Iris Murdoch: ¿Es suficiente saberse amados para ser felices?
La joven Yvonne Geary vive con su madre en Dublín a finales de los años 50, y siente que se asfixia al comprobar que los días pasan y sus sueños no se cumplen. Su única esperanza parece ser casarse con Sam Goldman, un joven que a sus ojos no es “nada del otro mundo”, y que no parece entenderla. Yvonne no duda del amor de Sam, pero… ¿Es suficiente saberse amada para ser feliz? Leer a Iris Murdoch (Dublín, 1919 – Oxford, 1999) es encontrarle sentido a casi todo. Penetrar en un espacio de la mente humana perlado de sabiduría útil y en constante avance. Ahora nos llega la breve pero perfecta ‘Algo del otro mundo’, con una impecable traducción.
He leído todo de la filósofa y narradora irlandesa, obras conocidas y reverenciadas como El mar, el mar, El príncipe negro o La campana, y ahora ha llegado Algo del otro mundo. Una novela delgada y de persuasivas respuestas en la que su protagonista, Yvonne Geary, pelea por romper las reglas de lo establecido sin que ninguno de sus actos o palabras siembren el germen de una guerra.
Murdoch construye y destruye el mundo y a sus habitantes subiéndose a la poderosa espalda del cinismo más extraordinario para hacer de esta novela un poderoso manual de contra ayuda. Inocula en cada frase una peculiar necesidad de simbiosis con la protagonista y su deseo de escapar de una realidad que trata de neutralizar su inteligencia. Yvonne Geary es una amazona obligada a frecuentar pubs y lugares aburridos con el único propósito de ser una pieza más en una sociedad que tarde o temprano espera que la mujer se someta a esa dura y beligerante proxeneta que es la realidad.
Geary lucha por hacer del deseo un habitante más de su rutina, por librarle del estigma, por hacer de él una benéfica virtud, pero su meta no es fácil de alcanzar, demasiado ruido de fondo y también ese miedo adquirido que se tiene a la soledad. Geary reflexiona mientras vive sobre el aliento de una ciudad que solo aspira a la grisura.
En la narración de Murdoch se desliza una luz que ciega, pero que también autogestiona con un equilibrio tácito y milimétrico la comunión entre el lector y el dúo protagonista. Murdoch consigue iluminar la mediocridad de un personaje como Sam Goldman hasta hacer de él un respetable contrincante para la indecisa Yvonne.
Aunque es fácil intuir el desenlace de esta obra, no por conocido impacta menos. La resolución de esta pequeña obra de arte es sin duda un acto de valentía que conmueve y ofrece una de las caras menos visibles de la justicia. Murdoch despliega una férrea racionalización del destino del ser humano sin contaminarla con lo emocional, hecho que hace aún más válida su visión de la fragilidad humana.
Mención aparte merece la traducción de Pilar Adón, estricta y perfectamente alimentada por unos eficaces y fructíferos matices. Esta novela, y su rico tuétano, sería otra si hubiese tenido una traductora distinta. Gracias a ella hay en cada frase una realidad y un sueño, y entre ellos una lucha encarnizada por no negarle al cuerpo de la protagonista la verdad.
No dejen de leerla. Algo del otro mundo es la novela más política de Murdoch y por ello un imponente y salvaje acto de fe.
‘Algo del otro mundo’. Iris Murdoch. Traducción de Pilar Adón. Editorial Impedimenta. 75 páginas.
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