Madonna, 60 años, nuestra particular Virgen de Agosto
Media España festeja hoy, 15 de agosto, la Virgen de Agosto. Nosotros aprovechamos tan señalada fecha para celebrar a nuestra Madonna particular a través de cuatro extractos del estupendo libro ‘Bitch She’s Madonna. La reina del pop en la cultura contemporánea’, publicado por Dos Bigotes en edición de Eduardo Viñuela. Ella, ‘Like a Virgin’, sí que nos ha hecho cambiar. Además, el 16 de agosto, cumple 60 espléndidos años. Nos centramos aquí en lo que ella ha significado como mujer liberada, poderosa empresaria, icono para feministas y para el colectivo LGTBi.
Introducción. Por Eduardo Viñuela.
Analizar a Madonna es profundizar en la evolución de muchos de los aspectos más relevantes de la sociedad de las últimas décadas. Su figura ha sido abordada desde diferentes perspectivas dentro de lo que se conoce como los Madonna Studies y ha servido como caso de estudio para ilustrar desde procesos de articulación de identidades a estrategias de promoción y marketing. Y es que la carrera de Madonna está íntimamente ligada a la consolidación de la globalización, que podemos observar tanto en su relación con el canal MTV y el mundo de la publicidad como en la dimensión y alcance de sus giras. También fue paradigma de los postulados de la postmodernidad, creando un personaje ambiguo (a veces contradictorio) con recursos como la ironía, la parodia, la nostalgia y la cita, que derrumbaba (clichés) universales y rompía barreras entre la alta y la baja cultura.
Esta misma ambigüedad fue la que hizo que fuese difícilmente encasillable y dio lugar a todo tipo de interpretaciones desde el feminismo y el colectivo LGTB, que encontraron en Madonna un símbolo para crear comunidad. Aún hay mucho más, claro: la multitud de estilos musicales que ha aglutinado y popularizado en sus canciones, su adaptación a los cambios de la industria musical en la era digital… Toda una trayectoria que le ha permitido convertirse en un referente para gran parte de las artistas femeninas que copan en la actualidad los primeros puestos del pop internacional. Madonna ha abierto camino y ocupa una posición respetada; no ha sido una reina tirana, sino todo lo contrario, ha roto con la dinámica patriarcal de la lucha entre divas y ha apostado por la sororidad, colaborando con muchas artistas más jóvenes del panorama actual, a pesar de que los medios de comunicación no cejen en su empeño por encontrarle una sucesora.
‘Justify My Love’ for a Brand: la estela de Madonna en la publicidad’. Por Cande Sánchez-Olmos.
En marzo de 2015 la revista Forbes coronaba a Madonna como la “reina del pop”, no solo por la música, sino también por las cifras millonarias que la artista había registrado en más de tres décadas de carrera. Hasta el lanzamiento de Rebel Heart, su último trabajo de estudio, Madonna había vendido 360 millones de discos, cuyas canciones alcanzaron hasta en doce ocasiones el primer puesto del Billboard Hot 100, la lista más importante de la industria musical. De sus trece álbumes de estudio, 69 canciones cuentan con videoclips que, por su innovación audiovisual, forman ya parte del imaginario colectivo creado por Madonna. Entre los directores de sus vídeos musicales figuran nombres internacionalmente reconocidos y premiados como David Fincher, Jean-Baptiste Mondino, Mark Romanek, Chris Cunningham o Jonas Åkerlund. En cuanto al directo, Madonna ha producido diez giras mundiales, la primera fue The Virgin Tour (1985) y la última la de su disco homónimo, Rebel Heart Tour (2015). Para Forbes es un hito solo comparable con Michael Jackson. Si a ello añadimos que es mujer, su hazaña es doblemente relevante. En este sentido, la revista inglesa Official Charts recordaba con motivo de la conmemoración del 8 de marzo de 2018 que Madonna es la única mujer comparable en cifras a Michael Jackson, Elvis Presley, The Beatles, Robbie Williams, The Rolling Stones, David Bowie, Bruce Springsteen y U2.
‘What It Feels Like For a Girl’: Madonna y las otras mujeres’. Por Mar Álvarez y Laura Viñuela.
Después de observar el poliedro que es Madonna, no podemos dejar de concluir que representa un reto al patriarcado. ¿Por qué? Porque no se está quieta en ningún rol, porque hace lo que quiere y como quiere, cosa que constituye una rareza en una mujer. Aquello que en un hombre se permite, se alienta o supone un valor añadido, en una mujer desconcierta demasiado. De virgen a puta, de princesita a macarra, Madonna menea los extremos de los arquetipos femeninos y, entre que va y viene, genera todo un espectro intermedio que, antes de su paso, no existía. Esa capacidad para vadear los constreñimientos patriarcales y para hacerlo de manera lúdica, con alegría, lanzando de vuelta al patriarcado las etiquetas, con las que hace un molinillo más cool que el de Travolta arrojando su chaqueta un sábado noche, es la que le ha permitido tener esta carrera tan larga. No ha ido contra la corriente, resistiéndose a ser encasillada, sino que ha sido capaz de utilizar en su propio beneficio toda una estructura preparada para encasillarla. Y lo ha hecho de manera muy elegante, aprovechándola y poniéndola en evidencia, dejando bien claro que se está beneficiando de (y erosionando) los mimbres patriarcales diseñados para colocar a las mujeres en un espacio concreto y acotado.
