Gran Canaria comienza a construirse como ‘la isla de los cuidados’

Bientratar es un sistema específico de acuerdos de cuidados para facilitar el acompañamiento a otras personas.
La noticia que abraza de este mes de marzo –ese tipo de noticias que no suelen salir en los medios convencionales entre la avalancha de desastres y calamidades– arranca en Jinámar y Las Remudas, dos barrios vulnerables del municipio de Telde (Gran Canaria), que están transformando la convivencia de sus habitantes con una sencilla herramienta: la escucha atenta. Hace cuatro años, los centros de salud de estos barrios comenzaron a organizar grupos de escucha para que cualquier persona que estuviera pasando por una situación dolorosa, de abuso o traumática, no sólo pudiera expresarse, sino reconocerse en la experiencia de sus vecinas y vecinos. Dentro de estos grupos, las personas que han realizado su propio proceso terapéutico e integrado el aprendizaje de lo vivido pueden convertir su experiencia en herramienta de acompañamiento a otras personas. En estos centros, su labor es supervisada por los equipos directivos de los centros de salud, así como los profesionales de salud mental implicados. La extraordinaria iniciativa ya ha comenzado a ‘contagiarse’ por otros puntos de Gran Canaria con la mirada puesta en convertirse en ‘la isla de los cuidados’.
Poco tiempo después de la puesta en marcha de esta iniciativa, el municipio vecino de Ingenio adoptó la escucha para fomentar una paternidad más responsable. Fue fruto del proyecto Empapados, hombres que se mojan con los cuidados, grupos en los que los hombres comprometidos con este objetivo se encuentran periódicamente en los centros de salud para compartir sus procesos, dudas y aprendizajes. La existencia de estos grupos de escucha abre las puertas a la prevención de la violencia de género, entre otro tipo de violencias, y acerca el buen trato al entorno de las familias.
Esas dos vertientes de la escucha atenta han dado un salto a la capital de Gran Canaria este mes. Dos centros de salud de Las Palmas –Triana y San Roque– se han sumado y han integrado un nuevo grupo como parte de sus servicios de atención sanitaria. Otros cuatro centros de salud del municipio también han mostrado su interés en la iniciativa. Su objetivo es que formen parte del propio sistema sanitario, más allá de la voluntad o el compromiso de profesionales concretos, de manera que puedan optimizarse los recursos vinculados con la salud mental. Los equipos de psicología sanitaria tendrían un nuevo recurso coordinado y la capacidad para derivar pacientes a los diferentes especialistas, y eso permitiría atender a un mayor número de personas.
Hacia la convivencia pacífica en todas las esferas
La experiencia del centro de salud de Jinámar sirve como modelo. Allí los grupos de escucha se llevan a cabo en coordinación estrecha con el equipo de psicología y la dirección del centro. Brindar un espacio seguro y acogedor a quienes necesitan reforzar su salud mental, en el que puedan hablar abiertamente sobre sus sentimientos y problemas sin sentirse juzgados permite a los profesionales realizar una labor de higiene mental eficaz. Para que esto sea posible se ofrece a quienes participan un sistema específico de acuerdos de cuidados que permita su óptimo desarrollo.
El hecho de que los grupos de escucha puedan proporcionar una sensación de comunidad y conexión con otras personas que están pasando por circunstancias similares permite reducir la sensación de aislamiento y soledad no sólo a las personas con necesidades en salud mental. Esta forma de cuidado y buen trato sienta las bases para que la convivencia pacífica prospere en cualquier ámbito de la existencia, tanto en el entorno más íntimo como en la esfera pública. No extraña que, paralelamente a los centros de salud, esta ola del buen trato también esté creciendo en los centros educativos de Gran Canaria.
Los 10 centros educativos de Jinámar, por ejemplo, han recibido talleres sobre buenos tratos, principalmente sus equipos docentes. El ámbito universitario no se ha quedado al margen de la revolución de los buenos tratos y el propio rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha realizado intervenciones con todo el equipo rectoral e impulsado acciones específicas en la universidad.
