Juan López de Uralde, (Equo): «El PP está aplicando a la gente la estrategia del electroshock»
Nuevo curso. Y promete ser muy agitado en lo político y social. Esta ‘Ventana Verde’ propone un repaso a las novedades más importantes de la ‘vuelta al cole’ de la mano de quien mejor representa el compromiso político con un ‘desarrollo verde’, más sostenible y humano, alejado de la ‘ley capitalista de la selva’: Juan López de Uralde, uno de los fundadores y portavoces, una de las cabezas más visibles del partido Equo.
Comienza un curso decisivo en política en España, con muchos retos planteados de cara a las elecciones municipales y autonómicas de primavera, ¿cómo lo encara Equo?
Indudablemente, empezamos un curso en que la situación política nada tiene que ver con la que había hace tan solo un año. El voto al bipartidismo en las Europeas estuvo por primera vez por debajo del 50%; ese es un hecho muy relevante para el futuro político de España. Y está claro que en la izquierda la irrupción de Podemos marca una nueva situación. Son todavía ondas en el estanque, como decía en un artículo Rosa María Artal (periodista, columnista en eldiario.es), pero no hay duda de que esas ondas están en expansión y que las cosas van a cambiar. ¿En qué dirección? Yo creo que se percibe una clara necesidad de confluencias para intentar desbancar en lo máximo posible al PP. Es una necesidad, además, muy sentida. Así que son piezas muy novedosas en el tablero con las que habrá que jugar.
¿Cómo afecta la irrupción de Podemos a Equo?
El fenómeno Podemos afecta a toda la realidad política española. Ninguno de los partidos está libre de esa irrupción, de verse afectado de alguna manera. Yo lo veo de forma positiva; en el sentido de que ese movimiento, esas ondas que ha creado, están haciendo reflexionar a la gente sobre la política, y estoy convencido de que eso a Equo le va a beneficiar. Porque más gente nos está mirando ya. Podemos va a ser positivo para Equo y movimientos con amplia base ciudadana, porque mucha gente se anima a movilizarse. Gente que antes se mantenía al margen en clave política ahora entrará, y al mirar el panorama, las opciones existentes, verán que Equo es una propuesta muy consolidada, que nuestro programa está bien articulado y que no somos ningún meteorito con propuestas utópicas o aisladas, sino que tenemos un anclaje y una proyección internacional importantes, con el Partido Verde Europeo.
¿Qué le ha faltado a Equo hasta ahora para alcanzar ese gancho de Podemos?
Partimos de que estamos contentos con el resultado de las Europeas. Nuestro objetivo era entrar en el Parlamento Europeo, y lo hemos conseguido. Hemos conseguido entrar en el Parlamento Europeo con muy poco presupuesto, sin pedir créditos, sin endeudarnos, con una campaña de 90.000 euros, y muy poca presencia mediática… Yo creo que esa es la principal diferencia. Nos faltaron horas de televisión. Sin lugar a dudas. Y nos siguen faltando. Probablemente porque nosotros hacemos una política más reposada, más de propuestas, de alternativas, un discurso ideológico. Nosotros somos verdes, no lo escondemos, y queremos hacer política verde en España. Y todo eso hace que quizá para determinada forma de entender la política en televisión no sea tan atractivo. He de reconocer que quizá nos falte una estrategia de comunicación más llamativa, que llame más la atención, que incida más.
Desde luego, toda la estrategia de Pablo Iglesias con referencias a la casta ha sido comunicativamente muy afortunada. Y muy rentable.
Sí, hay que reconocérselo. Nosotros estamos de acuerdo en que hay que acabar con la casta… y con la caspa.
Dices que vuestro programa está más armado, ya consolidado, muy hecho, y a fuego lento; también es el que de verdad se compromete con un desarrollo sostenible auténtico, algo que otros no lo tienen tan claro, ¿no?
