“No voy a hacer reimpresiones. Los libros, cuando se agoten, se agotan y ya”
En el tramo final de la Feria del Libro de Madrid, continuamos nuestra serie de editores independientes, pequeños en un sentido pero grandes en otro, distintos… con Susana Romanos, editora de la exquisita greylock. El monte Greylock es el punto más alto de la reserva estatal de los indios Apalaches en Massachusetts, el nombre proviene de un jefe indio Wranoke de principios del siglo XVIII, pero también era lo que Herman Melville veía desde su ventana cuando escribía ‘Moby Dick’ y cuenta la leyenda que su forma le inspiraba al recordarle a una ballena.
¿Cómo es el día a día de trabajo de una editora? ¿Tienes horarios?
Pues el mío es bastante largo, que es la primera palabra que me viene a la mente cuando preguntas por el día: largo. Pero no me quejo, solo lo describo. Me levanto muy pronto y empiezo revisando cómo está la editorial, preparando los proyectos de aquí a dos años. Ahora mismo estoy buscando una editora de euskera para un proyecto que saldrá el año que viene. No tienes un solo proyecto, tienes que llevar varios al mismo tiempo. Cuando estás empezando uno, prácticamente estás acabando el otro y normalmente, al menos en mi caso, no tienes horario de trabajo.
¿Cómo empiezas en esta aventura de ser editora?
Trabajé para una empresa de Barcelona, en 2009. La verdad es que fue casualidad. En esa etapa de mi vida se me ocurrió que quería ir a vivir a Barcelona, me dio la venada, ¿se dice así, no? En aquel momento apareció una oferta de trabajo que nada tenía que ver con la edición, me presenté, y cuando fui a hacer la entrevista, después de leer mi currículum y hablar conmigo, me dijeron: “Necesitamos a una editora, creemos que lo puedes hacer bien”, y sin pensarlo, lo acepté. Así, nada de romanticismo.
Digamos que te encontró el trabajo a ti en vez de tú al trabajo…
Sí, exactamente, eso es. Fue un trabajo que me dio mucho rodaje. Me tocó editar en idiomas que eran completamente ajenos a mí, como es el caso del húngaro; creo que aquí también me encontró a mí el idioma. Si echas un vistazo al catálogo, van ganando los autores húngaros por goleada. Luego me dije: creo que va siendo hora de que me forme. Y me decidí a hacer un máster de edición.
¿Cómo decides tomar tu propio rumbo?
Me tocaba editar muchos trabajos que no me gustaban y quería publicar algo que me motivara. Me costó muchísimo dar el paso adelante, esto fue alrededor de 2012 y la editorial la lancé en 2018. Yo leía autores clásicos de, digamos, literaturas lejanas, traducidos en idiomas que no eran el castellano, y pensé en las personas que no tenían acceso a estas lenguas que yo podía leer, ni tampoco al idioma original. Me dije que era una pena que se lo perdieran, porque ningún grupo grande editorial va a publicar literatura clásica húngara o estonia de la primera mitad del siglo XX. Y ese fue el germen. A partir de ahí concreté más el camino a seguir con una colección de ficción que tuviera esas obras clásicas [narrativas]; con otra entre la literatura y el ensayo [textos y no], ensayos sobre lenguaje, los textos y la lectura, ahí había mucho material que no estaba traducido, y me planteé traer esas obras más o menos ensayísticas; y, por último, con otra que estuviera a caballo entre el arte y la edición, Imprint [#], más cercana a mi formación académica.
En cuanto a esta tercera colección, Imprint [#], pensé que debía acercar al público que le encanta leer, a los letraheridos y letraheridas, esa forma de hacer libros, esa forma de leer, es decir, que ese tipo de libros no se quedase dentro de las galerías de arte y los museos, y estuviese al alcance de los lectores. Sé que me queda mucho trabajo por delante, pero espero conseguirlo algún día, ahí sigo. Experimentar, experimentar y experimentar, ese es el flujo de Imprint [#], es donde vuelco mi parte más creativa junto con las autoras y autores.
Nuestra última publicación ha sido una obra-libro, un artefacto insecticida que impide que quien lo lee, cual insecto, se pose en el texto y no pueda de esta forma atrapar al autor. Por último, me atreví con lo que más, no sé si describirlo de este modo, miedo me daba: la poesía, y en octubre del año pasado lanzamos [cyclomer]; como imaginarás, viendo la trayectoria de la editorial, no esperes mucha lírica en ella. Tenemos ya a punto de salir, de nuevo en octubre, porque he decidido que octubre sea el mes de la poesía en greylock, Cómo un higo de palabras y por qué del enorme Francis Ponge. Su poesía es una especie de réplica de la realidad que busca abolir la distinción entre la palabra y lo material, entre poesía y prosa, para él no es sobre la metafísica que apoyamos nuestra moral, sino sobre la física, la poesía es un elemento del mundo concreto, del mundo diario.
¿Todo tiene que ver algo con lo plástico, con el arte?
Bueno, no exactamente, pero sí que la idea del proyecto se sale un poco de los cánones a los que la gente está acostumbrada; se puede decir que estamos en tierra de nadie, y eso es lo que nos gusta y, ahora que lo pienso, creo que también es la marca distintiva de la editorial.
¿Cómo se difunde tu obra?
