Hazte ecoturista científico: seis fundaciones te guían
Jesús Álvarez, pastor y quesero en Fuentes de Nava (Palencia), junto a su rebaño de ovejas churras. Foto: Fundación Global Nature.
Tras conocer aspectos esenciales e interesantes del estudio y conservación de águilas y halcones de la mano de una de las personas que más ejerce y sabe al respecto, degustamos productos típicos de la Campana de Oropesa, la comarca más occidental de Toledo. Incluso visitamos la quesería y el olivar de donde proceden algunos de los manjares. Al final del día llega el descanso en un alojamiento rural en una rehabilitada casa de labranza tradicional, que además contiene un museo interpretativo sobre rapaces ibéricas. Es un ejemplo de experiencia de ecoturismo científico en el medio rural, una iniciativa promovida por la Asociación de Ecoturismo de España en la que participan seis de las principales fundaciones de conservación de la naturaleza de nuestro país.
César-Javier Palacios ya adelantó algo en El Asombrario sobre el programa Experiencias de Ecoturismo Científico en España (EECE) en su visita a la sierra de Andújar (Jaén) en busca del lince ibérico y de la labor de investigación y conservación que lleva a cabo en este ámbito la Fundación para la Conservación de la Biodiversidad y su Hábitat (CBD-Hábitat). De sur a norte ponemos rumbo a Toledo, Palencia, Cantabria y Asturias para conocer no sólo la labor científico-conservacionista de cinco fundaciones más dentro de otras EECE, sino la participación del territorio y lo que ofrece a quienes visitan estas experiencias.
“Con el tagarote estamos investigando y optimizando protocolos de crio-preservación de sus espermatozoides para contribuir a la conservación de su variabilidad genética”. Mientras sostiene a un hermoso halcón tagarote sobre su brazo, Juan Manuel Blanco, doctor en veterinaria y responsable de numerosos programas de investigación y reproducción de aves, especialmente rapaces, desgrana algunos de los numerosos trabajos en los que está involucrada la Fundación Aquila, punto de partida de una de las EECE.
Previamente, junto a Juan Manuel, recorremos los jaulones y laboratorios origen de ese trabajo de investigación y conservación, sobre todo centrados en líneas de fertilización y reproducción asistidas. Imponentes águilas imperiales, calzadas y perdiceras, entre otras rapaces, pasan ante nuestros ojos junto a sus historiales de impactos ambientales –la causa de su entrada en el centro– y su valiosa aportación como reserva de semen para sacar adelante ejemplares en libertad. “La salvamos y ahora tiene nietos en la naturaleza”, resume el impulsor de la Fundación Aquila frente a Houdini, un macho de águila imperial ibérica presente en el centro.
Juan Manuel Blanco, uno de los responsables de la Fundación Aquila. Foto: Javier Rico.
La vuelta del halcón al Tajo y del olivar a Oropesa
Juan Manuel también explica orgulloso el trabajo de reintroducción del halcón peregrino: “Antes, en el valle del Tajo en Toledo había unas 30 parejas; ahora solo una, justo la que hemos introducido desde la Fundación Aquila”. Y añade: “Nuestro objetivo es que no salga el visitante de aquí sin conocer lo esencial de lo que hacemos en el centro y de lo que pasa ahí fuera”. Objetivo cumplido y multiplicado, tras visitar también la exposición El corazón del águila, donde culmina la inmersión en la vida de nuestras águilas. Es justo aquí, en torno a la exposición, donde degustamos queso de El Buen Pastor, el aceite de oliva virgen extra (AOVE) de La Viña, la crema de queso de oveja con miel de Rosario Castaño, cremas de verdura y morcilla patatera de Dehesa Milagro y la tortilla de patatas del restaurante/gasolinera Ferlu. Todo de cercanía.
