Odile Rodríguez de la Fuente: “Bailamos sobre un Titanic que se hunde”
La bióloga Odile Rodríguez de la Fuente anda inmersa en los últimos años en la divulgación sobre cambio climático con un discurso en el que aúna la ciencia y el humanismo. Hace ya unos años que dejó el centro de Madrid para irse a vivir a un pequeño pueblo de Guadalajara. Hoy su presencia es habitual en múltiples foros, congresos, ciclos y conferencias por todo el país en su empeño por asentar un pensamiento de conexión con la naturaleza, del que su padre fue un divulgador pionero, y que sirva para sacarnos de la crisis mientras “bailamos sobre un Titanic que se hunde”, metáfora que utiliza para describir este momento.
Hace ya unos años que cerraste la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente, ¿en qué proyectos estás inmersa ahora?
Tras cerrar esa etapa de la fundación y publicar el libro sobre mi padre, hace poco más de un año, decidí centrarme en la divulgación sobre el cambio climático. Comencé a escribir otro sobre este tema, que abarcara desde el inicio de la vida en la Tierra, pasando por el Neolítico, para llegar hasta hoy. La idea fuerza es que la crisis actual es una oportunidad para la especie humana. Como es un trabajo que llevará mucho tiempo, al final publicaré antes un libro para jóvenes con poco texto y muchas ilustraciones sobre este asunto, en el que estoy trabajando ahora.
¿Qué sensación te ha quedado tras la última ‘Cumbre del Clima’ en Egipto?
Que no avanzamos, y es desesperante. La Cumbre de París fue un punto de inflexión, por fin había un acuerdo, pero parece que fue un espejismo. Se puso el límite de aumento de temperatura global en 1,5 grados y ahora se nos va. Lo dice la ciencia. Para países en desarrollo aún se avanzó algo, pero es mucho postureo. Parece que nos la tenemos que pegar para reaccionar, que forma parte del proceso, pero eso dejará mucho sufrimiento y a una buena parte de la humanidad fuera.
¿Es este el principal reto ambiental, el que más te preocupa?
El cambio climático es la madre de todas las crisis. Lo separamos de todo lo demás, pero es un síntoma de la relación con nosotros mismos, con el entorno y con los demás. El sistema vivo planetario es muy resiliente, pero nuestras acciones contra la biodiversidad están restándole esa capacidad de absorber el estrés de los cambios; si a la vez que se la restamos, aumentamos el CO2 en la atmósfera, no puede recuperarse.
Aun así, decías que la crisis climática es una oportunidad…
Sí, porque la especie humana está dotada de conciencia, capacidad de reflexión…, aunque igual nos queda grande. Los humanos hemos tomado las riendas del planeta y, ahora, en lugar de ver los síntomas en el entorno como mensajes y aprender de ello, no nos damos por enterados. Las crisis son oportunidades, aunque te lleven al fondo. Al final, si desaparecemos como especie, la vida se reinventará de nuevo, pero se perderá ese duro parto que fue la conciencia humana. Quiero creer que sobreviviremos.
¿Crees que hemos avanzado mucho en la conciencia ambiental ciudadana en las últimas dos o tres décadas?
Por un lado, sí, pero no ha calado lo suficiente. Siempre he defendido la visión más humanista. Cuando el barco se hunde, no podemos gastar energía en achicar agua, sino en tapar el agujero. Si no, se hundirá igualmente. Y hay que mirar de dónde venimos y saber adónde vamos. Sin embargo, seguimos pensando en términos de desarrollo económico, de consumo; creemos que el PIB mide el bienestar. Necesitamos una recapacitación profunda existencial y cultural. Las políticas ambientales se quedan en lo superficial.
En ese cambio, ¿qué papel tiene para ti la economía circular?
Es fundamental. Todo parte de la biomímesis: hay que imitar a la naturaleza en la búsqueda de soluciones a los problemas. La naturaleza no genera basura y ha creado una biodiversidad y una complejidad espectacular con unos minerales y elementos. El ser humano ha diseñado, por el contrario, una sociedad lineal y extractiva. Volver a lo circular es el primer paso, aunque aún estamos muy verdes en ello: falta cambiar muchos diseños, el adquirir por el alquilar, eliminar el derroche y la obsolescencia programada… Bailamos sobre un Titanic que se hunde. Y como dice la canción de Pink Floyd, “cómodamente anestesiados”.
¿Qué prácticas ambientales pones en marcha en tu día a día?
La fundamental es hacer examen de conciencia honestamente, preguntándome si la vida que vivo es la que quiero. Y lo hago apoyándome en la naturaleza, paseando por los campos de mi pueblo. Necesito ver estrellas y tocar la tierra. Y no veo la televisión, que nos contamina, nos provoca ruido, cuando hay que silenciar la mente.
Supongo que no mencionas otras medidas como el reciclaje porque ya están muy asentadas en tu vida, pero ¿qué le dirías a los escépticos de reciclaje?
Que reciclar es como plantar un árbol: no te dará sombra a ti, pero hacerlo alimenta. Con el reciclaje hay que depositar fe en el sistema, funcione más o menos; es imprescindible. Yo hace tiempo que lo tengo asumido, como hace años que puse placas fotovoltaicas en mi casa o calefacción con leña. Ahora que se resquebraja el sistema energético, se confirma que la autosuficiencia es el camino.
¿Y a los escépticos del cambio climático?
Nada, me desgastan mucho. He decidido que no es mi rol estar en la trinchera y la lucha contra los negacionistas. Cada uno tiene su proceso y al que no madura es complicado forzarlo. Yo sigo tratando de entusiasmar con la importancia que tiene.
Comentarios
Por Pablo, el 07 diciembre 2022
Tengo una frase parecida desde hace muchos años, parecida a la de Odile,…
Creo que «Mientras se hunde el Titanic la orquesta sigue tocando , la gente mirando sus móviles , viendo que a través de una App, la cantidad de agua que entra por la Popa del barco y el cálculo de tiempo que le queda al barco en hundirse, viendo videos y series a la vez».
Es la inacción y la comodidad la que va acabar con una especie que para nada es inteligente, por la involución mental que sufrimos…
Gracias Odile y gracias al gran padre que tenías, y que aún sus frases son contundentes y son un adelanto de lo que pasará.
Por jose manuel, el 07 diciembre 2022
Excelente entrevista. Fui un seguidor y admirador de lo que transmitía el padre de Odile. Lamentablemente lo que antes se difundía porque era un «exotismo», ahora «molesta» a la gente «importante». Por eso lo que Odile intenta transmitir, siguiendo el camino que su padre trazó, no tiene la difusión que afortunadamente tuvo su padre. Me ha impresionado la clarividencia y decisión de sus objetivos. Digna hija de un hombre admirable. Le deseo mucha suerte a Odile, por ella y porque creo que lo necesitamos todos. Muchas gracias.