Efectivamente, Equo plantea un discurso muy diferente al resto de partidos, de derecha y de izquierda, porque nosotros cuestionamos el productivismo en que se basan los partidos, unos con un énfasis más acentuado en el mercado, otros con más énfasis en el peso del Estado, pero finalmente todos apuestan por el crecimiento del PIB. Y nosotros, para empezar, cuestionamos el PIB como herramienta de medición económica, porque entendemos que el objetivo de la economía debe ser el bienestar de la sociedad, y los medidores tienen que estar basados en ese bienestar, es decir, no se trata solamente de cuánta actividad económica haya, sino cómo eso afecta a las personas, a la sanidad, a sus niveles de educación, a la calidad del medio ambiente. Hay multitud de factores que creemos que deben ser tenidos en cuenta. Por tanto, nosotros planteamos un modelo radicalmente diferente, un modelo verde para España; la apuesta por una economía verde que de verdad genere empleo y riqueza, en un sentido más holístico y más equitativamente distribuida. Para explicar nuestras propuestas empleo a veces el ejemplo de la peatonalización de una calle. Es algo fácil de hacer, que no requiere grandes inversiones y que cambia totalmente la vida de la gente. El asunto es que cuando propones peatonalizar una calle al principio generas un rechazo; la primera reacción es de rechazo visceral, de los vecinos y los comerciantes; pero años después, tú te paseas por cualquier zona peatonalizada de cualquier ciudad y ves que el nivel de vida ha aumentado muchísimo, que la mayoría de comercios y vecinos están contentos, que se ha producido realmente un aumento en la calidad de vida. Nosotros proponemos, valga el símil, peatonalizar España, peatonalizar el mundo. Hacerlo más humano. De ahí que tengamos que realizar un esfuerzo para convencer a la gente de que nuestra propuesta es una alternativa para realmente vivir mejor, sin dejarse intoxicar por el discurso neoliberal de lo que consiste la propuesta verde.
Háblanos del proceso de debate de Ganemos, de convergencia de movimientos ciudadanos y de posible alianzas, de cara a las elecciones municipales. ¿Cómo participa Equo?
Ganemos surge de la iniciativa de Ada Colau en Barcelona; lanza esta idea de una alternativa ciudadana en la que se puedan integrar ciudadanos, organizaciones sociales y organizaciones políticas. Ese es el proceso que se está poniendo en marcha en muchas ciudades de cara a las municipales. Y es un proceso muy esperanzador, en el cual realmente puede producirse, si culmina con éxito, una confluencia de fuerzas que abogamos por el cambio, con nuestros matices, pero con el denominador común de la necesidad urgente de dar la voz a la ciudadanía, y que la gente se sienta con posibilidades de participar, de influir, de ser parte realmente del proceso democrático de Ganemos. Ahora mismo te diría que en la mayor parte de las capitales de provincia hay en marcha conversaciones en ese sentido. Y yo pienso que sí habrá una confluencia con éxito.
Entendimiento que surge de la urgencia de detener el deterioro democrático, ¿no?
Hay una prioridad: echarles. Echar al PP es una prioridad, porque nos encontramos ante lo que yo llamo una situación de neofranquismo. En seguridad ciudadana apuestan por una ley que reprime la protesta; en el ámbito del Estado del Bienestar hay un proceso de desmantelamiento de los servicios públicos que hasta ahora eran incuestionables; estamos viendo cómo Rajoy se ha convertido, y lo hemos comprobado con la visita de Merkel a España, en el principal valedor de las políticas de austeridad. Siendo como somos un país víctima de esas políticas, resulta que tenemos un presidente del Gobierno que se hace valedor de ellas, lo cual es absolutamente incomprensible. Hemos visto cómo están desmantelando las políticas ambientales, dando entrada al fracking, a las prospecciones petrolíferas, en contra de la opinión mayoritaria de la gente; cómo quieren alargar la vida de las centrales nucleares a costa de la seguridad, los compromisos y la lógica. Allí donde miremos, vemos que el Gobierno del PP está suponiendo una marcha atrás, en algunos casos tan acentuada y grave que era impensable hace unos pocos años, como el cambio de la ley del aborto. Hay un retroceso enorme en aspectos en que creíamos que las victorias eran para siempre, que una vez que alcanzabas un punto, solo cabía ir de ahí para adelante. Sin embargo, vemos que no es así, cómo todo lo han hecho vulnerable. Por eso digo que las confluencias son necesarias, porque la gente no entendería que no fuéramos juntos con esa prioridad, más allá de los matices de cada uno. Eso sí, sin olvidar, y eso para nosotros es clave, que en esas confluencias se respete lo que cada uno es y representa. Desde que comenzó Equo, nuestro objetivo es conseguir que la Ecología política en España tenga un espacio, como lo tiene en otros países europeos.
