Libros para recuperar espacios urbanos: la experiencia de México
Existen muchas maneras de rehabilitar los lugares urbanos deteriorados. Hay gran diversidad de iniciativas públicas, sociales e incluso privadas que caminan en este sentido. Sin embargo, una de las ideas más curiosas con este fin se puede encontrar en la capital mexicana. Se trata de El Rincón de la Cháchara, una propuesta que desde hace varios años intenta devolver a los defeños algunos de los espacios más degradados de Ciudad de México (CDMX) a través de la realización de subastas de libros. De paso, fomentan la lectura y crean redes cívicas. Una loable experiencia que ahora ha de ajustarse a las medidas ‘anti-covid’.
“Esta idea consiste en recuperar emplazamientos de CDMX a través del impulso de eventos culturales”, señala Germán Camacho, uno de los cofundadores de dicha actividad y encargado de conseguir los enclaves para desarrollar este tipo de pujas. “También buscamos un lugar donde poder mover libros y literatura, en el que intercambiar obras o, directamente, venderlas a precios muy populares”. De esta manera, además, se pretende “acercar el conocimiento a la persona adecuada y al coste más accesible posible”, añade Abraham Saldívar, cofundador de la propuesta.
Así, matan dos pájaros de un tiro. Por un lado, fomentan la lectura y, por otro, dan vida a ubicaciones que hasta ese momento no pasaban por su mejor momento. De hecho, comenzaron sus actividades en la plaza de la Santa Veracruz, a un costado de la Alameda Central, muy cerca del centro histórico de la capital mexicana. “Este sitio era un punto rojo dentro de la ciudad por la prostitución y al narcomenudeo. Pero hemos conseguido rescatar la zona gracias a las subastas”, describe Manuel Téllez, encargado de la comunicación con los libreros en El Rincón de la Cháchara.
Sin embargo, hace unos meses, y debido a la pandemia, se tuvieron que trasladar hasta el Jardín de San Fernando, en la colonia Guerrero. “Se trata de otro lugar histórico dentro de CDMX, donde también se habían detectado problemas de prostitución y venta de drogas”, explica Germán Camacho. Pero actualmente, y durante el tiempo en el que se desarrollan los intercambios de libros –normalmente los sábados a mediodía–, “la gente no se mete con nosotros”. Por tanto, el enclave “se convierte en un espacio muy agradable para pasear”.
Un extremo que se pudo comprobar durante la realización de este artículo. Este reportero de El Asombrario se desplazó hasta esta zona y observó el buen desarrollo de la actividad, con total seguridad para los participantes. Todo ello en un marco realmente atractivo. El Jardín de San Fernando es un espacio ajardinado, emplazado a pocos metros de una de las principales arterías de CDMX –el paseo de la Reforma– y rodeado de edificios coloniales y neocoloniales, que le otorgan una estampa única.
Además, esta nueva ubicación permite un mejor cumplimiento de las recomendaciones sanitarias desprendidas de la pandemia, tales como el distanciamiento social –o sana distancia, como se conoce en México a la separación interpersonal para evitar la transmisión vírica–. “Este nuevo lugar es mucho más amplio que la plaza de la Santa Veracruz”, confirman desde El Rincón de la Cháchara. Simultáneamente, los responsables de la iniciativa han solicitado a los asistentes que, en la medida de lo posible, reduzcan el tiempo de estancia en estos jardines a lo imprescindible para efectuar el traspaso de libros, con el fin de evitar contagios por la covid-19
“Ha sido una decisión muy complicada, porque los sábados se constituían como un punto de encuentro y de convivencia entre los participantes en la actividad”, explica Abraham Saldívar. “La gente no venía solamente a intercambiar las obras, sino también acudían para platicar y hacer amistad. Era un espacio al que llegaban para desestresarse de la vorágine de la semana laboral gracias a la literatura”, añade Manuel Téllez. Ahora, con la aparición del coronavirus, los tratos se hacen “lo más rápido posible”. “Está siendo difícil no poder contar con ese tiempo de convivencia, pero procuramos adaptarnos”, añaden.
