¿Os acordáis de la lucha del barrio obrero burgalés de Gamonal?
Hay ecos que se disipan en el aire. Gritos que retumban unos días, unas semanas, copan portadas de periódicos y abren telediarios. Esos ecos, normalmente, se disipan, se acallan, se mueren. El 10 de enero de 2014, el barrio burgalés de Gamonal volvió a gritar, a arder, a resistirse. Como si de un eco de su pasado se tratara, la oposición de su gente a la construcción de un bulevar marcó otro capítulo más en su expediente reivindicativo. Sergio Izquierdo relata y María de la Fuente dibuja la historia en la novela gráfica ‘Gamonal. En el eco de un mismo recuerdo’ (laovejaroja).
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Izquierdo, natural del barrio, estaba trabajando en el Instituto Cervantes de Polonia cuando sucedieron los altercados. Fue en 2017 cuando empezó a imaginarse a Laia Pastor, la protagonista del cómic que escarba, cuestiona y reflexiona sobre el pasado y presente de Gamonal. “Todo es una especie de intervención arqueológica en los estratos más profundos de la memoria social del barrio. Laia ve que las protestas de 2014 no surgen de la nada y empieza a darse cuenta de cómo el rechazo vecinal procede del menosprecio de las instituciones locales”, comenta el autor.
Conflictos anteriores de 2005, sobre la construcción de un parking en la zona, e incluso aquellos que se remontan a la década de los 70 del siglo pasado, son el fermento de lo que por unos días inundó la información en España y que también tienen su espacio en la publicación. Sobre las diferentes tramas que la vehiculan, Izquierdo añade: “La forma de contar las historias tiene que ver con diferentes géneros. El que explica las protestas es más bien documental y el que explica la problemática de la propia Laia es más bien una novela de personajes”.
Son los personajes los que toman gran relevancia en el texto, pues muchos de ellos están inspirados en los protagonistas de las jornadas de disturbios que se saldaron con 46 detenidos, de los cuales 18 fueron a juicio y 10 de ellos fueron condenados por un delito de desórdenes públicos. “La novela es una especie de realismo mágico, con ese toque de ficción, que hace que esa trama ya profunda se entrelace con otra que sirve para presentar otro personaje que actúa de transición entre el eco del pasado y del futuro”, comenta Izquierdo.
Dos cuervos y un maestro
A lo que se refiere el escritor es a dos cuervos, llamados Mijaíl y Karl (sí, se trata de eso que estás pensando), que guían a Fernando Plasencia, el último maestro del periodo republicano que estuvo en Gamonal del Río Pico, tal y como se llamaba el pueblo que finalmente se acabaría anexionando a Burgos. Y continúa el autor: “El relojero que aparece existe tal cual en Gamonal y es uno de sus personajes más representativos. Otros están inspirados en arquetipos universales y también hay algunos que son el resultado de la inspiración de varias personas”.
De la Fuente se ha encargado de aportar la imagen a la novela gráfica. Con un pincel que está entre la simpleza y el detalle, la ilustradora ha conseguido poner cara, cuerpo y casi alma a los personajes del cómic. “Para dibujar los personajes reales me he guiado de fotografías, pero siempre siguiendo la línea argumental del resto de dibujos. Sobre los inventados, al final tienes una descripción de su personalidad, y acorde a ellos fui poniéndoles cara”, nos cuenta.
Ante ello, una confesión: “Muchos personajes son inspiración de familiares. Laia se parece mucho a mi hermana, su abuelo tiene algo del mío, al igual que la madre”. Respecto al dibujo, su amabilidad y sencillez compensan la densidad que en ocasiones cae en la obra. Eso sí, siempre en blanco y negro. “De haberlo hecho a color estaría más vistoso y se le podría haber dado más expresividad a ciertas escenas, pero la verdad es que fue algo para ahorrar tiempo, porque se estaba alargando demasiado”, agrega la ilustradora.
La obra que ahora ve la luz es resultado de un arduo trabajo. Desde que la idea apareció en la cabeza de Izquierdo han pasado años hasta que se ha podido ver materializada. ¿Pero cómo han publicado una historia tan local en un género como la novela gráfica? “Es el primer cómic para María y para mí, y hemos terminado invirtiendo dos años en él. Movimos un dossier explicativo por algunas editoriales, pero solo nos felicitaron. La ovejaroja, con la que publicamos, nos propuso hacer un crowfunding para financiarlo y, aunque no estábamos muy a gusto con la idea, aceptamos; al final hemos visto cómo es una opción muy interesante porque además de conseguir fondos es una especie de campaña de difusión”, responde Izquierdo.
Historia y conciencia de los barrios de los 60
El resultado no es nada desdeñable. A la historia principal, vertebrada en tres tramas que se complementan, le sigue un texto explicativo, ya más ensayístico y en prosa, que da algunos apuntes sobre la historia de Gamonal y que deja al lector ese reposo de la conciencia de un barrio obrero que siempre ha luchado por su dignidad. “Es una forma preciosa de enterarte de la historia de tu propia ciudad, pero si no eres de Gamonal también te puedes sentir identificado con lo que pasó en los años 60 con ese crecimiento expansivo de viviendas por la industrialización y que se efectuó sin tener presentes las necesidades de la gente”, agrega De la Fuente.
“La obra va dirigida a quien tenga ojos para leer”, según las palabras de Izquierdo. “No queríamos un libro autorreferencial, ni que tampoco se quede en un gueto ideológico, ni siquiera en la escena comiquera, sino acercar lo que ocurrió a mucha gente, que seguro lo recordará”.
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