El éxito apabullante de Madonna es lo que la ha hecho ser tan odiada por unos y tan amada por otros y, sobre todo, por otras. Y es que siempre, siempre, desde sus primeros pasos en la música, ha supuesto un desafío a “lo que debe ser”. Y, cuando creíamos que ya lo habíamos visto todo, que ya no podía reinventarse más, llega el desafío máximo, la vuelta de tuerca, el retruécano del jaque a lo admisible y tolerado: se hace mayor. En enero de 2018 una foto que publicó en Instagram y en la que (no) se veía uno de sus pezones provocó un revuelo en redes (otro) en el que los comentarios más groseros se centraban en su edad. “No necesitamos que nos muestres tus viejas tetas”, decía un ilustrado. Y es que, cuando a las mujeres nos da por hacer lo que nos da la gana, pasa lo que pasa.
‘Vogue’: el poder de la visibilidad LGTB’. Borja Ibaseta.
En el documental En la cama con Madonna (Truth or Dare, Alek Keshishian), la artista habla de la relación con su compañera Moira McPharlin que, según su versión, fue la amiga que le enseñó a usar tampones, a ligar y con quien tuvo sus primeros escarceos sexuales. Lógicamente, pueden ponerse en duda ambas fuentes debido al contexto comercial y publicitario que las rodea, pero queda claro que el personaje público que es Madonna no teme en ningún caso que se la asocie con el lesbianismo, algo que no todos los artistas estaban dispuestos a aceptar en aquella época. El propio Michael Musto en su artículo Immaculate Connection critica abiertamente el uso comercial de la iconografía y cultura lésbica y gay que hace Madonna, pero reconoce que como artista es la única persona capaz de admitir pública y abiertamente que visita bares de lesbianas y que además abandera la causa LGTB sin miedo alguno.
En lo artístico, la relación de Madonna con el lesbianismo es aún más innovadora y vanguardista e incluye entre otros ejemplos el videoclip de Justify My Love (1990), que fue vetado por MTV y otros canales musicales al considerarse pornográfico e incluir, entre otras, escenas lésbicas protagonizadas por Madonna y Amanda Cazalet, y el libro Sex, en el que se incluyen múltiples fotos de Madonna en relaciones lésbicas (entre las que destacan las que protagoniza junto a la modelo británica Naomi Campbell por lo interracial de las mismas) o la orgía durante la interpretación del tema Why’s It So Hard en la gira The Girlie Show. El uso que hace Madonna del lesbianismo en su obra artística supone todo un hito en la visibilidad de las mujeres lesbianas y su deseo sexual, pues hasta entonces ninguna otra artista de relevancia y alcance público y mediático equiparable a Madonna se había atrevido a ser tan explícita. Pero el discurso artístico de Madonna con respecto al lesbianismo no se restringe exclusivamente a la visibilidad, sino que sirve como arma para rechazar el dominio o poder masculino heteronormativo por la ruptura que implica con los estereotipos clásicos asignados a las mujeres; de hecho, en Guilty Pleasures: Feminist Camp from Mae West to Madonna (1996), la académica Pamela Robertson afirma que lesbianas y gais se sienten atraídos por Madonna porque se convierte en un modelo de mujer que se niega a ser victimizada por la sociedad e instituciones patriarcales.
Comentarios
Por Camdem, el 15 agosto 2018
Cabe destacar que Madonna es la ARTISTA HETEROSEXUAL mas importante del medio artistico.
Que si bien apoya a la comunidad LGTB, en su vida privada ha estado casada 2 veces con hombres: Sean Penn y Guy Ritchie (este ultimo considerado homofobico y orgulloso de su hombría segun afirma el propio hermano de Madonna; Christopher Ciccone en su libro «Life with my sister Madonna»).
Que si bien ha tenido amistad con lesbianas como Sandra Bernhard, ambas han negado haber tenido algun romance (declaracion que podia beneficiar a ambas, de ser afirmativa).
Que el stalkeo a Amanda Cazalet queda en el marco de la broma chusca, mucho mas hoy en dia que las mujeres, entre amigas, se tratan de: mi amor, hermosa, mi princesa, te necesito y demás.
Y no puedes entender a Madonna como una cantante pop más del conjunto, sino como una artista trangresora irrepetible, que ama tocar las teclas que nadie mas está tocando. Es por eso que su musica y sus shows son algo muy especial, diferente a todo lo que en el maintream pop siempre ha sonado.
Por mg;), el 02 septiembre 2018
Muy bueno, gracias.