‘Pendientes de un hilo’: cómo descubrir el alma oculta de los títeres
Los que saben dicen que sí, que estos muñecos tienen además de una forma física, un espíritu libre. Podremos comprobarlo en Madrid gracias al festival de títeres ‘Pendientes de un hilo’, una iniciativa de la veterana compañía La Tartana Teatro –más de 40 años dedicados a esta disciplina– que comienza hoy y llega a su tercera edición.
Con el otoño ya instalado cómodamente en Madrid, llega un año más a la ciudad el Festival de títeres y objetos Pendientes de un hilo. Esta iniciativa de la compañía La Tartana Teatro, la más veterana en nuestro país dedicada a esta disciplina artística, se propone que tanto el público adulto como el infantil nos acerquemos, desde hoy hasta el 10 de noviembre, al particular universo de los títeres.
Para ello cuentan con espectáculos y talleres que se desarrollarán principalmente en el Teatro Pradillo, si bien en esta edición trae novedades, ya que el festival se expande y también habrá shows y actividades en el Centro Cultural Conde Duque, en el Espacio Abierto La Quinta y en la Real Escuela de Arte Dramático.
Hablamos con Elena Muñoz, directora de Pendientes de un Hilo: “El grueso de la programación es nacional, porque estamos convencidos de que se está haciendo un trabajo muy bueno aquí, pero siempre está genial ver también trabajos de fuera y tenemos dos compañías internacionales: traemos a Tárbol, de Perú, con Churi, hijo del río, que cuenta una historia sobre una leyenda de la Amazonia muy bonita (en Pradillo el domingo 3 de noviembre); y por otro lado tendremos a Silent Tide, de Reino Unido, el día 1 en la misma sala. Una suerte, porque están vinculados al Little Angel Theatre, que es el teatro de títeres de referencia de Londres. Vienen con The adventures of curious Ganz, un espectáculo que ha sido un exitazo y que se está llevando todos los premios”.
Los fines de semana los niños mandan y se ofrecen funciones pensadas especialmente para ellos. Divertidas y didácticas, esto es, “con mensaje”. Así, la compañía Periferia presenta el día 2 Huellas, una historia de amistad entre humanos y perros, con un espíritu de respeto y amor por los animales; el día 3 La Tartana llega al Pradillo con Mi juguete favorito, una llamada de atención desde lo lúdico al peligro que supone el abuso del mundo virtual y de las pantallas; y Teatro Lafauna clausurará el festival el día 10 con el estreno de Lovo, obra que pone la mirada en la conservación de la biodiversidad, analizando el proceso de extinción de una especie animal como si de la desaparición del amor se tratara.
Títeres de terror para adultos
¿Qué hay del público adulto? ¿Existen espectáculos de títeres y objetos pensados para él? Existen, desde luego, pero hay un motivo para que no abunden. Según Elena Muñoz, “a nivel creativo y de investigación las compañías de títeres están en un momento estupendo, pero hay que dividir entre la parte infantil y la de adultos. Mientras que la primera tiene más posibilidades de circuitos, de festivales, de redes, además de que el nivel de teatro infantil tiene una calidad de innovación y de investigación increíbles, la cosa es distinta si hablamos de los adultos. Los títeres para mayores son todavía una asignatura pendiente, tienen muy pocas posibilidades de moverse, de exhibición. Es muy arriesgado crear un espectáculo de este tipo para adultos, porque sabes de antemano que va a costar. Aun así, hay compañías que están haciendo cosas súper interesantes y cuando tenemos la suerte de verlas es maravilloso. Nosotros queremos apostar por ellas, porque hay auténticas obras de arte”.
El día 31 podremos ver una muestra de ello, con un espectáculo de títeres de terror y fantástico a cargo de la compañía Teatro Corsario: Aullidos. Cuenta con más de 20 muñecos y escenografías, los primeros del tamaño casi de personas y manipulados directamente con las manos sin que los espectadores puedan verlas; la historia parte de los cuentos tradicionales, pero incide en los aspectos inquietantes, esos que no se cuentan a los niños.
También resultará interesante para los menos niños conocer Casas, una propuesta interactiva a partir de juegos infantiles que invita al espectador a sentarse por parejas (solo se permiten ocho personas por pase), situarse frente a una instalación, colocarse unos auriculares y convertirse en actores-manipuladores. Del 31 de octubre al 3 de noviembre en Conde Duque.
Plataforma para nuevos creadores
Otra novedad del festival es la creación de La Plataforma, en claro apoyo a los nuevos creadores que se interesan por esta disciplina y que nos explica la directora del festival: “Hemos puesto en marcha una convocatoria a proyectos en working progress y organizaremos los días 29 y 30 de octubre en Pradillo las Jornadas de mirada externa. Para ello invitamos a programadores de otros festivales; la idea es crear un espacio de confianza donde la gente presente su idea y esta pueda ser guiada y asesorada por profesionales. De los proyectos seleccionados saldrá uno que hará una residencia acompañada en la nave de La Tartana, con asesoramiento de producción, de distribución… Entendemos que el mundo del títere es muy complicado, porque necesita también de una parte de construcción y de elementos que dificultan la producción del espectáculo”. Así, esta iniciativa pretende ser un soplo de aire fresco para los que se lanzan a la aventura.
Con tantas piedras en el camino de los títeres, ¿cómo es posible que una compañía como La Tartana lleve dedicándose al teatro de muñecos más de 40 años? La pregunta nos la responde Juan Muñoz, su director y fundador: “El secreto es el equipo. Hemos ido generando equipos que están involucrados con lo que hacemos. Y luego, por supuesto, están los títeres. Nuestro maestro Peralta nos descubrió a mí y a los que empezamos en la compañía que los títeres no eran solamente algo que se movía, sino que constituían todo un arte, que esos muñecos, si están bien movidos, si son bonitos y artísticamente contaban con valores creativos, tenían un espíritu. Y eso es lo que nos hace seguir adelante cada día, con proyectos nuevos y más grandes”.
El sueño de Juan, lo que él llama su “ilusión final”, es crear un centro del títere. Mientras sigue con su empeño por conseguirlo, podremos verle en acción en el taller de experimentación de materiales y destrezas, el día 6 en el Pradillo. Promete ser toda una experiencia disfrutar, durante unas horas, de su pasión por el arte que eligió allá por los años 70 y al que sigue dedicándose, como sus muñecos, en cuerpo y alma.
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