“La gente lee las ocurrencias líricas de un ‘youtuber’ y cree que es poesía”
Las relaciones de la literatura con la pintura han sido muy fructíferas a lo largo de la historia. Basta con analizar el periodo de las vanguardias de principios del siglo XX. En la última clase de ‘Escritura plástica. La escritura a partir de la imagen’, curso incluido en el Taller de Clara Obligado, contaremos con la presencia de Javier Saéz de Ibarra, uno de los cuentistas más relevantes hoy día en español, autor del libro ‘Mirar al agua’ (Páginas de Espuma), por el que obtuvo el Primer Premio Ribera del Duero de Cuentos y en el que el autor vasco se adentra en terrenos como el debate de lo que es arte o no. “La gente lee las ocurrencias líricas de un ‘youtuber’ y cree que es poesía, ve OT y cree que es música, compra el último premio amañado por criterios de ventas y cree que es literatura, va a ver monólogos cómicos y cree que ha ido al teatro”.
¿Crees que ese diálogo entre la literatura y la pintura se mantiene en la actualidad o la literatura bebe más de otras expresiones artísticas, como el cine o las series de televisión?
No tengo suficiente perspectiva para responder a esa pregunta, aunque me da la impresión de que los escritores no se interesan mucho por las artes plásticas. Oigo decir que la mejor literatura se encuentra en las series, lo que me parece una desgracia. Y también que el lector acude a ellas para satisfacer sus ansias de ficción, lo que me parece lógico. Además, el gusto del público arrastra a muchos escritores de libros que terminan ambicionando una serie o la peli de sus narraciones.
En tu libro ‘Mirar al agua’ aparece ya el verbo mirar, tan importante en el arte y también en la escritura. Un escritor no sería nada sin esa mirada, ¿no?
Ya Leonardo dice que el objeto no se ve con los ojos sino con el cerebro. Es decir, con la mente (abotargada o no). Es decir, con la clase social, la propaganda, los hábitos, las necesidades, los valores. Un migrante visto por un conservador es un peligro, aunque no tiene ni idea de quién es (ni siquiera sabe que la palabra quién debería aplicársele en lugar de qué). El cuento que da título al libro habla de eso mismo. Así que mirar es un ejercicio muy complicado y, al mismo tiempo, una responsabilidad. No debemos permitir que nos miren de cualquier modo en este juego de cruces de miradas que es la cultura.
¿En qué medida influyen el arte en sentido amplio (pintura, escultura, cine…) en tu escritura?
Las artes plásticas son para mí una fuente de inspiración inagotable. Las tareas que se proponen, los temas que abordan y los procedimientos empleados, su actitud crítica en la detección y abordaje de nuestra realidad me resultan iluminadores, creo que abren enormes posibilidades a un escritor. Por otro lado, el buen cine siempre da qué pensar y anima al debate. Al final, el contacto con el arte es una experiencia completa de sensibilidad, emoción, placer, admiración, ideas, preguntas y estímulos para formular una respuesta. Uno quisiera, con su escritura, contribuir también a la belleza del mundo y a su claridad.
Se te suele etiquetar como escritor experimental. ¿Crees que la experimentación, hoy, se da más en el mundo del arte que en la literatura?
Toda literatura es experimental. Otra cosa es redactar libros, que consiste básicamente en darle a la manivela y acumular. Porque toda literatura es buscar: buscar en el fondo de lo ya dicho y de lo callado, y buscar en los bordes de las formas ya empleadas. Si no me equivoco, observo que esto los artistas plásticos lo han incorporado ya como una tarea ineludible, precisamente en el contexto de la indefinición de qué sea el arte. En el mundo de los libros, en cambio, no; quizás porque no se ha tomado conciencia plena de esta crisis o porque se huye de sus consecuencias. Salvo excepciones, leo cuentos y novelas de autores intercambiables e irreconocibles; a veces, parece que incluso compartir editorial los iguala. No sé si será por la nefasta influencia del aplanado inglés que se lee y se nos inocula. Habría que vetar la literatura anglosajona durante una década, hasta que se limpie el escaparate. A ver si así…
¿Y qué me dices de la crítica? Decía el escritor César Aira que echaba de menos en la literatura ese crítico implacable que es el gran público ante el arte abstracto, algo que no se da tanto en la literatura.
