Juan Cavestany, alquimista de otras fórmulas de teatro y cine
Maribel Verdú, Eduard Fernández, Raúl Arevalo y Santiago Segura estarán en su nueva película, ‘Gente en sitios’, totalmente independiente. Además, tiene dos obras de teatro actualmente en cartel. Estos son los secretos de un creador que estuvo a punto de tirar la toalla.
Texto y foto: MILUCA
A Juan Cavestany le ha pasado algo que no es habitual en estos días, le han coincidido dos obras en cartel. Nada tras la puerta, que se puede ver en el Teatro Valle Inclán de Madrid, es un proyecto de Mikel Gómez Segura, escrito a diez manos por el propio Cavestany, José Manuel Mora, Borja Ortiz de Gondra, Yolanda Pallín y Laila Ripoll, basándose en historias reales del reportero de guerra Hernán Zin. El tema en torno al que gira la obra es el cuerpo de la mujer como campo de batalla, visto desde una perspectiva de la dicotomía Norte-Sur, de las fronteras que dividen los países ricos del Norte de los pobres del Sur. Cavestany ha escrito el texto que sirve de hilo conductor, en el que más nos reconocemos, el punto de vista de los europeos del Norte. Tres amigos están viendo un partido de fútbol en su casa, un partido que su equipo empieza ganando, pero que termina perdiendo. En torno a él se van entrelazando las historias que suceden en el Sur. Historias de violaciones, de matrimonios arreglados de menores de edad, de venta de niños, de odio, de racismo. “Aunque es una pieza corta, ha requerido un trabajo de entendimiento con el resto de la gente, de encontrar una sintonía, que en este caso ha venido por la libertad total que ha dado Mikel para que trabajáramos”, nos dice Cavestany.
La otra pieza también contiene una buena dosis de política. Capitalismo (hazles reír), representada en el Circo Price, es una obra que nació de un proceso de trabajo de dos años organizado por Andrés Lima en torno a seis talleres de investigación y debate, tomando como punto de partida el libro de Naomi Klein La doctrina del shock. “En los talleres participó gente del teatro junto con especialistas de otras disciplinas, como economistas, politólogos o periodistas. En los debates introducíamos improvisaciones, trabajos de clown, y yo iba intercalando un texto. Era una especie de testimonio de lo que se había hablado, de qué es lo que nos ha llevado a esta situación de crisis absoluta, junto con mi propuesta dramatúrgica. El espectáculo que surgió es una mirada al capitalismo como enfermedad o patología del individuo puesto en el contexto de un espectáculo de diversión, en un circo”, explica Cavestany. En ese circo multidisciplinar en el que se mezclan danza, teatro, variedades, música, imágenes, trapecios, acrobacias, pensamientos y lanzadores de cuchillos, y en el que el director, Andrés Lima, dirige la función látigo en mano, se habla de la sanidad en una consulta realizada en una red de trapecista, o de los políticos y el miedo como herramienta de poder a ritmo de tango o de Led Zeppelin.
Pero esta buena racha para Cavestany viene precedida de dos años de sequía. “He pasado un par de años al borde de la desolación absoluta, como mucha otra gente. Todos nos estamos buscando la vida a nivel de supervivencia. Estuve a punto de tirar la toalla. Y, de repente, este año estoy súperocupado con el teatro. Estoy en una situación que es como un cruce de caminos muy emocionante. Desbordado de trabajo, pero encantado de la vida”.
Y continúa: “Desde que hice El traje el año pasado, no había hecho nada. Esa obra fue una experiencia maravillosa, pero sin ninguna repercusión comercial. A nadie nos ha dado nada más que la satisfacción de hacerla. Era un trabajo artesanal que realizamos entre Javier Gutiérrez, Luis Bermejo y yo. Producido por ellos con lo mínimo, por el gusto de hacerlo y de trabajar juntos”.
