35 y Teatro de Cerca consiste en una experiencia gastro-teatral donde los actores mexicanos y catalanes, inspirados por el Día de Difuntos, realizan aquellos platos que les trasladan a sus recuerdos más personales y que representan sus raíces. De esa manera, como ingredientes del menú, intervienen sus memorias, canciones, vivencias, peleas y hechos históricos, y así elaboran una pieza para un público al que finalmente invitan a comer. Una celebración teatral que no ha dejado indiferentes a los que han acudido a compartir este convite.
La danza ha sido uno de los ingredientes más destacados de la feria, y desde la primera jornada estuvo presente con Caída Libre, de la compañía de Sharon Fridman que, pese a ser incluida en el programa en el último momento, contó con el entusiasmo del público. Se trata de una alegoría sobre la necesidad del grupo para mantenernos erguidos o caer en libertad. Por su parte, Los Cuerpos, del dúo Ramiro Cortez y Federico Fontán, consiguieron que hubiera importantes colas para entrar en su montaje. Estos dos bailarines y coreógrafos reivindican, sin perder la elegancia, el componente erótico de la danza, logrando momentos muy sugerentes, como cuando bailan mientras se muerden mutuamente los tobillos. También es gratificante ver cómo se abarrotaba de familias la plaza de las Naciones para asistir a Hands Down, de Company Chameleon (), un dúo que basa sus coreografías en los conflictos humanos y personales. Un montaje sobrecogedor que fue recibido con grandes aplausos pese a la amenaza, luego cumplida, de lluvia.
Porque la Fira es lo que tiene. Todo el mundo participa, todo el mundo acude a los espectáculos y los disfruta. Y eso que la dirección apuesta por llevar al gran público montajes no convencionales, como los incluidos en Urban Nation, un espacio reservado para las danzas urbanas que han traído diferentes compañías, que incluían hip-hop, break dance, voguing africano, o la danza experimental. Ése ha sido el caso de Avalanche, de la compañía Dani Pannullo, que con esta pieza busca la belleza aunando danza y el lenguaje de la calle. Y lo mejor es que era difícil encontrar un hueco para ver propuestas tan arriesgadas si no llegabas a tiempo.
Pero para arriesgado, el montaje teatral de Los Números Imaginarios. El director, Carlos Tuñón, se ha atrevido a explorar nuevos caminos con el auto sacramental La cena del rey Baltasar, de Calderón de la Barca, donde invita a los espectadores a sentarse en la mesa donde discurre el ágape. Unos atrevidos Idolatría, Vanidad, Pensamiento, Baltasar, Daniel y Muerte, que hace las veces de maestro de ceremonias, utilizan éxitos pop, cabaret, improvisación y un complicado texto que, gracias a unas magistrales interpretaciones, se muestra claro al espectador, y de esta manera lo hace partícipe de una comunión actoral que no deja indiferente.
Aunque la mayoría de las propuestas de calle eran de acceso libre, también se pudo disfrutar, aunque con entrada, de un curioso viaje turístico por la ciudad de la mano de Marga Socias y su The Hole&Corner travel agency, itinerario que nos invita a reflexionar sobre el amor, las conexiones vitales y la vida, aprovechando los particulares puntos de energía que hay en la ciudad. Todo un viaje introspectivo, lleno de humor surrealista.
Sin duda, uno de los puntos donde la energía se concentra es en la Llontja, el pabellón donde se desarrolla propiamente la actividad comercial de la feria. Allí, las compañías y entidades despliegan sus puestos para poder cerrar aquellos acuerdos que el festival promueve y que, desde hace unos años, tienen un marcado carácter internacional. Por ello, durante la Fira se ha desarrollado Fresh Street, un seminario para el Desarrollo de las Artes de la calle con más de 220 inscritos de 29 países diferentes, en el que programadores, artistas, críticos y gestores han reflexionado sobre las características y el estado del sector. El encuentro, que concluyó el viernes, ha sido un primer contacto entre agentes que han establecido líneas de acción para pensar el futuro de las artes de calle.
Tárrega también ha sido performance con AURA, de Alcance Elástico, o Crudo ingente, de Nacho Vilar Producciones; creación audiovisual con el espectáculo inaugural Cómprame, de Insectotròpics, una propuesta arriesgada que planteaba a los espectadores una reflexión sobre la sociedad de consumo; o circo con Miss Dolly, de Marcel et ses Drôles de Femmes. Y multitud de espectáculos de todo tipo que te podías encontrar en cualquier esquina dentro de la programación Off.
Cincuenta y cuatro compañías, más de treinta estrenos, miles de visitantes, programadores, artistas, gestores culturales y vecinos han abarrotado cada espectáculo y han hecho que el teatro sea lo que siempre fue: una Fiesta Mayor. El próximo año, más.
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