La prioridad es echarles, dices, y ellos parecen haberse percatado y ahora se descuelga Mariano Rajoy con una reforma precipitada para aprobar la elección directa de alcaldes. ¿Con la intención de boicotear esos procesos de debate y entendimiento ciudadano?
Totalmente. Es un golpe de Estado encubierto para perpetuarse en el poder en el máximo posible de municipios. Para ello, pretenden que la lista más votada por encima del 40% sea directamente la que gobierne, porque, como la izquierda está más dividida, ellos saben que con este cambio legislativo pueden mantener muchos ayuntamientos. Incluso está calculado y publicado. Nosotros planteamos que hay que hacer cambios en la Ley Electoral, pero van en la dirección exactamente contraria a la que propone el PP. Nosotros hablamos de listas abiertas, de primarias, eliminación de la barrera del 5% para tener representación institucional, que sería una cosa muy fácil de cambiar, pero en este tiempo ni PP ni PSOE han querido hacerlo. Hay muchas cosas que cambiar en la Ley Electoral para que la representación institucional se ajuste más a lo que piensa la sociedad. Y, sin embargo, las modificaciones que propone el PP van totalmente en la dirección contraria. No hay más que ver lo que ha hecho Cospedal en Castilla-La Mancha, donde en este momento solamente se puede entrar en el Parlamento con más del 12% de voto, lo cual es una barbaridad.
El nuevo curso se abre también con otra pieza en el tablero de juego muy criticada, la ‘Ley Mordaza’.
Generar un ambiente de miedo es algo que lleva haciendo el PP desde que entró en el poder; busca criminalizar los movimientos críticos, persigue la manifestación discrepante y trata de evitar que la ciudadanía salga a la calle a expresarse. Están aumentando los niveles de represión hasta cuotas nunca vistas en democracia. El otro día, precisamente en una manifestación contra la Ley Mordaza, un grupo de antidisturbios nos retuvieron a mí y a más personas cuando ya nos marchábamos de la manifestación, que había transcurrido de forma absolutamente pacífica. Nos preguntaron adónde íbamos. Les contestamos que a casa. Y un agente soltó: eso será si nosotros queremos… Pidieron que nos identificáramos. Que tú no puedas marcharte de una manifestación pacífica cuando quieras es algo que nunca se había visto aquí en las últimas décadas. Equo ha sufrido ese acoso; te quitan mesas informativas de las calles, te acosan… Hay una persecución del discrepante como no se había visto nunca en democracia. Les interesa generar miedo a manifestarse porque se persigue con multas, con citaciones judiciales. Por eso yo hablo de neofranquismo, porque de alguna manera estamos volviendo a lo que creíamos superado y sin vuelta atrás. Esta estrategia la explicó Naomi Klein en La doctrina del shock (libro de 2007 de la autora canadiense del famoso No Logo; publicado en España por Paidos). Su teoría se basa en el impacto de los electroshock; las personas a las que antiguamente se les sometía a este tratamiento se quedaban tan absolutamente atemorizadas que se convertían en completamente sumisas. Esta estrategia, aplicada a las sociedades, se puso en marcha con el Chile de Pinochet. Tras el Golpe de Estado, una sociedad totalmente aturdida, atemorizada por la represión, se convirtió al mismo tiempo en campo de experimento de la Escuela de Chicago y sus medidas de neoliberalismo económico, que se podían aplicar sin resistencia, porque, como la sociedad estaba bajo los efectos de ese shock, aceptaba con impotencia los cambios económicos. Esto, de alguna manera, es lo que está sucediendo en España con la crisis económica; nos han aplicado un shock de tal calibre que la gente, en muchos casos, se ha quedado completamente paralizada, y con miedo, con miedo a perder el trabajo o a no encontrarlo nunca, atemorizada de dar una respuesta, incapaz incluso de darla.
