‘Love me fast’: el mercadeo del amor romántico en el Thyssen
El programa Kora se inició en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza en 2018 con el objetivo de poner en diálogo obras de artistas contemporáneas con sus colecciones. Paloma Navares abrió la serie; a ella le siguieron Cristina Lucas / Eulàlia Valldosera y Chechu Álava Este año la protagonista es Noemi Iglesias Barrios, que expresa su crítica a la mercantilización del amor romántico en ‘Love me fast’. Ideal para un día como hoy, San Valentín.
Noemi Iglesias Barrios disfruta de un espacio expositivo ampliado de una sala a cuatro. “Esto permite a las artistas mayor variedad de posibilidades y un mayor diálogo con las obras elegidas”, explicó Guillermo Solana, director artístico del museo, durante la presentación de la muestra. La artista puede así desarrollar técnicas tradicionales como la cerámica y la porcelana junto con la fotografía, el vídeo, la performance o los recursos textuales, como la nota Last Time Lover junto a la emblemática Habitación de hotel, de Edward Hopper, y cuyo texto fue encargado por la autora a un software de inteligencia artificial.
La artista despliega todo un recorrido irónico y satírico del amor romántico o amor pasión, que llega a la actualidad con el uso que hacemos de las redes sociales. “No es la primera vez que me centro en estos conceptos”, dijo en la presentación Noemi Iglesias Barrios. “La industria del romanticismo nos sumerge en estructuras de dependencia en base a roles muy específicos que unen las actividades económicas y afectivas en rituales de amor, vestidos blancos y rosas rojas. Son estructuras mitificadas e idealizadas muy eficaces que perpetúan un sistema desigual de expectativas irreales”.
La porcelana está en el corazón de esta exposición como metáfora de lo romántico. Pero en la veintena de piezas que muestra la artista encontramos un busto en broce, un mapa analítico grabado en metacrilato, un vídeo performativo en el que interviene la artista y una instalación. Para la comisaria de la muestra, Rocío de la Villa, “Noemi Iglesias Barrios se suma a otras artistas contemporáneas que últimamente han vuelto a poner la cerámica y la porcelana en el centro del sistema artístico”.
En la primera de las salas, Iglesias Barrios establece un diálogo con obras como El rapto de Europa, de Simon Vouet, y los cuadros rococós de los columpios de Jean-Honoré Fragonard y de Nicolas Lancret. Todo este conjunto, alega Rocío de la Villa, “nos retrotrae al cortejo y al juego que camufla el hecho del que el rapto alude a una violación”.
En esta sala, junto a la delicadeza de la porcelana, Iglesias Barrios expone una bella pieza en bronce titulada How I Transformed into Aphrodite y dos sugerentes piezas, como Dakrigona, objeto recogido en la huelga general de Atenas en mayo de 2010, y su Landscapes of Affection, realizado con porcelana, cobalto reciclado de baterías de teléfonos móviles obsoletos y calcas cerámicas. De esta forma, la artista asturiana introduce al espectador en el mundo de las relaciones amorosas en la actualidad, mercantilizadas y vehiculadas, entre otros elementos, por las apps.
En la sala 54 destaca su diálogo con la acuarela de Francis Picabia El apuro; para esto, crea una obra sobre vidrio flotado titulada Love Over. Pero también ha tenido en cuenta a Claude Monet en su composición en porcelana y pigmento rojo de Love Profussion.
En el tercer espacio, el arte pop se hace presente en la serie performativa de fotografías Heart & Chips, donde la artista muestra sus propios fantasmas, y elabora una clara relación con la comida basura, vínculo que continúa en un luminoso publicitario Love Me Fast, donde el amor se asocia a ese posible amor basura de nuestro tiempo. Como expresa la artista, el amor como sentimiento se ha capitalizado: “Existe una realidad extrema en la que las emociones se alinean al servicio del mercado, siendo asumidas socialmente como iconos de consumo que transforman las experiencias sentimentales en estrategias de mercado”.
En esta sala también se puede visionar un vídeo donde la autora está deshojando margaritas de cerámica y una instalación más kitsch de coches como iconos sentimentales, llenos de sus fabulosas flores de cerámica, que nos retrotrae a las bodas.
La perspectiva de género recorre la exposición, también como expresa su comisaria, a un diario oculto de la autora donde el humor y la crítica van vertebrando sus obras. Por tanto, había que poner en solfa el abuso actual de las redes sociales en las historias de Off Love, que, mediante fotogramas, nos cuenta posibles casos de lo que ocurre en ellas.
La instalación Quarentine cierra la exposición y su concepción del amor tóxico y la utopía romántica. Buen referente del trabajo de esta artista en continuo proceso de experimentación.
Noemi Iglesias Barrios. ‘Love Me Fast’. Hasta el 28 de abril. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.
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