Madrid Diversa, la utopía de mil inmigrantes hacia la alcaldía de Madrid
Sonó ilusionante pero utópico, muy utópico. La entusiasta historia de un grupo de inmigrantes que se lanzaron a la carrera por la alcaldía de Madrid y que consiguió solo 1.112 votos y una pequeña reseña en prensa como “partido raro que pide cosas extrañas”, se ha transformado en libro: ‘Caballo perdedor’ (Libros del KO). Arranca el curso político, y en pleno fragor de los partidos poderosos, con la cuña ulcerosa de la ultraderecha, ‘El Asombrario’ abre este curso apostando, como es habitual en nosotros, por lo distinto y asombroso. Por otra forma de hacer las cosas.
La utopía, como dijo Eduardo Galeano, “está en el horizonte”. Una meta que cuando se intenta alcanzar, siempre se aleja. “Entonces, ¿para qué sirve?”, se pregunta el escritor uruguayo. “Para eso; para caminar”. A esta descripción quizá habría que añadirle la palabra idealismo. Pero un idealismo positivo, aquel que cree firmemente que es viable acariciar ese horizonte intangible. Los protagonistas de esta historia, los creadores de Madrid Diversa, pecaban en cierta medida de esta cualidad. Pero es que, sin ella, no hubieran empezado a andar. Un camino que fue abierto por el candidato a la alcaldía, el colombiano Álvaro Hernández, y cartografiado por la periodista Marina Hernández en el libro Caballo Perdedor (Libros del KO).
Mientras la mayoría de los madrileños fijaban su atención en la disputa electoral entre el eje de la derecha y el de la izquierda, en paralelo, como si de otras elecciones a la alcaldía de Madrid totalmente diferentes se tratara, un grupo de inmigrantes fundaba un partido con más ganas que estrategia, más idealismo que dinero, más hermandad que política. Pero con una idea clara: darle entidad a la diversidad que existe en la ciudad de Madrid. Su nombre, Madrid Diversa.
Una diversidad que para el candidato Álvaro Hernández abarca todos los sentidos. “Cultural, política, gastronómica, en acentos, en idiomas… en toda regla”. Y es que, esa diversidad que es visible a los ojos de cualquiera en la calle, es invisible en las instituciones. Tanto es así que, como apunta Marina, “los inmigrantes ocupan el final de las listas o tienen que ver únicamente con cargos relativos a la inmigración”. Siempre atrás en las listas y sin que su nombre tenga mucho peso en el partido. Una situación que se da porque no hay inmigrantes con poder para cambiarlo. Pero más allá de la representación, tampoco se les tiene en cuenta a la hora de hacer política. “Si nosotros no alcanzamos esos órganos, siempre vamos a ser inexistentes”, apunta Álvaro. Y matiza: “Yo creo que el discurso, el acento, hasta que no lleguen a ser representados, no van a generar la posibilidad de negociar nuestras aspiraciones, proyecciones, anhelos”.
Estas proyecciones, estas aspiraciones, estos anhelos se cristalizan en una idea que resulta obvia, pero que a muchos se les escapa: que, efectivamente, todos los habitantes de Madrid son ciudadanos. “Cuando la gente preguntaba si había algún tipo de propuesta concreta en nuestra candidatura para la inmigración, la respuesta es que la convivencia nos compete a TODOS”. En mayúsculas. Por ello, uno de los principales discursos de su campaña hablaba de manera más cercana, buscando la oreja del que está al lado. “Todos los inmigrantes deben formar parte de la ciudad, involucrarse con ella”. Así, desde el programa que tiene Álvaro en la radio, instaba a sus oyentes, la mayoría, por no decir todos, inmigrantes, a que formaran parte del AMPA de los colegios de sus hijos, que crearan espacios de reunión en las zonas donde vivían y, sobre todo, que acudieran a votar.
Movilizar al votante, el gran reto de Madrid Diversa
Los tiempos son muy importantes para entender el contexto. Quedarse en la superficie nunca es suficiente. Los inmigrantes son un acontecimiento reciente que está transformando la España contemporánea. Por lo que necesitan un andamiaje desde el que empezar a construirse. Esto lleva a que muchos se sientan apartados de la sociedad. Ni qué decir de la política. “En España todo es nuevo: la democracia, que ya no exista el bipartidismo… Nosotros también somos otro de los acontecimientos que se han introducido en esta España contemporánea”, apunta Álvaro. Y añade: “Esto es lo bonito de nuestro proyecto: que somos el germen con el que empezar a construir”. Una adversidad que se añade a la apatía por la participación política de los ciudadanos en Latinoamérica. Álvaro, aun avisando de que la abstención es muy alta, da un dato que caparía el ánimo de cualquiera: “En Colombia sólo acudió a votar el 51% del censo. Si sumas esto a que no ha habido un tiempo para que surjan temperamentos, voces, discursos, que representen a la comunidad inmigrante, te da la baja participación que hemos tenido”.
