‘Lo que sé del amor’, un musical ‘Off-Off’
Funkin’ Donuts, grupo paralelo de Juanma Latorre, guitarrista de Vetusta Morla, es el encargado de poner música a esta obra en la que varios profesores se encargan de explicar a golpe de cabaré gamberro qué es eso del amor. Un espectáculo transgresor y divertido fuera del circuito habitual de los musicales madrileños.
MILUCA
Una clase cantada sobre el amor. Eso es Lo que sé del amor. Un cabaré pop, un musical alternativo, off, transgresor y divertido. Una serie de lecciones, cada una con su propia canción, impartidas por un grupo de profesores muy particular en una escuela itinerante que recorre el mundo, a unos alumnos que ocupan el patio de butacas y a los que quieren mostrar su visión, un tanto pesimista, de qué es el amor. Para ello revisan la evolución de los sentimientos a lo largo de la vida del ser humano. Desde su nacimiento hasta su muerte pasando por todas las etapas, infancia, adolescencia, madurez, vejez. Y lo hacen con un musical irreverente y de humor absurdo realizado fuera de los límites de la Gran Vía.
Antonio Zancada, autor, director y actor asegura que “Lo que queremos es saltarnos las reglas del teatro musical. Para empezar, rompemos la cuarta pared y el público está integrado en el espectáculo. Se cuenta con ellos desde el primer segundo. Al empezar yo me dirijo a ellos como alumnos. Me interesa mucho el lenguaje musical en el teatro. Contar las cosas y apoyar los sentimientos en la música. Con este espectáculo quería hacer algo divertido, irónico”
Este proyecto nació hace 16 años en un café teatro como un espectáculo de cabaré que se llamaba Mil canciones. Ese primer texto lo escribí cuando era muy joven, cuando no había tenido una relación en mi vida y para mí el amor era una putada. Pensaba que nada me salía bien. He mantenido un poco esa idea pero con la experiencia de los años mi visión ha cambiado. Tampoco quiero tratar solo el amor de pareja como en la primera versión, sino todos los tipos de amor, incluido el maternal.
Hace unos meses Zancada se reunión con Rafa Romero, el productor, y comenzaron a dar forma a este nuevo espectáculo. Romero, que dirigió durante trece años el Festival de Teatro de Benicàssim que se celebraba dentro de las actividades paralelas del FIB reconoce: “Es una locura. A los dos nos gusta mucho el teatro y el musical, y pensamos: ¿Por qué no probar otra cosa? ¿Algo alternativo? Los dos venimos del mundo del teatro, pero echamos de menos en la cartelera otro tipo de teatro músical más alternativo, lo que en Londres y Nueva York se denomina Off”.
Una vez que tuvieron clara la idea fueron reclutando al resto del equipo. De la música se encargaron los Funkin’ Donuts, con los que ya colaboraron en Mil canciones. Y a las actrices. “Queríamos actrices que cantaran. Para mí el error de algunos musicales que se hacen ahora es que algunos cantantes son flojos como actores. El buen actor de musical es porque es buen actor. Nosotros queríamos actores que interpretaran cantando”, dice Romero.
En la plantilla de profesores de esa peculiar escuela, Antonio Zancada es M, director, jefe de estudios y domador de sentimientos. “Mi teoría es que el amor no existe. Yo voy por las diferentes etapas de la vida intentando demostrar que el amor es una gran mentira, que nadie quiere a nadie y que somos unos egoístas. Doy unos apuntes en el nacimiento y digo: se creen que en el principio de los tiempos entre el óvulo y el espermatozoide ya existe el amor. ¡Qué ingenuos¡. El ovulo asesina cruelmente a 103 espermatozoides antes de que uno solo lo fecunde”. Al principio soy un profesor ortodoxo que sigue el temario que yo mismo he creado pero llega un momento en que la vida real toma la voz cantante y las lecciones avanzan a través de la vida de los profesores. Yo mismo intento demostrar una teoría que es indemostrable. Porque el primero que cae enamorado soy yo. Hay una frase en la obra que resume un poco la idea. El amor se abre camino, aunque tú no quieras”.
El resto del claustro de profesores lo componen Guadalupe Lancho, protagonista de musicales como Más de cien mentiras o My fair lady quien encarna a Cher del Sagrado Corazón de Glen Close, profesora de Odio, la forma más pura de amor, según ella y que en la obra se muestra como una aparente dominadora de la situación aunque luego como al resto, le puede la vida. Carmen Barrantes, ganadora del Max por su participación en Cabaré de caricia y puntapié, es Lula, la profesora de Perversiones. Es virgen pero está embarazada, y su objetivo es entender el lado oscuro del ser humano para amarlo también con sus defectos. Es sin duda el personaje más disparatado y tierno de la obra con escenas desternillantes como cuando se enamora de un bote de cristal en el que guarda todos sus recuerdos. Gema Zancada es H. Ha trabajado en la adaptación de Hannah y sus hermanas entre otras cosas. Su misión es enseñar a los alumnos todo sobre los Amores Imposibles y las adicciones para ello no duda en encañonarlos con una pera para lograr sus fines.
