Leiva: «El disco de Sabina está cantado por mí antes que por él»
Con la edición de su tercer disco en solitario, ‘Monstruos’, Leiva continúa en ascenso libre su meteórica carrera: disco de oro en ventas, ‘sold-outs’ continuos en la gira de presentación y la seguridad de que crítica y público le acomodan como uno de los grandes del rock español actual. Mientras tanto, él musica y produce lo nuevo de Joaquín Sabina.
Todo es suma y sigue en una carrera en la que ya no va haciendo falta decir que Leiva estuvo en Pereza. Poseedor del secreto de la atemporal dinámica del riff y el estribillo, Leiva asume con holgura su papel de estrella de rock y vive el presente, arrollador y vibrante, con un pie puesto en el siguiente movimiento.
¿Dirías que ‘Monstruos’ es obsesivo? ¿O que precisamente busca lo contrario?
La intención es huir de las obsesiones, pero suena obsesivo. Hube de intentar dejar de ser obsesivo con el proceso compositivo de las canciones, pero finalmente yo soy un tipo obsesivo, por lo tanto es imposible que no tenga cierto aroma a taradillo…
¿Ha sido un disco que hurga más en tu interior que otros?
Al final eso es un recurso muy honesto para encontrar una canción, buscar dentro de ti. Realmente no todos tenemos los recursos literarios que tiene un Serrat para inventarse vidas, uno tiene que tirar de lo suyo para que suene creíble.
Queda entonces autoanalizarse.
Sí que es un disco donde me he analizado más yo… No he analizado como en otros las relaciones que he tenido, algún momento concreto con alguien, es un disco que tiene que ver conmigo como tipo, como ser humano con treinta y pico años que empieza a hacerse una idea de quién es. Yo creo que el disco tiene una retrospección, de hacerme preguntas como individuo… No como la persona dentro de una relación, o el músico, sino yo como individuo.
Y vestirlo con un contemporáneo sonido de classic-guitar-band. Ahí juegan su papel el productor Carlos Raya y el ingeniero Joe Blaney.
Las tres cosas van juntas, quería un disco de banda, me gusta esto de grabar con cuatro tipos en una sala, y que salgan todas las imperfecciones, y que salga toda la emoción de una banda, y que tenga ese punto guitarrero. Creo que el disco se explica mejor con las guitarras afiladas y arriba, me gusta el traje de guitarras arriba. Carlos sabe lo que es hacer rock de los 60 y los 70. Joe ha trabajado en tantos de esos discos en los que me he ido fijando a lo largo de los años, de The Clash a Keith Richards.
A la Fama, esa vieja amiga tuya, le dedicas ‘Breaking Bad’.
Para mí la fama es como la ansiedad, es una cosa con la que tienes que convivir y a veces aparece y da mucha guerra, y a veces desaparece, cuando terminas los discos… Es un pequeño monstruillo y hay que convivir con él y quitarle importancia. Yo en concreto no soy muy disfrutón de la popularidad, pero convivo con ella desde los 23 y ya tengo 36; creo que empiezo a saber manejar así los códigos. En cualquier caso, es un peaje, pero hostias, es una gozada poder vivir de la música, y una cosa sin la otra es difícil.
¿Es cierto que empezaron siendo temas con mellotrón?
Me compré un mellotrón, que es un sampler antiguo, que tiene sonidos de cuerda, de flauta, los míticos sonidos del Strawberry Fields Forever de The Beatles, y me compré uno en Alemania, una versión moderna, y maqueté las canciones con guitarra y mellotrón, que te dio cuerdas antiguas, xilófonos, flautas. La maqueta era guitarra y mellotrón, y tenía mucha personalidad en verdad, aunque era una cosa un poco freak. Esa grabación está, y si algún día quisiera sacar una rareza, Monstruos está en guitarra y mellotrón.
Otra rareza: produciendo el disco para Sabina, tú grabaste la música y maquetaste el disco antes de meter la voz de Joaquín, luego han de existir grabaciones donde la voz sea la tuya…
Las canciones del disco de Joaquín están cantadas por mí, claro. Se las tenía que mandar para que Joaquín se llevase las canciones y se aprendiese las melodías, para que se quedase bien con ellas. Por lo tanto, el disco está cantado por mí antes que por Joaquín…
También andas liado con una banda sonora… ¿Cómo mantienes el estado de forma con tanta actividad?
Realmente uno se agota. Yo tengo peligro con meterme en más cosas de las que debo, es verdad que ya con los años he aprendido a decir que no y a saber dónde no me meto, pero todavía me cuesta no tener una cosa más de la que debería, siempre estoy a unas más de lo que debería. Pero se vive todo con mucho apasionamiento; yo me meto en un proyecto cuando sé que puedo tener el tiempo y ponerle la pasión adecuada. De momento, lo que tengo lo estoy sacando bien y lo disfruto, todo lo que sea música me gusta estar metido en ello.
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