Javier Maroto: “La denuncia social llega más desde la esperanza que desde la rabia”
Entre la denuncia, lo espiritual, el humor y la belleza caminan los temas del nuevo disco del cantautor madrileño Javier Maroto. En su cuarto trabajo, ‘Ama’, se ha acompañado de las colaboraciones de Eliseo Parra y Rozalén, junto a grandes músicos que enriquecen con instrumentos del folk tradicional sus canciones de autor.
La palabra ‘Ama’ como título, de entrada ya es toda una declaración de intenciones.
Le da el título a este disco la canción Ama. Tiene que ver con mi tributo a Silvio Rodríguez, un cantautor que incide mucho en la idea de amor al ser humano. Hay una frase de Silvio que me gusta mucho y que dice que no hay nada más revolucionario que el amor. Algo tan sencillo como impactante. Mi conexión también con lo social me lleva a esa idea del amor como algo revolucionario.
“Ama, nada más creo que tenga valor y envolver con tu abrazo el dolor”. Hablas de Tarajal, no parece que estemos demostrando una faceta muy amorosa en nuestras fronteras.
Todo lo contrario. Mostramos desprecio, insidia, es terrible. Tarajal, como los temas de inmigración y refugio, tenían que estar reflejados en esa idea de “ama”.
Te has ido hacia terrenos folk en este trabajo. ¿Cómo ha sido el viaje?
Es mi cuarto disco y ha habido cosas distintas a los anteriores. Cuando hice el tercer disco me dije: “Debería ser ya famoso”. (Risas). Bromas aparte, quería tener un productor en este cuarto trabajo porque los anteriores los produje yo. Pensando en todo eso, conocí a Eliseo Parra y la cabeza me hizo un clic en uno de sus conciertos, vi las posibilidades de una canción sencilla dentro de la música folk. Y tener la colaboración de Eliseo en el disco ha sido un regalo, es un amor. Yo venía más del clásico, había trabajado más la melodía y los acordes y menos el ritmo. Empecé a descubrir todo un mundo (Coetus) y luego además pasó que el productor de este disco, Campi Campón, productor de Jorge Drexler, estaba muy relacionado con ese mundo también y me dijo que lo que más le gustaba era fusionar folk de cualquier país con música moderna. Todo me iba conduciendo a eso.
De hecho, eso se plasma en la variedad de instrumentos de los que te acompañas, tradicionales y modernos.
Hay una frase que me dijo Campi que siempre recuerdo: “Vamos a hacer un disco con influencias folk pero que no suene a National Geographic”. (Risas). Tiene esa visión, es capaz de mezclar lo tradicional con lo moderno. Por eso en el disco te encuentras a músicos como Josete Ordóñez, que es un guitarrista esencialmente flamenco, o Pablo Martin Jones, entregado al pandero cuadrado y el cajón, Xavi Lozano, músico de Eliseo Parra, o Charlie Bautista, que viene del indie y del rock. Nunca hubiera imaginado esto para mis canciones.
Hay muchas colaboraciones en este disco, como Rozalén, una de las voces que más acarician el corazón en la actualidad…
Así es. Tener su voz ha sido como la carta de los Reyes Magos. Justo para uno de los temas menos instrumentados del disco, el que lleva guitarra y voz y poco más. Un tema de desamor. Cuando aceptó fue increíble. Es una artista muy generosa, está llena de trabajo ahora, no para por el mundo, y gracias a que me hizo un hueco el tema ha quedado precioso.
Hay también en el disco alegría, sentido del humor y ganas de bailar. ¿Para alejarte de la idea del cantautor serio?
Yo tengo influencias de muchos cantautores (Serrat, Aute, Silvio), pero la canción de autor es muy amplia, me gustan también Javier Krahe, Leo Maslíah, ese punto de vista del humor siempre me ha gustado mucho. Hay que reírse. Siempre he tratado que la alegría esté presente en mis discos, por mi visión positiva de las cosas. Creo que eso hay que mostrarlo también y difundirlo. Creo que la denuncia social llega más desde el entusiasmo y la esperanza que desde la frustración y la rabia. Ayuda más a hacer un frente común, mostrar las ganas de querer cambiar las cosas desde la fuerza, la esperanza y la unidad, mejor que desde la tristeza y el dolor.
En esa línea cantas ‘Murga para echarlos’. ¿Que no nos borren la sonrisa pase lo que pase?
Claro, yo creo que es importante esto. Los políticos cuando hablan no lo hacen como nosotros en un bar, desde el corazón. Un político sigue un discurso que le han escrito, marcado, medido, asesorado. Sus palabras están muy estudiadas y colocan en la opinión pública ideas que nos acabamos tragando. Nos quedamos con una sensación frustrada. Somos muchos más los que sufrimos sus políticas que los que las gozan. Desde el ser más, con ilusión y ganas, es esa canción.
En tu primer disco también contaste con la colaboración de Pablo Guerrero. ¿Cómo fue ese encuentro?
Fue muy bonito porque un día estoy comprando en el súper y me encuentro a Pablo Guerrero. En la sección de vinos y licores. (Risas). Le saludé y descubrí que vivía cerca de mi casa. Empecé a perseguirlo cual fan… Es uno de los mejores poetas que tenemos en este país. Y es una persona generosa sin límites. Seguimos manteniendo amistad y sigo constatando, 15 años después, su vitalidad creativa, su capacidad de ser como un niño ilusionado siempre que saca disco o libro.
Sueles participar mucho en tributos a cantautores y poetas. ¿Por qué te parece importante recuperar y homenajear ese patrimonio artístico?
Echo de menos que se le dé más espacio. En España hay gente muy buena en la canción de autor, pero hay poco festival de esto. Poca difusión cultural. A veces tengo la sensación de que todos hacemos la guerra por nuestra cuenta, y creo que es necesario sumarse a difundir el valor cultural que tenemos en España y Latinoamérica. La canción tiene un gran valor, la dejamos morir un poco más allá de la labor individual que hacemos cada uno de intentar defender nuestro proyecto. Y es un mundo muy variado, la gente sólo conoce una parte de la canción de autor (la política, guerrera). Pero hay mucho más: temas divertidos, transgresores, originales, emotivos. Hay mucha más riqueza de lo que se piensa.
Javier Maroto presenta ‘Ama’ mañana, domingo 9 de abril, en la sala Galileo Galilei de Madrid.
Comentarios
Por Ana, el 15 octubre 2018
La denuncia social llega más desde la esperanza que desde la rabia y no hay nada más revolucionario que el amor. Dos pensamientos que convendría difundir para contrarrestar tantos mensajes desmovilizadores o paralizantes.
En este ambiente de escepticismo y resignación, se necesitan discursos y modelos alternativos que pongan el acento en las posibilidades, además de en la crítica, y animen a sumar aportaciones para transformar la realidad y avanzar hacia un mundo mejor. Como la de Javier Maroto desde la música y Silvia Melero desde el periodismo. Gracias