También en la Administración Pública
El trabajo desarrollado ha tenido eco también en las entidades de gestión de la isla, donde su Cabildo ha decidido impulsar acciones para poner en valor el Bientratar; entre otras, convocar anualmente a todos los municipios de la isla para que participen en un taller de puesta en valor y sensibilización de los buenos tratos. De este modo, las personas que trabajan en la administración pública recuerdan el profundo sentido que supone estar al servicio del bien común partiendo de la experiencia consciente de lo que significa el buen trato y cómo pueden aplicarlo dentro de sus propios equipos y en el seno de las administraciones locales.
Que el cuidado haya pasado del ámbito de la salud y la educación para hacerse un sitio en el seno de la Administración Pública es un salto cualitativo importante. Cuidar significa actuar y tratar con amor, respeto, empatía y consideración tanto a personas como a otros seres vivos y al planeta que compartimos. La manera más escueta de describirlo sería “tratar como te gustaría que te traten”, y resulta ser un auténtico despertador.

Los 10 centros educativos de Jinámar, por ejemplo, han recibido talleres sobre buenos tratos, principalmente sus equipos docentes.
En la dinámica de cierre de uno de esos encuentros, dos empleados/as públicos/as se abrazaron, llorando. Al preguntarles si todo estaba bien, respondieron: “Llevábamos más de un año sin hablarnos, trabajando mesa con mesa; esta experiencia nos ha hecho reflexionar”. En otra intervención (esta vez con un grupo político), tras tomar conciencia de los distintos tipos de acciones de violencia, uno de los concejales se conmovió profundamente y pudo expresar en alto: “Ahora entiendo por qué estoy sufriendo tanto, me están aplicando todas las acciones que estamos identificando como violentas”. Al oír aquello, la asesora añadió: “Y yo se lo estoy haciendo a la oposición, y no quiero ser así”.
Protocolo ‘antibullying’ en el Congreso
Ya existe la conciencia de que en el siglo XXI o el ser humano aprende a cuidar o no tendrá un siglo XXII. Los cuidados deben ser la estrategia global por excelencia y, por tanto, la política debe abordar su responsabilidad en la normalización de procesos que no son saludables para la democracia. Si en cualquier aula del país el alumnado hablase como se habla en el Congreso de Diputados, activaríamos los protocolos antibullying. Por este motivo, resulta vital analizar y sanear las formas de tratar la política. Lo que no vale en el aula o en nuestras casas no puede valer en los espacios de debate para arreglar los grandes problemas del país. Los buenos tratos son la base de las democracias saludables.
Esta forma de concebir la vida pública produce profundos cambios, lentos pero de largo aliento; una revolución silenciosa que Gran Canaria está cultivando con el objetivo de convertirse en la isla de los cuidados. Se trata de una estrategia insular enmarcada en el Proyecto Ecoisla, que enlaza la salud y el bienestar del planeta con la de quienes lo habitan, y que está en sintonía con iniciativas que también se están dando en el ámbito económico. La Asociación de Empresarios de Ocio y Restauración de Vegueta, uno de los lugares más transitados por el turismo y la población de la capital grancanaria, ha impulsado un proyecto en el marco del bientratar para fomentar la convivencia en el barrio. La empresa de autobuses Global, que conecta la isla de Gran Canaria de Norte a Sur, ha rotulado varias guaguas y ha incorporado vídeos sobre el buen trato en 200 autobuses. Los vídeos abordan tanto las relaciones respetuosas como los diferentes tipos de violencia y procesos específicos como el bullying o el acoso psicológico en el trabajo y cómo actuar en estos casos.
De este modo, quienes habitan Gran Canaria están convirtiendo la isla en un faro de esperanza en la búsqueda de una sociedad más justa y compasiva, una travesía hacia el buen trato a la que ya se ha incorporado el gobierno del archipiélago canario a través de distintas consejerías, como la de educación. En esta transformación, cada acto de escucha y cuidado impulsa a la comunidad humana hacia un futuro que propone como bases para la convivencia el amor y la empatía.
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