Nacho Vegas: «La mujer ha sido la gran olvidada del izquierdismo»
Concienciado y concienzudo. Pletórico y seminal. Nacho Vegas, el insigne cantautor eléctrico asturiano, ha reaparecido con un trabajo doble, Violética, de arraigadas y tensas tormentas sónicas que urden sus mimbres en las raíces del folk anglosajón, asturianu y latino. Sus personales trabajos se codean aquí con Violeta Parra, los maquis antifranquistas y las revolucionarias astures del 34.
Si en algún momento pretérito de su carrera el artista hirvió cucharillas para envenenar la sangre, de un tiempo a esta parte lo que le hierve es la sangre por la injusticia social. Efectivamente sigue habiendo desolación en su discurso. Aunque ahora, sus personales y literarias rapsodas se codean sin rubor y con sentido con Violeta Parra, los maquis antifranquistas o las revolucionarias astures del 34, mientras escarba en su personal manera de entender un rock lleno de suspense, especializado en extraer de lo cotidiano reflexiones universales, en construir personajes ambiguos y certeros, en hacer de su ciudad, Gijón, el escenario perfecto para crímenes imperfectos.
Comencemos hablando del arte del disco: el diseño y las ilustraciones son de Miguel Brieva.
A Miguel le conocí personalmente hace unos días. Habíamos hablado muchas veces por teléfono. Tenemos un montón de amigos comunes, yo le sigo desde hace muchísimo tiempo, es el dibujante de “la extrema izquierda”, y sus libros, ilustraciones y cuentos infantiles ilustrados me encantan. Ya había contactado con él para Canciones Populistas; como para esto del arte y lo audiovisual no tengo talento, siempre delego y dejo plena libertad, con total confianza. Y encantado. Tenía ganas de delegar en alguien que me gustase, queríamos hacer algo especial, es un disco doble en cd y triple en vinilo, tenía que ser un diseño curioso y ambicioso y me parecía que Miguel podía hacerlo. Él me fue pasando bocetos, yo solamente hice alguna indicación. La portada va sin letras, me pareció tan chulo el dibujo que prefería que la info fuese en la contraportada.
Al comienzo era disco de versiones de folk.
Quería hacer mitad y mitad. Sabía que quería que fuese un disco largo, porque hacía tiempo que no publicaba un álbum. Y en el último año venía haciendo en formato acústico algunas canciones tradicionales y adaptaciones de otros artistas. No quería hacer un disco de versiones, pero sí mezclar canciones tradicionales y canciones propias al modo que lo hacían los artistas de folk. Lo que pasa es que cuando puse encima de la mesa el repertorio, me di cuenta de que tenía suficientes canciones propias que me emocionaban y decidí que fuese un disco largo. Esas versiones las tengo guardadas para sacarlas en algún momento. 18 canciones forman parte del álbum, pero llegamos a grabar 22, quedaron 4 fueran: canciones tradicionales y alguna adaptación del inglés, por ejemplo una que le tenía muchas ganas y que hicieron famosa The Pogues aunque es de un cantautor australiano (Andrew Barton Paterson N. de A.), Waltzing Matilda. También tenía en mente una de Billy Bragg.
Adaptar es algo que me encanta, desde hace tiempo, cuando me gusta una canción, la intento adaptar y hacerla de alguna manera propia. Hay veces que no salen bien, pero cuando consigues que con la adaptación te apropias de la canción es cuando lo publico. En el pasado he publicado adaptaciones de Leonard Cohen, Townes Van Zant y Guy Clark. En el disco se ha quedado una versión de Violeta Parra, esa sí que la conservé, Maldigo del alto cielo, me pareció que era algo central en el disco. También hay una canción asturianu, una canción ya recogida por un grupo que se llama Xana, que se encargan de recoger canciones tradicionales y digamos que la amplié: Aida.
La letra de ‘El corazón helado’ es de Manuel y Aurelio Caxigal. Hay una afamada novela con el mismo título.
No tiene que ver con la novela de Almudena Grandes, aunque, ahora que lo pienso, de alguna manera el tema está relacionado. Los hermanos Caxigal eran dos maquis que andaban por los montes, en la guerrilla tras la guerra civil, murieron en el 48 y en el 50. Ellos escribían en un cuaderno poemas y canciones sobre la vida en el monte y algunos poemas satíricos sobre el franquismo. Se me ocurrió musicar uno de sus textos y al final acabó convertida en canción; habla de la vida en el monte.
Siempre fue un disco doble, tenías referentes en los que mirarte al espejo: el Vinicio Capossela de ‘Canzoni Della Cupa’ y el Nick Cave de ‘Abattoir Blues / The Lyre of Orpheus’.
Surgieron cuando ya estaba haciendo una lista de repertorio, cuando me junté con veintitantas canciones; si me tiraba a un disco sencillo iba a cojear por algún lado. Teniendo como referencia esos dos discos, sobre todo el de Vinicio, que ha sido una escucha recurrente durante los dos últimos años, me daba cuenta de que merecía la pena que el disco fuera largo. Durante el proceso hubo momentos de crisis donde pretendí que el disco fuera sencillo. Pensé en sacar dos, uno para ahora y otro para el año que viene o algo así. Luego las canciones se fueron ordenando y adquirieron sentido de esta manera. Hora y media, un disco largo para los estándares actuales.
‘Violética’, el palabro no existe.