De hecho, se ha potenciado la utilización de las redes sociales para el inicio y el desarrollo de las pujas y así evitar la exposición de los participantes a la covid-19. Las negociaciones comienzan en los perfiles oficiales de la iniciativa y luego el intercambio se culmina presencialmente. “La gente interactúa de forma telemática y una vez a la semana sale a recoger sus libros”, explica Germán Camacho. “Las redes sociales nos han ayudado mucho a la hora de hacer las subastas y conformar círculos de lectura durante la pandemia, con el fin de compartir las experiencias literarias entre los usuarios”, añade Abraham Saldívar.
Generar comunidades de lectores
Por tanto, El Rincón de la Cháchara ¿ha tenido buena aceptación en CDMX? “A la gente le ha llamado mucho la atención”, confirman los organizadores. De hecho, los seguidores de esta iniciativa en Facebook se cuentan por miles. Un compromiso de los lectores que se observa a lo largo de todo el proceso de negociación. “Nuestra dinámica es hacer subastas desde cero pesos mexicanos. No existen montos económicos iniciales, porque el objetivo es que el libro se vaya al lector al mejor precio posible”, confirman los responsables de la propuesta.
Gracias a ello, los organizadores de la actividad, además de recuperar espacios degradados y de fomentar la literatura, consiguen tejer redes ciudadanas con el libro como protagonista. “Tratamos de generar una comunidad de lectores. De hecho, todos están invitados y serán bien recibidos”, subraya Manuel Téllez. Los cabezas visibles de la iniciativa solicitan a las autoridades mexicanas que “salgan a la calle”, que es donde se encuentra el público interesado en la literatura y que analicen su situación. “No han sabido acercarse a la gente y esto es lo primero que han de asumir”, describe Germán Camacho.
Por ello, se deben establecer apoyos financieros al sector. “Un gran número de librerías han tenido que cerrar por quiebras derivadas de la pandemia. Y no existe apoyo económico de ningún tipo para ellos”, denuncia Camacho. Unas ayudas que también se habrían de extender al sector de las editoriales independientes, que, de igual forma, “está sufriendo mucho la llegada del coronavirus, por la reducción de las ventas”, añade Manuel Téllez.
“Otro de los puntos en los que el Gobierno tendría que interceder sería en el precio de los libros, ya que en México la lectura es cara. Sobre todo si lo comparamos con los salarios mínimos que existen en el país, que son muy bajos”, denuncia Téllez. Y para muestra, un botón. Desde el 1 de enero de 2021, el SMI mexicano ha ascendido hasta los 141.70 pesos diarios, lo que supone 5,8 euros por jornada laboral, aproximadamente. Al mismo tiempo, el coste de una obra literaria no dista mucho del que se puede encontrar en España… Por ello, en muchos casos, “una familia no puede permitirse la compra de libros”, exponen los implicados.
Precisamente, éste es otro de los objetivos de El Rincón de la Cháchara: acercar la literatura a la ciudadanía mediante precios populares. Y todo ello, además, preservando la independencia de una alternativa que cada vez cuenta con mayor apoyo social. “No estamos vinculados con ningún partido político ni con ninguna instancia gubernamental. Somos una iniciativa completamente ciudadana”, confirma Germán Camacho. “Nos constituimos como una actividad de la gente para la gente”.
No en vano, esta realidad ha surgido y crecido gracias al apoyo de la sociedad civil. A través del compromiso de sus impulsores y participantes se ha conseguido la integración de espacios degradados de CDMX. Y además lo han hecho a través de la cultura. Una labor en la que, de paso, han logrado otras finalidades muy relevantes, como el fomento de la lectura o la generación de tejido cívico. Todo un éxito de los ámbitos comunitarios de México.
Comentarios
Por María Urrea, el 31 enero 2021
Es una noticia extraordinariamente buena para empezar el día. Desde Madrid, España, felicito a los organizadores y les animo a continuar con esta iniciativa ¡¡Bravo!!
Por Julio Martínez, el 31 enero 2021
Muchas gracias por tus comentarios, María. Sin duda, se trata de una magnífica idea. Espero que se pueda extender a otros puntos de México y del mundo.