Dice el crítico José Jiménez que el público de arte se molesta porque no entiende a la primera, considera que es un derecho suyo entender de manera espontánea y lo desprecia. Creo que sin aprendizaje estético no hay juicio estético. Los lectores ven expositores de libros donde la literatura está mezclada con la redacción y ya quedan confundidos. Pasa también con el cine y las demás artes. Era preciso para el mercado que desaparecieran los criterios y el aprendizaje de la Literatura y la Filosofía en la enseñanza secundaria para favorecer la asimilación de productos de ínfima calidad artística y carentes de importancia, fáciles de propagar. La gente lee las ocurrencias líricas de un youtuber y cree que es poesía, ve OT y cree que es música, compra el último premio amañado por criterios de ventas y cree que es Literatura, va a ver monólogos cómicos y cree que ha ido al teatro. Y así.
¿Qué crees que puede aportar la pintura y el arte a un escritor?
Me parece que el ejemplo de la pintura debería ser asumido por todo escritor. Un pintor no dice: “voy a pintar bien” (hay escritores que dicen fundar nada menos que su ética en frase tan trivial). Un artista plástico debe responder a múltiples preguntas previas: ¿qué materiales: acuarela, óleo, acrílico…?, ¿sobre qué superficie: tela, madera, plástico, cemento…?, ¿con qué técnica: un pincel, una espátula, el goteo…?, ¿mediante qué estilo?, ¿desde qué idea de la visión, del concepto, del objeto, de la realidad?, ¿en qué tradición?, ¿respondiendo a qué, a quién?, ¿y por qué y para qué?, ¿y en qué proyecto?, ¿y conforme a qué trayectoria, etc., etc.? No se puede definir “pintar bien” ni “escribir bien”. Mi amigo el pintor Jorge Cano dice que no existe la página (el lienzo) en blanco; ojalá lo estuviera. Más bien está ya subescrito y circunscrito por todo lo que sabemos, y los prejuicios y limitaciones que nos acompañan y determinan. Más bien la operación que necesitamos es desmontar ese andamiaje hasta donde sepamos para bucear mejor. Escribir NO ES poner una letra tras otra, eso es el whatsapp.
¿Cuál es tu método de trabajo? ¿Tienes alguna rutina?
No tengo métodos ni rutinas. Escribo siempre como respuesta a una inquietud que brota más bien de improviso. Los últimos libros y escritos han surgido como proyectos literarios que implicaban de uno a tres años más o menos y que me resultaban atractivos. En ocasiones, se atraviesan otras ideas y las sigo con ganas. En mi caso, tengo fe en lo que la inspiración me pide en cada momento y siento que debo responder a ella; como lo que debo pensar-buscar-decir aquí y ahora.
¿Algún proyecto entre manos?
Sí. Y eso que iba a tomarme un año sabático para leer y tomar notas tras el libro de 2017. Ahora estoy inmerso en la publicación de una novela por entregas en una revista digital y, en perspectiva, tengo un libro de cuentos. Más allá de eso, recojo materiales para un ensayo y hay una novela esperando su continuación. A ver por dónde sopla el viento.
¿Qué le dirías a un escritor que empieza?
Dos cosas. Primero, que comparta lo que hace y no acepte cumplidos. Segundo, que escriba de lo que de verdad le interesa y diga lo que de verdad quiere decir; lo demás viene solo o no importa.
Ya está aquí el verano, un buen momento para dar el paso y empezar a escribir por primera vez, para contar esas historias que tenemos ganas de compartir, o para explorar nuevos caminos narrativos en el caso de escritores con más experiencia. Para los primeros, el Taller de Clara Obligado ofrece en julio un ‘Curso de Iniciación a la Escritura’, impartido por Camila Paz. Para los segundos, también en julio, el curso ‘Escritura plástica. La escritura a partir de la imagen’, impartido por Javier Morales.
Taller de Escritura de Clara Obligado
Información Cursos de Verano, aquí.
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Comentarios
Por C, el 24 junio 2018
Creo que la poesia ademas de muy intima es muy subjetiva, por esto es minoritaria y se requiere una sensibilidad que pocas personas han desarrollado, tanto para leerla como escribirla .
Si es una ocurrencia lírica, por algo se empieza,
¿ pero entonces qué distingue la poesía de una ocurrencia? lo subjetivo ? esa sensibilidad especial que se desarrolla sin saber ni quererlo ?