Tras las huellas de los últimos felinos salvajes
El fotógrafo Andoni Canela retrata el ‘futuro incierto’ de las ocho grandes especies de felinos existentes en el planeta. Un recorrido por cuatro continentes siguiendo los pasos de las amenazadas panteras que el autor quiere recoger en un libro financiado por ‘crowdfunding’ y en un documental.
Quien ha mirado a los ojos de un gran felino salvaje en mitad de la sabana, o entre las ramas en un bosque tropical, no olvida esa fiereza que hace sentir un pellizco en el estómago… Hace más de tres años que fue tras esas miradas, por los rincones del planeta, el fotógrafo de la naturaleza Andoni Canela, bien conocido por las impactantes imágenes que captura con sus objetivos. Leones, tigres, leopardos, jaguares, la esquiva pantera de las nieves, los imprevisibles linces ibéricos… Hasta ocho especies diferentes son las protagonistas de su nuevo proyecto, el libro Panteras. Grandes felinos, un futuro incierto, que quiere publicar a finales de año gracias al apoyo de cientos de mecenas de un crowdfunding.
Cada una de las fotografías de Andoni Canela, habituales en la revista National Geographic o La Vanguardia, ocultan una gran historia de perseverancia, paciencia, frío, hambre y entusiasmo. Son días y días de espera, de kilómetros de búsqueda hasta que llega el momento de la fortuna, de horas con el peso a cuestas de tres cámaras, dos teleobjetivos, dos grandes angulares… Es la vida al acecho de ese instante mágico en el que un disparo captura la belleza de una fauna cuyos individuos se cuentan ya por unos pocos miles, acosados sin piedad en los cuatro continentes que ha visitado a lo largo de cuatro intensos años.
“Tras acabar el proyecto documental que hice con mi hijo Unai, decidí embarcarme en otro centrado en los felinos”, nos explica Andoni Canela. “Quería verlos en libertad y documentar su situación actual. Traer imágenes, pero también ofrecer información científica. Y el resumen es que los estamos perdiendo. Quedan tan sólo unos 7.000 guepardos, unas 5.000 panteras de las nieves, 20.000 leones, que son un 40% menos que hace apenas 20 años… Es un desastre. Entre los que mejoran está el lince ibérico, porque hemos pasado de un centenar a más de 500; eso sí, con muchos millones de inversión. O cuidamos la biodiversidad o al final todos ellos, que son los más hermosos biomarcadores de los ecosistemas, serán cosa del pasado”.
En realidad, no serían los primeros felinos en cuya extinción hemos participado. Ya hace 12.000 años los humanos primitivos del Paleolítico acabaron con grandes felinos como el tigre diente de sable, en los que veían una competencia por sus presas y, además, unas hermosas pieles. Pero era cuestión de supervivencia. En pleno siglo XXI, mientras unos humanos disfrutan de internet y viajan al espacio, en el fondo las razones para acabar con el género panthera son diversas, pero el resultado puede ser similar, como explica el fotógrafo y naturalista: “En Asia, sobre todo se debe a la pérdida de su hábitat que suponen los cultivos de soja o la extracción de teka y otras maderas nobles; también por el tráfico ilegal de pieles como la de los tigres o los guepardos, que es lo mismo que aún ocurre con estos últimos en África. A veces también los matan para coger cachorros como mascotas para Oriente Medio. En el caso de los leones, sobre todo tratan de proteger el ganado”.
En total, Andoni Canela, en algunos tramos de nuevo acompañado por su hijo Unai y con el apoyo de la organización WWF-España, ha realizado 15 grandes viajes para captar las instantáneas, a menudo esquivas, de los ocho grandes gatos. “Si me preguntan por un momento especial de estos años, me viene a la cabeza el primer leopardo de las nieves que vi junto a Unai en Tíbet. Nos salió a unos 50 metros, yendo por un camino con el hijo de un pastor de yaks y con las cámaras en la mochila. Nos quedamos paralizados. Menos mal que tuvimos suerte y luego le vimos de nuevo en un barranco, pero fue duro salir cada día, en invierno, a menos 20ºC”. Sin embargo, el más esquivo fue no fue ni este leopardo retratado a 5.000 metros de altitud ni el escurridizo puma, sino el más cercano a nosotros y el más amenazado del mundo: el lince ibérico, que tardó tres años en querer posar para él.
En ninguno de sus recuerdos hay situaciones de peligro con estos grandes carnívoros. “Con ello, hay que tener mucha precaución, conocer su lenguaje corporal, fijarse en lo que hacen con las orejas o las patas… Pero lo que te machaca en estos viajes son los insectos. No olvidaremos a una pulga de Sri Lanka que nos lo hizo pasar realmente mal”.
Andoni no sólo nos trae sus retratos, para no olvidar que existen, sino sus historias. Y conociéndolas, ¿cómo evitar que tanta criatura acabe despellejada o desahuciada o tiroteada? “He visto cómo en África basta proporcionar a los masai una sencilla malla de alambre para evitar que envenenen leones porque atacan su ganado. Cada lugar es diferente y requiere distintas estrategias, pero siempre hay que dar una alternativa de vida a las poblaciones cercanas, que puedan alimentar a sus familias de forma sostenible. En algunas zonas funciona bien el eco-turismo. En otras, hay demasiada población para ello, pero se trata de buscar otras opciones. Y no olvidemos luego el daño de grandes proyectos, como las extracciones de gas y petróleo en sitios muy inaccesibles”.
Para ser mecenas de este nuevo libro-proyecto, de gran formato, que promete ser otra obra de arte, basta con participar en el crowdfunding organizado en la plataforma Verkami. Opciones hay muchas. Incluso la posibilidad de realizar algún viaje con el propio Andoni Canela a los Pirineos o al Kalahari. Sólo quedan unos días, hasta el domingo, para poder sumarse a los 186 mecenas que ha conseguido ya.
Además de la información, las entrevistas y las fotos para esta obra, Andoni también se ha traído muchas horas de vídeo que adelanta que se convertirán en un documental de cine con la productora Wanda Natura en un futuro próximo.
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