Esto también es parte importante de las EECE: la interacción con el territorio donde se asientan los programas de conservación a través de un ecoturismo responsable y sostenible que aporta valor a los habitantes de los espacios rurales. Habitantes que también aplican esa responsabilidad ambiental, como explica Marcos Chico, al frente de la ganadería y quesería El Buen Pastor: “Tenemos 80 hectáreas en ecológico, que incluye prácticas de agricultura regenerativa para mejorar los suelos. Casi la mitad son para pasto de nuestras 400 ovejas. Intentamos que casi todo lo coman en la finca, a diente y con siembra directa. La quesería la tenemos en el mismo pueblo, en un convento de las concepcionistas del año 1523”.
“Queremos proponer un paquete que incluya la visita a su quesería y a mi olivar y luego a un restaurante de Oropesa donde se degusten nuestros productos”, tercia en la conversación Diego Hernández, de AOVE La Viña . “Es un olivar joven, sembramos en 2019 y en 2023 ya tuvimos producción”, prosigue Diego: “No busco vender en grandes cantidades, sino diferenciarme del resto con una producción de mayor calidad, por eso me gusta explicar el proceso desde el olivo a la almazara. Mi familia cultivó la vid, pero en Oropesa siempre ha habido tradición olivarera que quiero contribuir a recuperar. Ahora lo compagino con la fontanería y la electricidad, pero me gustaría dedicarme íntegramente a esto”. Tiene pinta de que lo conseguirá. Antes de partir hacia el siguiente destino, descansamos en la casa rural Águilas de Fuente Empedrada , dentro de las instalaciones de la Fundación Aquila.
La Nava recupera agua y sabor
Hablar de la recuperación de la laguna de La Nava en Palencia, que en sus mejores momentos de inundación llegó a ocupar 2.500 hectáreas –Mar de Campos llamaban a este humedal–, es hablar de la Fundación Global Nature. Desaparecida la laguna hacia 1970 del siglo pasado para su conversión en zona agrícola, gracias a esta fundación ha recuperado 400 hectáreas y, acorde con otras de las líneas principales de su trabajo, ha sido asimilado como parte del desarrollo rural de este rincón de Tierra de Campos.
Retomamos la ganadería ovina para comenzar otra EECE y explicar esta interacción satisfactoria. Jesús Álvarez, guía inmejorable para explicar la evolución de La Nava, es uno de los pocos ganaderos de ovino que resiste en este entorno: “Antes éramos más de 40 ganaderos y cuando se volvió a inundar resistíamos 20, pero por entonces mucha gente quería hacer ganadería, pero no en extensivo, desde casa. Ahora somos menos de diez y se va a producciones más grandes, pero yo llevo mejorando la genética muchos años y desde hace 14 he preferido compaginarlo junto a mi mujer con una quesería”. La quesería (Villa de la Nava) está en Fuentes de Nava, como su rebaño, y Jesús y su mujer, Eva María Marcos, se ofrecen, si el trabajo se lo permite, a mostrar a cualquier visitante el trabajo y el sabor de su quehacer.
Eco-hotel Doña Mayor, en Frómista (Palencia).
Del Canal de Castilla a la observación astronómica
La experiencia que plantea Global Nature va más allá, con ruta por el Canal de Castilla, toma de agua del mismo para su revisión (caudal, limpieza…), visita guiada a la Casa Museo de Boada de Campos para conocer algo más sobre los humedales de estas tierras y observación de aves acuáticas y esteparias. Alicia Bello, técnica de la fundación en Castilla y León, reconoce que “tras este programa el cuerpo pide descanso, y aunque falta un buen equipamiento de alojamientos rurales más cercanos, tenemos un acuerdo con un eco-hotel de garantías: Doña Mayor en Frómista”.
