Iniciativas para promover las obras escritas por mujeres
Las mujeres son grandes lectoras, pero ¿y autoras? Con el objetivo de reivindicar el papel de estas como productoras culturales -sobre todo en géneros ‘masculinizados’ como la ciencia ficción o el terror- se encargan iniciativas como ‘Adopta una autora’, #LeoAutorasFantásticas o el portal ‘La Nave Invisible’, a las que damos cabida hoy en ‘El Asombrario’.
Son pocas, pero muy impactantes. Las iniciativas que existen para visibilizar y promover las obras escritas por mujeres tienen éxito. En parte por el respaldo de las lectoras, ya que ellas son mayorías leyendo. El hábito de lectura en las mujeres está más arraigado que en los hombres: según el estudio de 2017 de la Federación del Gremio de Editores de España, el 65% de las mujeres lee algún libro al año, mientras que en los hombres el porcentaje desciende al 54%. ¿Pero qué pasa con las autoras o autores? ¿Se mantiene ese porcentaje? Difícil de responder con un monosílabo, porque si bien el hábito de la lectura es un hecho voluntario individual, para publicar son muchos los condicionantes: la aceptación de una editorial, el impulso de la autoedición, el hueco en el mercado…
Como ocurre con otras artes, como el cine o la música, la producción de las mujeres muchas veces es arrinconada en una esquina y calificada con la etiqueta de ‘género femenino’. Por eso, es relativamente fácil que donde se encuentre más literatura hecha por mujeres sea en géneros como ‘romántica’ o ‘juvenil’. “¿Es casualidad que estos géneros sean clasificados como géneros menores? No lo creo. El canon literario ha generado una jerarquía en la que los hombres escriben ‘literatura’ y las mujeres solo pueden aspirar a escribir ‘literatura para mujeres», destaca Laura S. Maquilón, miembro de la Nave Invisible, y cocreadora de la iniciativa #LeoAutoras. “Hay que combatir la falta de visibilidad, porque haberlas haylas, pero cuando se confeccionan listas se tiende a ignorarlas. A la hora de reseñar pasa algo parecido: se leen autoras, pero luego se olvida comentarlas, darles publicidad”. Esta sensación de Felicidad Martinez, promotora de #LeoAutorasFantásticas, escritora de ciencia ficción y diseñadora, se respalda por un estudio de los suplementos culturales en los medios de comunicación.
Este dice que solo el 22% de los libros reseñados son obra de mujeres, a pesar de que en las listas de libros más vendidos que publican los mismos suplementos el 36% son de escritoras. “¿Esto qué supone? Que al no tener tanto impacto, las editoriales asuman que publicarlas es un riesgo y que se asuma que un género como la ciencia ficción es un género que escriben los chicos”, completa Martinez. Tanto #LeoAutoras como #LeoAutorasFantásticas nacieron casi a la vez y con el mismo objetivo: reparar la gran injusticia que se estaban cometiendo con numerosas literatas. “Somos la segunda división. Sin embargo, en los años 70 hubo un flujo muy importante de ciencia ficción feminista y una gran proliferación de autoras. Ahora mismo están casi todas descatalogadas”, explica la impulsora de La Nave Invisible, que recuerda que antes de que se hiciera la serie de El cuento de la criada y fuera reeditado, no era posible encontrar este libro por menos de 300 € en Amazon. “Los folletines de terror gótico de autoras estaban en auge en el siglo XIX hasta que los hombres vieron el filón y las desplazaron por completo. Es lo mismo que ha ocurrido en otros ámbitos, como la programación”, concluye.
De ahí que sea tan importante las iniciativas que sacan de las sombras a autoras como Anne Rice, Ken Bugul o la recientemente fallecida Ursula K. Le Guin. Precisamente con el intento de recuperar a Octavia Butler -otra de las grandes damas de la ciencia ficción, abanderada del afrofuturismo y la primera escritora de este ámbito en recibir el premio Genius– nace el proyecto ‘Adopta una autora’. Carla Bataller, traductora literaria y audiovisual -su obra más reciente es ‘Binti’ en Crononauta-, lanzó esta idea cuando la necesidad personal de que conocieramos textos de Butler como Kindred (1979) o Bloodchild (1995) superó su círculo personal. Empezó en su propio blog ampliando las autoras para hacer una especie de base de datos, pero pronto vio que la tarea la superaba y pidió ayuda. Escribió un tuit y “ya está, no hizo falta más”, afirma: “Recibí muchísimas respuestas y en cuestión de un par de días tuve que redactar unas bases para que la gente supiera bien lo que iban a hacer. No me esperaba tanta gente, la verdad”. Siguió creciendo, en el blog de Adopta una Autora y otros colaboradores, hasta llegar a contar con correctoras y con ilustraciones, como las de Marina Vidal en su arranque. “Había gente que publicaba dos o tres entradas al mes y llegó un punto en el que contábamos con más de 500 participantes”.
En contra de lo que pudiera parecer, las participantes no se limitaron a los textos más conocidos o los géneros más evidentes. “Hay autoras que escriben todo tipo de géneros, de todas las nacionalidades, épocas… Siempre hay alguna que no conozco”, dice Carla Bataller. Pese a la buena respuesta, gestionar un proyecto que se hace tan grande y con una meta tan inabarcable, hace que las fuerzas mellen. De hecho, actualmente el proyecto está parado hasta que la promotora tenga más tiempo disponible. “Seguramente lo que hagamos será quitar el blog colaborativo y nos centraremos en aportaciones externas. Cuando pase el verano estaré más libre en principio y quiero poner las cosas en orden antes de anunciar el regreso”. Esperemos.
