Necesitamos una memoria reparatoria con los exiliados por Franco
El año 2023 marca nuevos retos y desafíos para la memoria, la cultura y los derechos humanos. El pasado octubre se aprobó una nueva ley de Memoria Democrática, la cual reconoce a todas las personas que padecieron persecución o violencia, por razones políticas, ideológicas, de pensamiento u opinión, de conciencia o creencia religiosa, de orientación e identidad sexual, durante el período comprendido entre el golpe de Estado, la Guerra Civil y la Dictadura franquista. Uno de los temas más novedosos que trae consigo esta ley y que pretende cerrar una deuda pendiente en la historia, se encuentra relacionado con las personas exiliadas, que a causa de sus ideas u opiniones en torno al régimen tuvieron que marcharse y exiliarse a otros países de Europa como Francia, o América Latina, como México o Argentina.
Para estas personas que también han sido víctimas de la represión, la nueva ley de Memoria Democrática reconoce y declara la injusticia que supuso el exilio de muchos españoles y españolas que durante la Guerra tuvieron que dejar su vida y hasta su familia. Para ello, se declara el día 8 de mayo de cada año como día de recuerdo y homenaje a los hombres y mujeres que sufrieron el exilio. Se garantiza el derecho al acceso libre, gratuito y universal a los archivos públicos y privados relacionados con el exilio, y se incentiva la investigación y la memoria democrática de las mujeres exiliadas. Así como la promoción, reconocimiento y reparación simbólica del exilio, la resistencia fuera de España y la deportación española.
Esta nueva ley busca darles un lugar en la memoria a miles de personas que por causas ajenas se vieron obligadas a marchar, visibilizar los impactos que tuvo dicho proceso, pero sobre todo busca sensibilizar a las nuevas generaciones para que este tipo de actos no se repitan nunca más. Un elemento importante para lograr estos objetivos es la cultura a través de sus diversas expresiones. Si nos adentramos en el derecho internacional de los derechos humanos, la preservación de la memoria histórica se refiere a los fenómenos conmemorativos, entendidos como representaciones materiales o como actos de evocación, que se manifiestan en el espacio público y se dedican al recuerdo de acontecimientos concretos, con independencia del período en que ocurrieron, o a las personas que participaron en ello.
Las manifestaciones conmemorativas pueden ser sumamente diversas. Entre sus principales formas están los lugares originales, los lugares simbólicos y los actos. Pero además de ello, Naciones Unidas reconoce la importancia de las diversas expresiones culturales como obras de arte, películas, documentales, obras literarias y espectáculos de luz y sonido dirigidos al turismo, que también contribuyen a los procesos de preservación de la memoria histórica. Lo cual pone a la cultura como una herramienta potenciadora para garantizar la protección de la memoria y otros derechos de miles de personas que fueron víctimas de la guerra civil y el franquismo, y particularmente de las que tuvieron que exiliarse.
No obstante, los estándares internacionales señalan que para lograr un adecuado resultado y que se alcancen efectos positivos para las víctimas, la colaboración entre autoridades, ciudadanos y la sociedad civil, y especialmente los representantes de las personas directamente afectadas por los acontecimientos pasados, son vitales.
Actualmente, si bien existe un gran acervo e iniciativas dentro de la cultura que han tratado de reivindicar estos acontecimientos y darles vida dentro de la literatura, el cine o el teatro relacionados con el exilio durante el periodo franquista, hoy surge un nuevo reto para la cultura y las diferentes artes escénicas con el fin de otorgar una protección jurídica adecuada a la memoria que permita contribuir a la verdad, justicia y reparación de las violaciones de derechos humanos durante ese periodo. Pero, sobre todo, abre la oportunidad para que la cultura y las artes sirvan como medio para reencontrarnos con todas esas personas que marcharon hace ya varias décadas a través de una memoria colectiva: reparatoria, inclusiva y digna.
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Estefanía Hernández Ceballos es economista y jurista mexicana especializada en temas de democracia, derechos humanos y políticas públicas. Maestra en Ciencia Política y Derecho Constitucional por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, y en derechos humanos y gobernanza por la Universidad Autónoma de Madrid. Ha colaborado en América Latina dentro del ámbito gubernamental, particularmente en áreas de derechos humanos y estudios parlamentarios, participado en organismos internacionales.
Comentarios
Por Yolanda Pañeda Ornia, el 18 enero 2023
Tuve un padre, emigrante, dos veces emigró, no durante la guerra, sino durante el régimen de Franco; unos abuelos encarcelados seis meses por escuchar una emisora de radio prohibida cuando mi padre tenía apenas doce años y seis meses tuvo que vivir solo en casa comiendo cualquier cosa.
Mi abuela tenía otro hijo, un hijo que nunca recuperó
Estaba hospitalizado en Oviedo, allí falleció.
Mi abuela quiso recuperar su cadáver, Oviedo estaba sitiado y no pudo hacerlo nunca.
Está enterrado en una fosa común ni se sabe dónde …