García-Alix por García-Alix
Mi lado femenino. 2002. Alberto García-Alix
TREMENDAMENTE PERSONAL, FRÁGIL Y A LA VEZ INSOLENTE. ASÍ ES LA FOTOGRAFÍA DE UNO DE LOS GENIOS DE LA IMAGEN DE ESPAÑA. LA FÁBRICA EDITA ‘AUTORRETRATO’, UNA PANORÁMICA PERSONALÍSIMA Y DEMOLEDORA DE LA GEOGRAFÍA DE GARCÍA-ALIX.
MANUEL CUÉLLAR, Madrid
Masoquismo, violencia, ingenuidad, golpes, primitivismo, rabia, exhibicionismo. Los ingredientes que forman la personalidad de Alberto García-Alix (León, 1956) son los mismos, según desvela el propio fotógrafo, que arrasan como un sol quemante el paisaje de su vida a través de sus imágenes. “Hace décadas que perdí a golpes mi primitiva e ingenua creencia en lo pacífico de la imagen. Ahora sé que su violencia es mayor que su capacidad redentora y sé que hay algo masoquista y cruel en mi insistencia en verme, pues me ha convertido en un rabioso exhibicionista de mi tiempo y mi angustia. Pero no deja de ser un ejercicio de vitalidad y el motivo o la causa para alejar, aunque solo sea por un instante, mi intenso miedo», dice García-Alix.
La intensidad de ese pavor queda resumida ahora en un volumen que edita La Fábrica con más de 150 fotografías, algunas de ellas inéditas y que bajo el título de Autorretrato se ha hecho coincidir con la exposición organizada por el Centro de la Imagen de La Virreina y en la que podrá verse una selección de 70 de estas obras. La muestra, comisariada por Nicolás Combarro, estará abierta al público del 7 de febrero al 5 de mayo.
Los editores del libro explican: “Autorretrato permite seguir la evolución de la lectura del concepto del género que García-Alix ha realizado a lo largo de sus más de 30 años de carrera. El libro no es una documentación cronológica de su vida ni un ejercicio egocéntrico. La forma en la que el fotógrafo se mira a través de la fotografía evoluciona a lo largo de los años y adopta diferentes variantes. En el libro se recogen desde los primeros autorretratos de finales de los setenta a las fotografías de fragmentos de su cuerpo. De los paisajes interiores, lugares que forman parte de sus vivencias y sobre los que siente la necesitad de proyectarse, a fragmentos de sus trabajos en vídeo como De donde no se vuelve o Tres vídeos tristes.
García-Alix define así este libro en la nota de prensa enviada por La Fábrica: «Retraté mis posesiones, mis vicios y las esquinas de calles por las que me moví porque quería elevarlas a la altura de una épica. La vanidad del exceso, su gloria y sus heridas, condujeron mi mirada. Buscaba un lirismo visual sujeto a mi febril acontecer diario. Un territorio virgen donde imponerme y manifestar mi identidad, sin más sentido que alimentar mi deseo libertario de ser y de ver».
‘Autorretrato’. 220 páginas. 22 x 28 cm. Español e inglés. 44 euros.
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