Ojo al Trapo: estamos en la Semana de la Ropa Limpia
Ayer se cumplieron cuatro años de la tragedia del Rana Plaza de Bangladesh, el edificio de nueve plantas repleto de talleres textiles que se desplomó causando 1.138 muertos y 2.500 heridos, lo que sirvió para arrojar luz sobre las deplorables condiciones en que se fabrican muchas de las prendas que consume Occidente en una escalada sin límites de la ‘fast-fashion’. Por eso, ‘El Asombrario’ se apunta a esta semana de reivindicaciones, la Fashion Revolution, para consumir ropa de otra manera, con información, conciencia y responsabilidad.
Por ELENA GÓMEZ
Una pirámide de ropa usada presidía imponente el patio central de La Casa Encendida, hace diez días. Se estaba celebrando el II Maratón de reciclaje textil creativo organizado por Altrapo lab. Esta montaña, hecha a base de ropa de segunda mano, que incluso todavía conserva las etiquetas puestas, es un claro ejemplo del consumismo descontrolado del que somos protagonistas. No es casualidad que la industria de la confección sea la segunda más contaminante del planeta, ocasionando daños ambientales y sociales a menudo irreparables.
Para hacernos una idea, cada persona en España compra dos prendas de vestir al mes, entre 8 y 10 kilos al año. Esto se debe al ritmo frenético de la fast-fashion, que nos lleva a desechar casi la misma cantidad de ropa que compramos. Y ojo, porque el 40% de las prendas que llevamos están fabricadas de algodón, lo que de primeras no te dice nada, o más bien te lleva a pensar que es algo bueno y natural, pero ¿y si supieras que el 25% de los químicos utilizados a nivel mundial en la agricultura se destina al cultivo de esta fibra natural? Pesticidas que afectan a animales, acuíferos y plantas, y en consecuencia a los alimentos que comemos. Sin olvidar que para producir 250 gramos de algodón hacen falta alrededor de 2.800 litros de agua. Datos todos que vienen recogidos en el libro Fashionista y Slow, de Gema Gómez y Ana Lage.
A la vista queda la necesidad de un cambio urgente. Por ello, Altrapo Lab trata de concienciar a la sociedad de que el reciclaje textil creativo es una potente arma de transformación social, realizando actividades enmarcadas en la Fashion Revolution, iniciativa social que surgió como reacción al derrumbamiento del Rana Plaza de Bangladesh, el edificio de nueve plantas repleto de talleres textiles que se desplomó como una torre de naipes la mañana del 24 de abril de 2013, ocasionando 1.138 pérdidas humanas y 2.500 heridos. Esta tragedia supuso un punto de inflexión en la exigencia de responsabilidades a las grandes empresas textiles, por las deplorables condiciones en las que trabajan sus empleados. Por ello, en la semana del aniversario de la catástrofe, Fashion Revolution realiza la campaña #whomademyclothes, en la que anima a millones de personas a preguntar a las marcas “¿quién hace mi ropa?” y reclamar más transparencia en la cadena de producción textil.
¿Sabes quién fabrica la ropa que llevas?
Posiblemente la respuesta sea un no confuso, intuyes que está fabricada en algún país asiático, donde en la mayoría de los casos el cumplimiento de los derechos del trabajador brilla por su ausencia. Así lo denuncia Setem a través de su campaña Ropa Limpia. Ana Carrascón, responsable de comunicación y redes sociales de Setem, comenta desde su puesto en la maratón textil: “Es fundamental denunciar la explotación de los trabajadores del mundo textil, exigir responsabilidades a las empresas que se saltan los derechos de sus empleados e informar al consumidor para que puedan actuar en consecuencia”. Además, añade que en países como Bangladesh la exportación de ropa es fundamental para su subsistencia, por lo que si las grandes marcas exigen el cumplimiento de los derechos de los trabajadores textiles, el gobierno del país adoptará medidas.
¿Es posible un consumo textil responsable?
La respuesta es un sí rotundo. Natalia Castellanos, coordinadora de Altrapo Lab, sostiene que “nosotros tenemos la llave para cambiar las cosas. Si sabemos cómo producen las empresas y no estamos de acuerdo en ello, un voto es una compra”.
Las principales acciones que aconsejan desde Altrapo Lab son: comprar conscientemente, intercambiar, donar y reparar/ transformar. Recordando también que los materiales son vitales a la hora de conservar el medio ambiente. Recomiendan fibras vegetales orgánicas: lino, cáñamo, tencel (fibra proveniente del árbol de eucalipto), seda salvaje y lana orgánica. No degradan los recursos naturales y no usan pesticidas.
A todo ello hay que sumar los consejos depositados en el “tendal de cuidados de nuestra ropa” del maratón de reciclaje textil, donde espontáneos dejaron sus trucos y buenos hábitos de consumo: procurar lavar la ropa a 30º, usar un poco de bicarbonato para blanquear la ropa, utilizar detergentes ecológicos o buscar unos botones bonitos para hacer una camisa original.
Hasta aquí todo bien, pero Natalia admite que la responsabilidad no sólo recae en el consumidor, sino también en diseñadores y empresas a la hora de innovar en materia textil. Desde la utilización de fibras a prendas que puedan tener múltiples usos o que estén diseñadas de forma que se puedan transformar fácilmente. “Además, con la ayuda de la tecnología pueden llegar al consumidor de manera accesible”, comenta la coordinadora.
La próxima vez que compres ropa infórmate. Averigua sobre las marcas: pregúntate, descubre y actúa. Porque desde el trabajador que cose tus vaqueros hasta el consumidor final hay muchas decisiones conscientes que puedes tomar.
COMPROMETIDA CON EL MEDIO AMBIENTE, HACE SOSTENIBLE ‘EL ASOMBRARIO’.
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