Si tienen algo en común estas tres iniciativas es la capacidad de movilizar a una audiencia que tiene la literatura. Mayorías silenciosas como las mujeres que leen que, sin embargo, demuestran su número en cuanto se les da la oportunidad. “Montar un proyecto en el que solo se habla de autoras sirve para exponer un problema sistémico, que se hable de él, que se traten de hallar soluciones. Ya no es un rumor en corrillos feministas, es una forma de unir todas esas conversaciones en voz baja para clamar por la igualdad unidas. Además, permite que el público tenga mayor facilidad para encontrar y conocer autoras, y mayor variedad fuera de los medios convencionales”. Se trata de la reflexión que hay detrás de La Nave Invisible, un portal con reseñas, entrevistas y hasta podcasts sobre ciencia ficción, fantasía y terror en femenino.
Como bien dice la propia Laura S. Maquilón, “ocurre algo que hace que se te hinchen las narices de tanta queja y decides actuar”. En su caso fue leer una entrevista en la que se afirmaba sin ningún decoro que las escritoras eran menos rentables que los hombres y que por eso las editoriales no apostaban por ellas. “Como lectoras, lo que podemos hacer es incentivar que el público demande más escritoras con sus compras y recomendaciones, cambiar las exigencias del mercado”, comenta una de las impulsoras de este proyecto, seguido por miles de seguidores y nominadas al Ignotus a Mejor Sitio Web en los dos años que tienen de andadura.
#LeoAutoras nace justo una semana después de #LeoAutorasFantásticas. “A veces las redes sociales pueden ser maravillosas”, comenta su impulsora en referencia a Twitter, ya que de una conversación por este canal surge y se impulsa el proyecto. Llegaron a ser trending topic en octubre, mes que eligió la Biblioteca Nacional para instaurar el Día de las Escritoras. “Una feliz casualidad”, comenta. Felicidad Martínez, quien también tiene un canal de YouTube llamado #LaCueva, en el que cada tres meses sube un episodio para hablar de un género literario con otras tres autoras especializadas; explica que en el caso de la ciencia ficción, la invisibilidad se junta con los estereotipos y roles machistas. “Existe el problema de la propia percepción del género, y sospecho que se debe a que contiene la palabra ciencia. Y no lo digo solo porque suene a ‘uy, qué complicado, de eso hay que tener conocimientos’, sino por la falsa percepción de que esta es algo frío y que, por tanto, su ficción jamás trata emociones ni sentimientos o conflictos del estilo. Ya sabes: cosa de chicos. Es lo que tienen los prejuicios”.
Al ser preguntada si cree que la posibilidad de participar en estos foros de manera virtual, en un entorno seguro, facilita que muchas mujeres den su opinión sobre obras que en otros contexto no harían, ella responde rotunda: “Por supuesto, eso es indiscutible”. Los ejemplos no faltan, aunque hay que escarbar para encontrarlos. E incluso viajar lejos, porque Latinoamérica no se queda atrás a la hora de reivindicar a las autoras femeninas. La Ventana del Sur es una iniciativa en Chile de “lectoras asiduas y escritoras aficionadas a la fantasía, la ciencia ficción y el terror”, que tiene como objetivo “crear lazos entre escritoras de género”. “La falta de referentes en Chile es enorme, hay muy pocas escritoras enfocadas en los tres géneros. Creemos que no cuentan con mucho apoyo para armar algo solas, como encuentros, etc… Esto se debe a que no se conocen entre ellas y no hay muchas redes de contacto”, comenta el equipo de La Ventana del Sur por correo electrónico.
De nuevo las redes sociales les han permitido estar más cerca de las otras iniciativas que desde España luchan por visibilizar a las autoras, editoras, escritoras, etc… “Uno de los grandes obstáculos en cuanto a difusión ha sido la distancia, tanto para el formato físico como para el digital”, pero resaltan que plataformas como Lektu y la editorial Cerbero. “Han sido de gran ayuda para llegar a estos textos de autoras independientes españolas ya que podemos comprarlos y conocer un poco más de las corrientes que se han estado gestando allá”. Alianzas y redes, porque el objetivo no solo es que se lean sino que sean reivindicadas sus obras. “Un reto nada sencillo en el que seguiremos trabajando hasta que se convierta en lo más natural, teniendo muy claro que es algo que no se consigue de un día para otro, sino a base de insistir e insistir”, concluye Martínez con una mirada muy positiva. “Es el momento idóneo para plantar la semilla y que germine”.
Comentarios
Por Eva Gavilán, el 04 julio 2018
Laura me gustó mucho tu post porque veo que las iniciativas crecen desde diferentes puntos.
Justamente yo estoy participando en la iniciativa de Maria del Mar González con #UnAñoDeAutoras y consiste en una entrevista al mes que llevamos a cabo algunas bloqueras y escritoras para obtener más visibilidad y promocionar nuestras obras.
Me parece que todas estas iniciativas se complementan.
Éxito y sigamos trabajando.
@egavita