Y como no podía ser de otra manera en los tiempos que corren, esta peculiar escuela tiene un selecto grupo de becarios que en este caso está encarnado por los componentes de Funkin’ Donuts, grupo en el que milita Juanma Latorre, guitarrista de Vetusta Morla y en el que también están su hermano Germán (bajista), Dopo (David Martín), el cantante quien participa en la obra como un actor más, Carlos Salas (Brebi), teclados, José Luis Fraga (Pocholo) batería.
Y ¿cómo llega un vetusto a embarcarse en este proyecto?. “Yo llevo muchos años con los Funkin’ Donuts, desde que empecé a tocar. El bajista es mi hermano Germán y David el cantante era mi compañero de pupitre en el colegio”, relata Juanma Latorre, “El grupo ha ido cambiado de componentes pero nosotros siempre hemos permanecido. De hecho fue ahí donde me reclutaron los de Vetusta Morla. Yo me uní a ellos pero seguí en paralelo con los Dunkin’. Es una banda más amateur, más para divertirse. Ya participamos en el proyecto de Zancada Mil canciones, compusimos la música y tocábamos en directo pero éramos como una banda de acompañamiento. Ahora es distinto, estamos integrados en el espectáculo, actuamos, y formamos parte de la historia. Este cambio de estilo de música lo que te permite es refrescar la mente, cambiar de registro, no quedarte encasillado. El que sea una mezcla de teatro y revista musical todavía te obliga más a cambiar tu configuración mental y sacarte de tu zona de confort, y eso me interesa mucho porque me hace aprender”.
‘Lo que sé del amor’. De jueves a domingos hasta el día 13 de octubre. Sala El sol de York. C/ Arapiles, 16. Madrid.
Comentarios
Por Indignado, el 06 octubre 2013
Un auténtico despropósito a 11 euros la butaca.
Esta frase es la que puede resumir claramente mi sentir cuando se apagaron las luces del Teatro. Mis amigos y yo sencillamente no podíamos creernos el espectáculo que acababa de pasar ante nuestros ojos. Habíamos comprado las entradas animados por las críticas que había en internet (ahora pienso que dichas opiniones eran del reparto y sus conocidos, porque sino, sencillamente no me cuadra) dispuestos a pasar un rato divertido en la noche del sábado. Nada más lejos de la realidad. El montaje pretende ser una especie de musical/revista/teatro en el que la premisa está clara: el amor no existe. Vale, hasta ahí llegamos todos, nos quedamos con esa premisa. Pero es que a partir de ahí, nada. Sencilla y absoluta nada, principalmente porque el espectador no tiene a qué atenerse: estructuran el espectáculo en una serie de «lecciones» expuestas de forma caótica por una serie de maestros en las cuestiones del amor. Cada lección va acompañada de un par de gags y un número musical, pero los gags son poco menos que de vergüenza ajena en la mayoría de los casos, y los números musicales un batiburrillo incoherente y ridículo (el número del enamoramiento entre M y la maestra del odio es sencillamente para echarse a llorar), en el que no sólo no se entiende nada de lo que cantan los actores, sino que ya que pretendían hacer un número musical, por lo menos se podían haber esforzado en reunir a un elenco que tuviera las más mínimas nociones de canto (a excepción del actor que interpreta a 4, que sale dignamente parado con respecto al flojísimo nivel del resto del reparto). Y en cuanto al nivel interpretativo, la verdad que sólo se salva la actriz que interpreta a Lula, ya que el resto son poco menos que de nivel de compañía amateur de instituto (que no tengo nada en contra del teatro amateur, pero que no cobren la entrada como si se tratara de una compañía profesional) con una infame mención a la actriz que interpreta a H, cuyo patético papel acompañado de lo increíblemente mal que lo interpreta, hacen que su mera presencia en el escenario sea irritante.
En resumen, que los poco más de setenta minutos que dura la obra se hacen interminables, y mis amigos y yo estuvimos a punto de irnos antes de que acabara la obra. Los 11 euros que cuesta la entrada (si la coges por internet, que en taquilla la broma sale por 16) es lo que me ha animado a escribir esta advertencia a navegantes: NO VAYAIS A VERLA.
Por Sorpresa, el 07 octubre 2013
No me esperaba nada de lo que ví, la verdad es que el titulo me parecía sugerente y soy fanática de los musicales. Ya la entrada con los actores animando al público fue toda una declaración de intenciones. Es divertida, distinta, original, nada que ver con ningún otro musical. Los actores fantáticos (a todos se les ha ido un poco la olla, jajaja). Fue la mejor tarde de domingo y nada que envidar a otros musicales «más grandes». Estos chicos demuestran que las cosas pequeñas también pueden estar muy bien hechas.
Por Fantastica, el 07 octubre 2013
Fantastica (sonido mejorable)Actores fantasticos, canciones fantasticas. Soy fan (sobre todo de las dos adolescentes, Lula y H fantásticas)
Por Pésima, el 07 octubre 2013
Estoy totalmente de acuerdo con el primer comentario (el que dice que no le gustó la obra). De lo peor que he visto en toda mi vida. No voy a entrar en detalles sobre el argumento y la puesta en escena porque ya queda explicado. Simplemente, cuando aconsejen algo en la revista deberían ir a verlo y asegurarse primero de la calidad de la obra que van a sugerir, porque todavía queda gente que se fía de este tipo de textos (como fue mi caso). Da la sensación de que estas entradas se centran más en la publicidad que en la crítica real sobre el espectáculo.