Pues primero por los cauces habituales, ya sabes, redes, boca a oreja, boletines… Pero en mi caso, sobre todo, a través de mi distribuidora. Y aquí quiero hacer un agradecimiento y un reconocimiento público a Raquel Blanco, de Librerantes, que me apoya tanto a mí como editora como al proyecto en sí. Con Raquel he tenido mucha suerte. Hemos conectado tanto a nivel profesional como a nivel personal, y me deja hacer realmente lo que quiero. Una de las cosas que no me planteé al principio fue el hecho de hacer reimpresiones, realmente pensaba que no iba a agotar ninguna de las tiradas. Pero un día me llegó un correo de Raquel avisándome de que El triunfo del huevo se estaba agotando y habría que ir pensando en reimprimir. Me cogió un poco con el pie cambiado; como ya te he dicho, no me lo había planteado. Le pedí que me dejase pensarlo una semana; después de rumiarlo mucho, por fin le escribí: “Raquel, pues que no voy a hacer reimpresiones. Vamos, que los libros, cuando se agoten, se agotan y ya”. Y esta fue su respuesta, literal: “Yo contigo a muerte, Susana”. Dime una sola distribuidora que deje no reimprimir cuando el libro se vende. Esa es la diferencia que veo en ella, el interés que demuestra en implicarse en lo que tú valoras tanto, y en el cómo lo valoras.
En la editorial, ¿en qué partes del proceso intervienes?
Acabo antes diciéndote lo que no hago. No traduzco y no corrijo ortotipográficamente, el resto lo hago yo. Trabajo con un corrector que vive en un pequeño pueblo de Badajoz y con unas increíbles traductoras y traductores que andan desperdigadas no solo por el país, sino también por Europa.
¿La primera revisión la haces tú?
La primera revisión, sí.
Quiero decir, ¿tú editas y luego lo corrigen?
Exactamente, cuando me llega el texto, lo trabajo con la autoría, y si es en lengua extranjera, con la traducción, comento con ellos correcciones, propongo cambios, siempre en diálogo continuo, es una parte en la que disfruto mucho. Luego hago algunas, no muchas, correcciones ortotipográficas para que llegue algo limpio al corrector, y le indico dónde sí y dónde no debe meter mano en el texto; salvo los de narrativas, todos tienen muchas peculiaridades. Sí, son textos especiales, y reconozco que tienen mucha paciencia conmigo.
Cuando está corregido, hago una última revisión con el autor o autora o con las traductoras y traductores, según toque. Por último, quedan las decisiones puramente editoriales, en las que me empapo de la obra, para comprenderla y editarla del mejor modo posible, es la parte que más me gusta del trabajo de edición, ahí encerrados, solos el texto y yo. Es uno de los privilegios que me da el tipo de editorial que es greylock; si fuera más grande, seguramente me sería imposible trabajar de este modo.
Susana, ¿alguna editorial a la que admires? ¿Algún editor que haya sido para ti referencia?
Las editoriales que realmente me fascinan son las editoriales de los años 60 que se encontraban a medio camino entre el mundo editorial y el mundo del arte. El proyecto de greylock está inspirado en ellas, es de donde vengo. Entre ellas está Something Else Press, fundada por Dick Higgins en 1963 con textos de Allan Kaprow, George Brecht, Daniel Spoerri, Robert Filliou, John Cage, o Emmett Williams. Adoro el trabajo de Hansjörg Mayer, un editor magnífico de libros de artistas que todavía vive, en sus libros se inspiran las cubiertas blancas de [narrativas]. También está el gran Seth Siegelaub, ideólogo del libro de artista en sus comienzos, cuando todavía era un brûlot, objeto incendiario al alcance de todos, cuyo trabajo editorial fue catalizador para la llegada del arte conceptual. Otra es Beau Geste Press, editorial independiente dirigida por Felipe Ehrenberg, Martha Hellion y David Mayor. Ya en la época actual, me inspiró y me admiró no solo el trabajo, sino también cómo trabaja, Steidl, editorial fundada por Gerhard Steidl en Gotinga y que inicialmente comenzó como imprenta. Existe un documental maravilloso titulado How to make books with Steidl en el que puedes ver la manera tan impresionante de trabajar que tiene; la colección Imprint [#] bebe directa de esos alucinantes fotolibros y libros de artista que fabrica.
¿Alguna editorial española?
Sí, por supuesto, la primera que me viene a la mente es Ediciones Franz; entre su catálogo tiene un ensayo sobre On Kawara, una rareza especial, en el buen sentido, solo por eso ya me ganó el corazón. Luego está un rara avis dentro del panorama editorial de aquí: Días Contados, con un catálogo minoritario pero exquisito. E, igualmente, por afinidad de gustos de lectura, Libros de la Resistencia, pocas editoriales he encontrado que dediquen tanta atención a la poesía concreta.
Comentarios
Por Horacio Sapere, el 27 septiembre 2021
Un proyecto editorial ,valiente ,una sinceridad que define al propio proyecto creando, en su camino una particularidad ausente en casi todas las editoriales: amor e inteligencia.
«Sa Soll» ediciones, poesía visual experimental,esto hacemos. Gracias.hs
Por Petra Alfaro, el 01 octubre 2021
Buena entrevista. Interesante el enfoque de esta editorial greylock.