Tenía varios títulos pensados, pero en esta caso me apetecía… Bueno, como el disco era bastante heterogéneo y no había ningún concepto que planeara por encima de todas las canciones, la cosa era nombrarlo y quise hacer un guiño a Violeta Parara, con una palabra esdrújula. Resulta que Violeta Parra, a la que he estado escuchando mucho últimamente, tiene esta canción en donde las palabras son esdrújulas, Mazúrquica Modérnica: “Me han preguntádico varias persónicas / Si peligrósicas para las másicas / Son las canciónicas agitadóricas”. Y transformé el nombre de Violeta en Violética sin querer tampoco que fuera un disco dedicado a Violeta Parra. Es un guiño nada más. No quería cargar las tintas sobre eso. No suelo contar mucho esto, pero a ti te lo cuento. Me han llegado a decir que si Violética es una mezcla de Violencia y de Letos (la ética), o de Violencia y Poética…
El disco es heterogéneo, pero contiene una predisposición hacia la ternura y el amparo.
Necesitamos procurarnos ternura y también hemos de procurarnos cobijo y amparo, y procurárselo a los demás. Es algo que planea por el disco, me interesa partir del punto de salida de que somos seres interdependientes, que nos necesitamos los unos a los otros. Las canciones apelan a eso, más que al yo confesional que he utilizado en otros discos. En los últimos discos intenté apartar esa mirada, sin dejar de usar el yo, pero apelando más a lo colectivo. Tú eres tú, pero también la gente que te rodea, la gente con la que no tienes relaciones afectivas, el mundo en el que vives, todo eso hace que nos necesitemos los unos a los otros, sobre todo en este mundo que estamos donde está tan extendido el individualismo: eso de que somos seres auto-suficientes y que nos definimos por lo que consumimos. Quería incidir en cosas tan básicas como la temperatura y el amparo.
Existe la teoría feminista que, superando a Darwin, dice que la evolución se produce no tanto por la supervivencia del más fuerte sino por la del más colaborativo.
Es cierto que la ética y el tema de los cuidados ha caído siempre sobre las mujeres, que son las grandes olvidadas del izquierdismo y del obrerismo. Es algo que está en el centro del debate político y social y, desde la cultura, tenemos que adaptarlo y desplazarlo de algo puramente femenino: se trata de feminizar o des-masculinizar nuestro ser, algo que de alguna manera me parece importante.
Entre las colaboraciones está Christina Rosenvinge en ‘Maldigo del alto cielo’. Hubo una época en que tu relación con ella salía en la prensa rosa, ¿cómo se llevó aquello?
No fue para tanto. Aparecimos en el Diez Minutos una vez. Fue algo puramente anecdótico y por eso me pude reír de ello. Era agosto en Madrid y no debían de tener a nadie a quien sacar. Habíamos quedado con Howe Gelb y su mujer para cenar, y nos hicieron todo un reportaje, nos siguieron tres horas desde que llegamos a cenar y durante toda la cena. Me lo tomé a broma. Christina sí que había pasado por momentos en los que la prensa rosa le había tocado mucho el coño… Pero de esa nos reímos de todo aquello.
Una ruptura que se ha aireado en prensa últimamente es la tuya con Podemos.
No fue una ruptura real. Es verdad que estuve dentro de un proceso de primarias, pero yo estoy más cerca de Anticapitalistas, mucho más que de Podemos, formación política que además ha adoptado una estructura vertical. La cúpula de Podemos del centro de Madrid me interesa muy poco; sin embargo, los procesos municipalistas, donde no sólo está la gente de Podemos, sino otras formaciones políticas, de centros sociales, de movimientos vecinales, eso sí me interesa y lo estoy siguiendo. Yo apoyé a Podemos y en un momento determinado me decepcionó. Siempre que apoyo una formación política decido asociar mi trabajo a mi compromiso político y no tener miedo a posicionarme, pero eso no implica un apoyo acrítico; si tenía que darles una hostia, precisamente el hecho de haberlos apoyado me legitimaba más para darles un poco de caña. A pesar de que me acusaran de traidor o desleal. Este caso causó revuelo porque Podemos salió en Asturias poco menos que liderando la manifestación de la reivindicación salarial de la policía, y yo hacía una reflexión y, por mucho que se pidiera una reivindicación salarial, eso no se entiende, teniendo en cuenta el contexto de un 1 de octubre, cuando fueron a pegar hostias y luego salieron como héroes, laureados. Me pareció bochornoso que toda la plana de Podemos en Asturias estuviera ahí. De todas formas, creo más en la gente que en los partidos. Y creo en el municipalismo como una forma de hacer política. Bajar a la calle y hablar con la gente, no en los despachos. Creo en el poder popular para que el poder institucional no haga lo que le dé la gana.
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Por otromas, el 10 septiembre 2018
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“Si preguntamos a la naturaleza, ¿Quiénes son los más aptos?, ¿son aquellos que se encuentran continuamente enzarzados en guerra mutua, o son aquellos que se sostienen mutuamente?, de inmediato vemos que aquellos animales que adquiere hábitos de ayuda mutua son indudablemente los más aptos. Tienen más probabilidades de sobrevivir y alcanzar, en sus clases respectivas, el mayor desarrollo de la inteligencia y organización corporal”. Kropotkin, Apoyo Mutuo (1907) .
Por Piotr, el 10 septiembre 2018
Kropotkin – El apoyo mutuo, un factor evolutivo.
Hay veces que no está de más acudir a los clásicos.
¡Salud!