El guardián de la Amazonía, en peligro por los incendios
El jaguar es símbolo del enigmático poder del Amazonas. Pero vive acorralado por mil peligros. Su delicada situación se agrava ahora por una nueva amenaza: su hogar está siendo arrasado por las llamas. La Amazonía, el pulmón del planeta, arde como nunca lo ha hecho y está siendo destruida a un ritmo aterrador. De enero a mediados de agosto de este año, hemos visto un 70% más de incendios que en el mismo período en 2018, hasta alcanzar la desorbitada cifra de más de 72.000 incendios. La ola de fuego es intencionada y todos en el planeta debemos movilizarnos para poner freno a esta emergencia. Desde WWF y ‘El Asombrario’ os pedimos ayuda.
Por MÓNICA TIMÓN / WWF-España
Símbolo del enigmático poder del Amazonas, el jaguar es el felino más grande del continente americano. De gran belleza, se caracteriza por una cabeza ancha y redonda, patas cortas y una impresionante piel salpicada de rosetas oscuras con pequeñas manchas en el centro, con un patrón de motas único para cada ejemplar.
Cazador por naturaleza, su mordida es considerada una de las más fuertes entre los grandes felinos. Sus potentes mandíbulas podrían atravesar hasta un caparazón de tortuga y se alimenta de cualquier animal que se le cruce: desde ciervos y armadillos hasta monos y lagartos.
Pero, a pesar de su majestuosidad, los jaguares llevan décadas amenazados. La fragmentación de su territorio y los conflictos con los seres humanos mantienen a este animal bajo una gran presión, a lo que se suma una creciente demanda de su piel, sus dientes, sus garras y otras partes de su cuerpo, que deriva en el aumento del furtivismo.
Así, en la actualidad ocupan menos de la mitad de su territorio histórico y se estima que sus poblaciones se han reducido un 20% en menos de 30 años.
Esta situación se agrava ahora por una nueva amenaza: su hogar está siendo arrasado por las llamas. La Amazonía, el pulmón del planeta, arde como nunca lo ha hecho y está siendo destruida a un ritmo aterrador. Nunca antes en la historia había estado tan amenazada.
Estos incendios son provocados como herramienta para la deforestación del bosque tropical más grande del mundo. La tasa de deforestación ha aumentado en un 45% respecto a 2018. De enero a mediados de agosto de este año, hemos visto un 70% más de incendios en relación a lo que vimos durante el mismo período en 2018, hasta alcanzar la desorbitada cifra de más de 72.000 incendios.
No hay duda de que esta ola de fuego es intencionada, provocada por la acción humana y está directamente relacionada con la expansión agropecuaria (producción de carne, soja, etc.), como confirman los datos del Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonía de Brasil (IPAM).
Una emergencia global, todos perdemos
A pesar de su lejanía, todos somos víctimas de este desastre ambiental. Con cada hectárea que arde perdemos todos y por eso estamos ante una emergencia global: si perdemos la Amazonía, perdemos la lucha contra el cambio climático. Los bosques amazónicos juegan un papel crítico en la mitigación del cambio climático: capturan el 10% del total de CO2 y, además, generan el 20% del agua dulce del planeta.
Estos incendios están destruyendo ecosistemas, desplazando a la vida salvaje y poniendo en peligro la subsistencia de millones de personas. Se estima que unas 40.000 especies de animales y plantas, 350 comunidades indígenas y 68 espacios protegidos están afectados por las llamas. Los impactos alcanzan además al ciclo del agua, alterando las precipitaciones y amenazando con sequías, agravando la compleja situación de calentamiento global.
WWF está presente sobre el terreno desde hace más de 30 años para conservar su enorme riqueza, acabar con el tráfico ilegal de madera y trabajar con las comunidades indígenas para buscar soluciones ecológicamente sostenibles. Los gobiernos deben poner en marcha políticas de protección de la Amazonía e impulsar nuevas áreas de protección y es fundamental que se coordinen para gestionar la Amazonía como el ecosistema que es porque las fronteras no tienen sentido en la naturaleza. La semana próxima resulta crucial en la divulgación y concienciación de este desastre ambiental; el próximo jueves, día 5 de septiembre, es el Día de la Amazonía.
WWF ha redactado un Manifiesto en Defensa de la Amazonía para pedir a los líderes políticos de Brasil, Bolivia, Colombia, Perú, Ecuador, Venezuela, Guyana y Surinam que protejan la Amazonía, combatan la deforestación y terminen con las causas de los incendios. Apoya el manifiesto y súmate a esta petición.
COMPROMETIDA CON EL MEDIO AMBIENTE, HACE SOSTENIBLE ‘EL ASOMBRARIO’.
Comentarios
Por Raúl, el 30 agosto 2019
Por favor quitar la tilde de la i de Amazonia, jamás la ha tenido y en ningún diccionario la tiene.
Por Asombrosio, el 30 agosto 2019
Fundéu. Buscador urgente de dudas. https://www.fundeu.es/recomendacion/amazonia-amazonia/
Las formas Amazonia, sin acento, y Amazonía, con acento en la i, son igualmente adecuadas.
En los medios de comunicación puede apreciarse cierta vacilación a la hora de acentuar Amazonia: «Controversia por la reserva minera en la Amazonia», «Petroamazonas anuncia nuevo sistema de perforación en la Amazonía de Ecuador».
Ambas variantes son correctas, tal y como señala el Diccionario panhispánico de dudas, aunque está más extendida la no acentuada.