Una magnífica ‘isla del tesoro’ para La Joven Compañía
La Joven Compañía, con su habitual gusto por lo arriesgado, elige ahora como nuevo montaje ‘La Isla del Tesoro’. Grandes dosis de teatro que envuelven en un apetecible algodón de azúcar, pero en realidad es una dura historia sobre la codicia y la traición.
Existe un placer mayor que asistir como público a una representación de La Joven Compañía. Y es asistir a varias representaciones. Es recomendable ver un estreno; en otra ocasión asistir a una función que lleve semanas en cartelera, y en una tercera vez hacer lo propio con una última representación.
En estas tres experiencias habrá algo que no cambiará: tanto en el estreno como en la clausura los integrantes de la compañía habrán sabido transmitir al espectador la misma dosis de ilusión. Porque la ilusión es algo que brilla a través de la piel de los componentes de este equipo: va desde los acomodadores hasta el actor protagonista y –si se tiene vista firme- hasta se verá un barniz de ilusión en la escenografía. Este detalle no es nimio; ¿a cuántos grandes nombres de la escena se les ve representar un gran texto muchas veces sin ganas? No sabemos si es por pasión, juventud o ambas cosas, pero pocos saben transmitir el amor al teatro como este grupo de caras casi desconocidas.
Hay algo más. Si el espectador asiste en años consecutivos a esas tres sesiones, al llegar a casa empezará a hacer muescas en el marco de la puerta de la cocina. La muesca de cada año estará marcada por encima de la del anterior y mostrará cómo estos actores van creciendo en su profesión. Este equipo “se monta y se desmonta y marcha por los caminos del mundo”, como en su día dijo Lorca de La Barraca. El poeta granadino quería acercar la cultura clásica a las clases populares; La Joven Compañía hace lo propio con los colegios e institutos al darse cuenta de la fractura tan honda entre educación y cultura que existe en España.
Su último estreno es La Isla del Tesoro, la traducción de la versión teatral que de la novela hizo la escritora británica Bryony Lavery, presente además en el estreno. De telón de fondo están la codicia humana, siempre sin límites, el egoísmo, la mentira, la arrogancia, la traición… Pero como una cosa no existe sin su contraria, también están la bondad, la amistad, la verdad…
“Esta obra me hace sentir las cosas que estamos intentando transmitir. Los puentes en esta Europa que cada vez se separan más. Desde el teatro hay que contar. La Isla del Tesoro me marcó y quería contarlo”, comenta el director, José Luis Arellano.
Tras la representación, Lavery aseguró: “Esta versión que he presenciado es muy inteligente. Veo cómo la historia se mueve y evoluciona. Estoy feliz de haber asistido a esta magnífica adaptación del Conde Duque. Empieza con una abuela. Va dirigida a abuelos y jóvenes. Trata sobre quiénes son tus amigos y cómo consigues confiar en la gente correcta”.
El montaje es puro teatro. Y con esto voy a reseñar lo que algunos puristas dirían, por si acaso usted lo es, mejor curarse en salud. Para empezar, Jim Hawkins es una chica…, ¡una chica! Pero esto no es lo peor, porque resulta que su abuela (la abuela Hawkins) está interpretada por un hombre ¡con barba!, ¡con mucha barba! Pero no solo esto: el barco no es tal, es una tarima con ruedas, los personajes beben en jarras de plástico y las constelaciones que aparecen no están configuradas con estrellas sino con velas. Un derroche de malversación que sirve para transmutar la realidad, para adulterar el teatro, para tirar por la borda la óptica de todo realismo. Para muchos, una infamia, un insulto al legado de los autores. Si es usted de esos a los que nada de esto que acabamos de reseñar gusta, no vaya a ver a La Joven Compañía, les parecerá un suicidio, tirarse por la ventana.
Eso sí, volvamos a Lorca: “Hay que destruir el teatro, o vivir en el teatro. No vale silbar desde las ventanas”. Les aseguramos que, si realmente aman el teatro, verán cómo estos chicos son capaces de tirarse por la ventana para salvarlo.
‘La Isla del Tesoro’ por La Joven Compañía. Hasta el 25 de febrero 2017. Teatro Conde Duque. Más información.
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