Hagamos un poco de repaso de su trayectoria, que coincide con una de las historias más gratificantes del reciente teatro español, la de Animalario. “Empecé a escribir teatro cuando era colaborador de El País en Nueva York, entre 1993 y 1999. Mientras escribía para el periódico, iba creando piecitas cortas para Alberto San Juan. Él hizo periodismo, pero había empezado a estudiar interpretación en la escuela de Cristina Rota, y con mis textos y los suyos empezó a montar la compañía Animalario junto a Roberto Álamo, Nathalie Poza, Willy Toledo, Ernesto Alterio y Andrés Lima. Hicieron cosas como Qué te importa que te ame, El fin de los sueños y El obedecedor. Luego le envié a Alberto una obra grande, Los lobos de Washington, se la pasó a Mariano Barroso y la llevó al cine. Entonces dejé el periodismo y me vine a España para escribir. Me pasé al cine, hice la película Guerreros con Daniel Calparsoro, pero seguí colaborando con Animalario. Hasta que llegó Urtain, sin duda la obra de más éxito y con más repercusión del grupo”. La historia del boxeador que se suicidó y la España de su época les proporcionó nueve premios Max en 2010, incluido el de mejor autor en castellano. “Fue entonces cuando asumí que yo era un escritor de teatro. Casi toda mi producción la he hecho con Animalario. Que me llamen para hacer otras cosas, como Nada tras la puerta, es raro. Fue a partir de Urtain cuando me buscaron para otras cosas. De hecho, ahora tengo otros dos proyectos de teatro para el próximo año: El pintor de batallas, una adaptación de una novela de Arturo Pérez-Reverte, para el Teatro Español. Cuenta la historia de un fotógrafo de guerra que se retira después de estar años viajando por el mundo viendo atrocidades, con la ambición de comprender la debacle humana. El otro proyecto es una adaptación de Macbeth, con Andrés Lima y Javier Gutiérrez para el Centro Dramático Nacional. Esta obra de Shakespeare siempre ha sido política y siempre lo será. En nuestra versión la acción transcurre en Galicia y la familia se llama Los Macbez. Galicia es el norte de España como Escocia el norte de Gran Bretaña. Lo que está lejos, en el frío, en la oscuridad. Podíamos haberlo situado en otro sitio del norte, pero como Javier Gutiérrez es gallego, lo hemos situado en Galicia y hemos hecho que las tres hermanas sean tres meigas. En el reparto figura Carmen Machi”.
Sobre el cine, Cavestany cuenta que acaba de rodar una película, Gente en sitios, autofinanciada, como sus dos trabajos anteriores, El señor y Dispongo de barcos. “La he escrito, dirigido y montado yo, lo que se dice independiente total. Es una película pequeña en la que aparece mucha gente del cine español, como Maribel Verdú, Eduard Fernández, Raúl Arevalo y Santiago Segura, actores con los que yo he trabajado o me he cruzado. Para ellos ha sido una experiencia muy flipante, muy gratificante, porque hemos trabajado de una forma que no es la habitual. Como las otras dos películas, esta también es un acto de supervivencia, pero aún más si cabe. Es un trabajo de improvisación, de inmediatez, de colarnos en los sitios y rodar, de mucho subidón. La estrené en el Festival de Cine de Toronto. La seleccionaron incluso antes de terminar el montaje. En el certamen mi película era como un ratoncito que se ha hecho su sitio, pero tuvo muy buena acogida. También la llevé al festival de San Sebastián y al de Sitges y ahora quiero ir a Valladolid. Intentar estrenar en salas comerciales es un suicidio. Todos los directores que acabamos de hacer una película estamos mirando a ver qué hacen los otros. Dispongo de barcos la estrené en la Sala Berlanga, porque era de la SGAE, y El señor la puse en internet a 3 euros la descarga. No funcionó económicamente, pero tenía algo de novedoso que un director colgara en su web su película para venderla. Se la bajaron unas 500 personas, cifra baja si se compara con las cifras del cine, pero que está muy bien si la relacionas con una aplicación que hace uno mismo para descargar”.
Comentarios
Por Luislu, el 17 octubre 2013
Grande Cavestany! Su curriculum es fantástico. Ganas de ver Dispongo de barcos y su nueva Gente en sitios.