Con estas declaraciones, uno se puede imaginar el sabor agridulce que le ha quedado a los aspirantes de Madrid Diversa, ya que consiguieron únicamente 1.112 votos. Aunque Álvaro se muestra positivo por el camino marcado, por el libro de Caballo Perdedor… En definitiva, por hacer el movimiento más visible. “Para ser honestos, es dulce porque hoy, después de pasadas las elecciones, hay una persona que me está llamando a mi teléfono para interesarse. Y ha pasado con otras personas. Ha ocurrido el tema del libro. Cualquiera que coja el libro va a saber que es una historia de gente de carne y hueso, que está pasando en la ciudad de Madrid. Hay cosas que pueden confluir para que esto, con la ayuda de canales de difusión más amplios, sea más visible. Uno normalmente no cree en lo que no ve, aunque no exista”. Esto lo apunta ya que no aparecieron en ningún medio que no estuviera centrado en la inmigración. Únicamente salieron en El País, “en un miniapartado dedicado a partidos raros que piden cosas extrañas”, apunta Marina. “Ahí aparecieron. Junto a la Falange”.
Contrarrestar el discurso de la derecha
En la conversación con Álvaro salta de repente esta frase: “Si nosotros no alcanzamos esos órganos, siempre vamos a ser inexistentes y eso que hacemos cosas absolutamente importantes para el PIB de la ciudad”. Una afirmación que lleva aparejada una pregunta: ¿Es necesario rebajarse al nivel de la extrema derecha? “A veces hay que tocar esos temas que son muy fríos, pero que responden a cualquier discurso, como que saturamos la sanidad pública, las ayudas sociales, los cupos en las guarderías… Ese tipo de cálculos, que son mentirosos, si quiero contrarrestarlos necesito echar mano de las cifras”. Y expone argumentos: “En la aportación que hace la inmigración en cuanto a lo que recibe, la balanza está bastante desequilibrada. La inmigración viene en unas edades que no sólo está sana, sino que viene para trabajar. Incluso muchos formados: una formación que costó”. Y en este punto, toma más fuerza su explicación: “Cuando alguien contrata a una persona para cuidar a sus mayores de la casa o a los niños, está contratando a una persona para cuidar, pero también la posibilidad de salir a generar. La ciudad también funciona por el trabajo encubierto que aporta la inmigración. Quizá no suene bonito, pero es necesario. De hecho, es aquí donde chocamos: lo que se busca son trabajadores y lo que vienen son personas. Y las personas vienen con unos anhelos diferentes: entra en conflicto con nuestro discurso de que somos personas, no sólo carne y huesos que van a trabajar y a casa. Eso es lo que estamos proponiendo a nuestra gente, que hay que participar y conseguir unas proyecciones en la ciudad”.
El pasado electoral de Madrid Diversa ya es conocido. Pero su futuro sigue enmarcado en el horizonte. Quizá no siga siendo un partido político y se transforme en una asociación que haga lobby a los partidos políticos. Es el momento de pararse a reflexionar para adivinar el siguiente paso. “Estamos pensando en hacer una plataforma que tenga un documento previamente consensuado en el que se muestre qué es lo que queremos y poderlo subir un día al caballo ganador”, apunta Álvaro.
Este último término que usa Álvaro, caballo ganador, choca directamente con el título del libro de Marina Hernández: Caballo Perdedor. Y es en este contraste donde se entiende mejor Madrid Diversa: los primeros ladrillos de un sueño que no fue posible. 1.112 votos que se insertaron en la urna con la mayor de las ilusiones, pero que en el recuento final supusieron cero escaños. El cero, el número desde donde siempre se empieza a construir.
Comentarios
Por Sullivan, el 03 septiembre 2019
Yo voté a Alvaro, el se presentó candidato por el Partido del progeso de ciudades en confluencia con Pcas, madrid diversa fue su lema.