Por estas fechas invernales Doña Mayor está cerrado, pero su impulsora, Elena Totorica, nos invita a disfrutarlo en cuanto llegue la primavera: “Cuando lo pusimos en marcha, tenía claro que sería con un turismo sostenible, respetando el medio ambiente, utilizando energías renovables, promoviendo el territorio, generando empleo de calidad y estableciendo relaciones con asociaciones que trabajan cerca, como la Fundación Global Nature”. Aparte de poner en valor un recurso natural como es el cielo, con observaciones astronómicas, ofrecen productos de la zona en su carta. “La gente quiere probar quesos, panes y embutidos de aquí y en Doña Mayor nos convertimos en una ventana para conocer a sus productores”, concluye Elena.
Las Montañas del Quebrantahuesos: punto de partida
Este viaje por experiencias de ecoturismo científico concluye entre Cantabria y Asturias, retomando buenas fuentes de información e historias de éxito de la conservación de especies y espacios y del impulso a zonas rurales. Hace casi 14 años, Conchi Gálvez fue una excelente guía por estas tierras para que, como bióloga y técnica la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ), me abriera puertas con información y vivencias para escribir Campos de Vida (2011. Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino-SEO/BirdLife).
Retomo el contacto con Conchi donde nos encontramos en 2011, en el casi recién inaugurado entonces –abrió sus puertas en 2010– centro de interpretación Las Montañas del Quebrantahuesos, en Benia de Onís (Asturias). Lo que la Fundación Global Nature es a la recuperación de la laguna de La Nava en Tierra de Campos, la FCQ lo es a la recuperación del quebrantahuesos en Picos de Europa. Y así comienza esta experiencia: “En el centro de Benia quedamos con el ecoturista para mostrarle el trabajo científico y de conservación que realizamos. Afortunadamente, contamos logros positivos tras más de 25 años, aquí y en Pirineos”. Conchi apostilla: “En este dar a conocer lo que hacemos son importantes las empresas locales, que tras la salida del ecoturista del centro le recogen para continuar la experiencia”.
Ecoturismo en Liébana, Cantabria.
Senda ECOturismo en Cantabria y MSS Mountain, Guilermo Arregui, Birdwatch Asturias y Guía Los Traviesos en Asturias son ejemplos de guías y empresas de la zona que trabajan en esta EECE. “Con la empresina”, explica Conchi, “continúa la experiencia. Salen al campo, les enseñan el radio-seguimiento de quebrantahuesos con antenas, paran en un punto de alimentación suplementaria o en la zona de suelta donde están los jaulones, y disfrutan viendo o intuyendo a los animales, aunque no los vean, porque también es importante conocer el hábitat, el paisaje y la colaboración con la ganadería extensiva de montaña. De hecho, se visitan rebaños, a su pastores y ganaderos, porque es una conservación muy ligada a la gente del territorio”.
6 fundaciones, 20 propuestas y 15 espacios naturales
Me despido de Conchi sabiendo que a pastores, queseros y ganaderos de Onís en Asturias y del valle de Liébana en Cantabria, con quienes departí hace 11 años, les va mejor, que hay relevo generacional y que se ha ampliado el reconocimiento y distribución del lechazo de sus ovejas con la marca ProBiodiversidad. Buenas noticias y experiencias que conocerán el resto de ecoturistas, también quienes se apunten a las de la Fundación Naturaleza y Hombre entre dehesas salmantinas y la montaña pasiega y a las de la Fundación Oso Pardo entre Somiedo (Asturias) y de nuevo en Liébana. En total, 6 fundaciones con 20 propuestas en 15 espacios naturales protegidos.
Como dice uno de los impulsores de la iniciativa y director de soyecoturista.com , Alfonso Polvorinos: “Es una forma de participar en las historias de éxito de la conservación en España, porque normalmente un turista no visita un centro de recuperación e investigación o le guían técnicos y personas especializadas que realizan el seguimiento y conservación del oso pardo, el lince ibérico o el águila imperial”. La sostenibilidad, un turismo de observación responsable y la contribución a la lucha contra el cambio climático mediante experiencias neutras en carbono, son premisas fundamentales en las ECCE. Y siempre contando con la necesaria complicidad de personas y empresas que apuestan y emprenden desde el medio rural.
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