Frente al paro y la crisis, ¿qué propone Equo?
Precisamente hacemos mucho esfuerzo en informar, y tratar de convencer, de que nuestra propuesta de economía verde es la más eficaz en la creación de empleo y desbloqueo de esta situación; creemos que en España hay enormes yacimientos de empleo de la economía verde que no se están poniendo en valor; al contrario, el PP nos está empujando en la dirección contraria. Ayer mismo denunciábamos que el Ministerio de Industria y Energía ha elaborado un documento para revitalizar la industria española, con todo un capítulo energético, y omite cualquier referencia a las renovables, cuando son realmente las que más empleo generan. Cuando en España se han destruido en los últimos años más de 50.000 empleos en las renovables, el Gobierno, sin embargo, habla del fracking, y ni una mención a las renovables. Nosotros apostamos por un sector económico sostenible, con inversión pública, con una política fiscal diferente, que es una de las patas fundamentales para cambiar. Todo ello en el marco europeo, que es una de las fortalezas de Equo, que lo que proponemos aquí lo proponemos también en Europa; por ejemplo, ahora en el Parlamento Europeo trabajamos por la eliminación de paraísos fiscales y por la unión bancaria. Eso hace creíble y sólida nuestra propuesta.
En ‘El Asombrario’ hemos abierto este verano una sección que da cabida a los movimientos ciudadanos de economía participativa, colaborativa, cada vez más extendidos y pujantes. ¿No sentís que muchos de estos movimientos sociales convergen inconscientemente con vuestras propuestas, a través de esa otra manera de organizarse la gente, y eso a medio plazo se puede convertir en granero de votos?
Nosotros creemos que efectivamente la sociedad se está moviendo por delante de los políticos en muchos aspectos. Hay muchos movimientos de economía colaborativa, economía social, la economía del bien común, movimientos en marcha que están consiguiendo cambios, cooperativas de alimentación, huertos urbanos, el impulso a la bicicleta… Son ya una realidad, cambios que llegan de abajo arriba, sin marcha atrás, que Equo ha visto y apoyado desde el principio. Lo que pretendemos en Equo es impulsarlos, potenciarlos, ser catalizadores de esos cambios ciudadanos que ya están ocurriendo; y pedimos la confianza y complicidad de la gente para que podamos ser capaces de trasladarlos al plano político.
Comentarios
Por Paco Cuesta, el 02 septiembre 2014
Ojalá tengáis suerte en las próximas elecciones, creo que vuestro programa es digno de que lo conozca la gente y os voten.
Por Delia, el 17 septiembre 2014
La propuesta que ha descrito el Sr. Urralde me recuerda mucho a la idea que se está siguiendo desde hace tiempo en el país en el que actualmente resido, Bután. Aquí se mide la riqueza, no por el PBI si no por algo que llaman, FNB o Felicidad nacional bruta. Según la inscripción de un muro de una escuela en Paro, los cuatro pilares resumidos son: Desarrollo socio-económico y sostenible, conservación del medioambiente, promoción y conservación de la cultura y buen gobierno.
Y según un ex-ministro del anterior gobierno que vino a dar una charla introductoria sobre Bután en la universidad, lo resumió más o menos así «Sabemos que Bután no va a ser nunca un país rico, eso no es nuestro principal objetivo, lo que queremos es que todos los habitantes de este país tengan las necesidades básicas cubiertas».
Con esto quiero decir que la idea de Equo me parece muy buena, pero para conseguirlo creo que se necesita cambiar la forma de ver la vida y el desarrollo de un país en la mentalidad de la gente. Parece que ya somos bastantes que tenemos las ideas claras así que, se puede conseguir.