Javier Benayas: “El reto ambiental más preocupante es la basura”
Catedrático en Ecología en la Universidad Autónoma de Madrid, Javier Benayas es hoy una de las personas con mayor reconocimiento a la hora de hablar de educación ambiental y del diseño de estrategias sostenibles para poner en marcha en las áreas urbanas, pero también en las rurales. Premio del programa Hábitat de la Unesco, también forma parte del consejo nacional que cada año, en un informe, resume cómo se están cumpliendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en España. Además, desde 2016, ha trasladado su experiencia académica a la política; es el primer concejal de Sostenibilidad en el pueblo en el que reside, Soto del Real (Madrid). Hoy llega a nuestra ‘entrevista circular’.
¿Qué retos tiene la educación ambiental por delante?
La educación ambiental tiene una trayectoria de 50 años en España, pero el pico estuvo entre 2000 y 2010, cuando llegó a haber 12.000 educadores dedicados a ella, pero con la crisis, el paro fue del 75% en el sector y todos esos profesionales no se volvieron a recuperar. El escenario actual es de recuperación, poco a poco, aunque tiene más futuro que nunca porque, si queremos un futuro sostenible, hay que concienciar para generar cambios. Los educadores somos médicos que abordamos enfermedades ambientales. El tratamiento es la píldora de la gestión y el prospecto son las medidas educativas. Y una cosa sin otra no es útil. El error del pasado fue que hicimos mucha educación, pero sin tener la píldora, y por ello no fue efectivo. Además de educar en que hay que proteger y cuidar el bosque, hay que saber que eso se hace posible comprando maderas certificadas, por ejemplo. Otro tema es que la educación ambiental se ha centrado en los niños y en los ya sensibilizados. Es un círculo vicioso. En mi Ayuntamiento sé que tengo un 5% de convencidos, otro 10-15% de interesados y un 80% que pasa del tema. Es a ellos a los que hay que llegar y convencer. Y se hace relacionándolo con el comportamiento.
De todos los retos ambientales, ¿cuál te preocupa más?
La basura. El tema de energía es importante, desde luego, pero este otro es fundamental. Un ejemplo: desde el 1 enero en los ayuntamientos pagamos 40 euros por tonelada de basura que va al vertedero. Si no se hubieran tomado medidas en mi municipio, hoy eso costaría a las arcas públicas 500.000 euros. Hoy, hay mucho movimiento por la presión legislativa europea y española, que es una forma indirecta de educar, pero la sociedad va muy lenta. Hay un nivel muy bajo de concienciación sobre los residuos. Conozco gente con nivel educativo alto que no recicla nada. Al final, el problema es que nos faltará materia prima, así que si no la reutilizamos vamos muy mal. Hay ejemplos de que se puede gestionar bien, como El Boalo, Vitoria o Pontevedra.
¿Por qué no avanzamos como sociedad en conciencia ambiental, pese a que las vivimos cada vez más intensamente?
A mis alumnos les pregunto por algo que les haya influido en su educación para que el medio ambiente sea importante en su vida. Hace cuatro generaciones, el tema no existía y no podía influir, pero en las nuevas mencionan una granja escuela, un profesor… Los jóvenes están más sensibilizados. Lo que pasa es que eso no se valora nada para encontrar un trabajo, y se olvidan. Tenemos a gente más informada, pero seguimos viendo cómo queda todo por el suelo tras una fiesta. En la Universidad de Cornell, pionera en educación ambiental, tres décadas después de empezar con el tema, comprobaron en un estudio que no había mejorado la concienciación. La razón: que el nivel económico está reñido con la sostenibilidad. Te habitúas a viajar en avión, al aire acondicionado, a comprar, y no estás dispuesto a renunciar. Mientras los de nivel medio-bajo sienten que ahorran si reciclan o reutilizan, los del nivel alto no lo hacen. Todo ello me genera mucha contradicción: hay mucho más movimiento en torno a la sostenibilidad, se habla mucho de ella y hay más cambios, pero la sociedad en su conjunto no avanza por estas cuestiones.
Economía circular. ¿Qué cambiará?
El principal problema es que vamos muy retrasados en España para conseguirla. Hoy, en el norte de la Comunidad de Madrid, el 85% de los residuos van a un vertedero. Es la tercera autonomía que más basura lleva, no gestiona y es la más rica. Eso pasa por sensibilizar a la gente, algo que no se entiende en muchos municipios. Si hacemos las píldoras de las medidas, sin los prospectos de la divulgación, tampoco mejoraremos. Desde luego, es fundamental la economía circular. De hecho, hemos planteado hacer una agencia específica en esta autonomía que implique a los ayuntamientos para que aumente.
¿Qué les dirías a los escépticos ambientales?
El problema es que la sociedad española se está radicalizando. Es increíble. Y esta radicalización se extiende sobre temas que ya estaban consensuados en el pasado entre partidos de diferentes ideologías. Ahora, las diferencias que nos separaban, que eran matices, se agrandan. Así que por un lado se avanza y por otro se va hacia atrás. Hay mucha gente que trata de conservar sus privilegios y es más egoísta, que no quiere oír hablar de decrecimiento en sus buenas condiciones de vida. Son personas a las que es imposible convencer, con las que ya no se puede hablar de estos temas. Son el estereotipo del negacionista. Y lo malo es que hace 10 años no existían y ahora sí, gente que, como en Estados Unidos, siguen a los Trump de cabeza.
¿Qué prácticas ambientales tienes en tu día a día?
En casa separamos todos los residuos e incluso tenemos compostadora. Luego está mi implicación como concejal de Sostenibilidad en Soto del Real, a lo que dedico mi tiempo libre, tratando de convencer a los residentes que no apuestan por estos cambios de comportamiento que son tan importantes.
Pese a que parece que no mejoramos como sociedad, ¿eres optimista?
Si no fuera optimista, no podría trabajar en lo que lo hago. Tengo un fuerte compromiso por el cambio social que necesitamos. Me gusta pensar que la investigación en la que participo produce cambios en las sociedades y también que el trabajo con mis alumnos en la universidad tendrá resultado.
¿A qué lugar que has conocido volverías?
Nepal. Me encantó y me gustaría poder pasar allí un mes, quedarme allí para recorrerlo con tranquilidad.
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