Un Furby anuncia el fin del mundo en ‘El peor escenario posible’
‘El peor escenario posible’ (Fulgencio Pimentel), el nuevo libro de cuentos de Alejandro Morellón, muestra sus intenciones desde el propio título. En su interior se encuentran relatos que tocan temas como la crisis climática, el terrorismo, problemas familiares o trabajo precario, justo en el momento antes de que todo haga crack, de que cambie para siempre. Una situación que le sirve al autor para explorar cómo nos comportamos ante esos problemas. Hasta aquí todo podría sonar dramático y existencial, pero Morellón quería hacer los cuentos más livianos, así que metió un elemento pop en todos ellos para darles un toque cómico. De esta forma, es un Furby quien anuncia el fin del mundo, un azafato quien se empeña en vender lotería cuando el avión se va a estrellar o un grupo terrorista quien quiere acabar con el fútbol y para ello mata día tras día a jugadores famosos. Una mezcla que, aunque pueda resultar llamativa, no es más que nuestro día a día. Y si no, revisad los ‘memes’ de las redes sociales.
En todos los cuentos de ‘El peor escenario posible’ se da una tragedia. ¿Por qué te lo planteaste así?
Las experiencias dramáticas nos transforman y nos conforman. Y a través de ellas, a través de cómo uno las asume, podemos generarnos una identidad. En este sentido, me apetecía escribir, ya no tanto del acontecimiento en sí, sino de cómo los personajes se enfrentan a estos acontecimientos. Todos somos de una manera, pero ¿cómo seríamos si eso se viniera abajo, si viviéramos una tragedia? Por ello es importante conocer cómo somos, cómo reaccionamos y cómo nos superponemos a ese problema.
Una tragedia que no llega a ocurrir. Narras el momento antes, como una especie de advertencia.
Hay cierta profecía en el libro que sobrevuela todos los relatos. Me interesa mucho la estructura narrativa de la tragedia, aquello que se advierte y luego acaba ocurriendo. Desde las tragedias griegas hasta el calendario Maya. En algún momento las profecías no son solamente avisos, sino también una crítica. Como cuando nuestras madres nos decían que nos íbamos a caer. Creo que este libro se empareja en algunos relatos con la ciencia ficción climática justo por eso, porque avisa de cosas que, si no actuamos, ocurrirán.
Unas profecías que se vuelven menos intensas gracias a un elemento pop que incluyes en todas.
No quería escribir un libro deprimente ni oscuro. Por ello, aunque el cuento fuera más desasosegante que amable, sí quería que la forma fuera justo lo contrario. Que fuera divertida incluso. Que el lector se pudiera reír con algo que no está pensado para ello. Me apetecía tratar mucho esto a través del absurdo. Es algo que me gusta mucho leer o ver en películas. Y es algo que también funciona en nuestro día a día. Hay una naturaleza contradictoria en nosotros, ya que convivimos con lo más profundo y lo más pueril. El sufrimiento y la risa. La guerra y los gatitos.
Y como muestra de ello, ahí están los ‘memes’ para demostrarlo. Cada vez que vivimos un momento difícil, creamos estos chistes para protegernos de alguna manera.
Funcionan como una vía de escape para no enfrentarnos de golpe a lo más trágico, a lo que a lo mejor no podemos poner en palabras todavía. El humor es un mecanismo de defensa para aligerar esas cargas. Hace unos años viví una anécdota que me hizo pensar en esto. Estaba yo en París poco después de que hubieran ocurrido los atentados de Bataclan, por lo que el clima estaba tenso. Yo me encontraba en un parque y vi a unas 50 personas salir corriendo de un sitio a otro desesperadas. Yo me puse en lo peor y las perseguí. Lo que no me esperaba es que, cuando llegaron a una fuente, estaban intentando cazar a Pikachu en el Pokemon Go. (Risas). Me quedé pensando que la vida era eso: por la mañana tragedia y por la noche memes.
Aparte de esto, ¿de dónde nacen historias tan disparatadas? ¿Cómo se te ocurre que una mierda gigante aparezca en una ciudad de repente o que un azafato intente vender lotería cuando parece que el avión está a punto de estrellarse?
Respecto a esta última que comentas, lo viví más o menos parecido. Una vez estaba en un vuelo con turbulencias y todos nos asustamos mucho. La gente incluso gritaba y lloraba. Y el chico de Ryanair seguía con su venta de lotería. No son cuentos autobiográficos, pero muchos los he sacado de noticias o circunstancias que me han surgido.
Se trata de un libro en el que a nivel literario hay mucha variedad. Cada cuento está narrado de una forma diferente.
Me preocupaba que los relatos se parecieran entre sí, por lo que además de cambiar la persona narradora, también incluí diferentes prosas y registros. Además, los cuentos también son diferentes a nivel temático. Todos son los peores escenarios posibles, pero unos son domésticos, otros universales, en otros se habla de trascendentalismo, de las profecías… Quería que cada relato tuviera su trasfondo. Mi idea era escribir un libro heterogéneo. Son relatos que se han ido generando en función de lo que me preocupaba en ese momento y que se han ido madurando a lo largo de varios años
No hay comentarios