Pequeños grandes gestos de héroes y heroínas que han cambiado la Humanidad
Pequeños grandes gestos para que niños y niñas conozcan a aquellos personajes que un buen día se desmarcaron de la masa y actuaron. Pequeños grandes gestos que han hecho avanzar la Humanidad. Francisco Llorca y la editorial Alba han recopilado a estos pequeños grandes héroes y heroínas, mediante ejemplos ilustrados y un texto muy accesible en una colección de varios libros que busca animar a niños y niñas a convertirse en protagonistas de su propia historia.
La historia de la humanidad está compuesta de miles de pequeños grandes gestos. Tan pequeños a veces que hasta los hemos olvidado. Esos pequeños grandes gestos nos han servido para conseguir derechos individuales y colectivos. O para visibilizar situaciones de peligro o desigualdad. Otros han sido llamadas de atención para que nos impliquemos en la protección del medioambiente. Pequeños grandes gestos que muchas veces no han salido gratis, muchos de ellos han costado la vida a sus protagonistas, en otras ocasiones conseguirlos han supuesto un gran esfuerzo y en otras la falta de libertad.
La historia de la Humanidad nos ha demostrado que está llena de rebeldes. Rebeldes que se niegan a rendirse. Afortunadamente. Porque en esta era de Trump, a los rebeldes los vamos a necesitar. Y mucho. La historia de la Humanidad está encarnada por hombres y mujeres que han luchado por la justicia y la libertad. Muchas de estas luchas comenzaron por un pequeño gesto, algo inesperado y muy valiente. Algo que acabaría conduciendo a la larga a un cambio profundo. Pequeños gestos que niños y niñas deberían conocer para que puedan valorar los logros conseguidos. Y que, además, aún tenemos que luchar por las utopías.
La colección de Alba está compuesta de momento por cuatro volúmenes: Pequeños Grandes Gestos por la tolerancia, Pequeños Grandes Gestos por el planeta, Pequeños Grandes Gestos contra la discriminación y Pequeños Grandes Gestos en el deporte. Entre los cuatro nos presentan un amplio crisol de héroes y heroínas que los niños y niñas van a descubrir y los adultos vamos a recuperar y rememorar. Personajes que han sido adaptados al lenguaje infantil del dibujo gracias a cuatro ilustradores: Elena Hormiga, Ana Bustelo, Eugenia Ábalos y Amaia Arrazola, que hacen que cada libro esconda un lenguaje visual cargado de tesoros y múltiples significados. Al final de cada libro, a modo de epílogo, aparecen las fotos reales de cada personaje en un maravilloso homenaje para no perder su memoria.
Pequeños grandes gestos como observar a los chimpancés, ir por primera vez a la escuela una niña afroamericana, regalar una clavel a un soldado o abrir una ventana de un local gay para abrirse a la calle sin miedo al que dirán. Son algunas de las muchas historias que vamos a encontrar en esta colección. Pequeños grandes gestos que todavía siguen siendo condenados y repudiados por mentes pequeñas que nos impiden avanzar.
Francisco Llorca, historiador y librero -estuvo detrás de la creación de la librería Tipos Infames, en el barrio madrileño de Malasaña- ha recopilado en cuatro títulos una gran colección de pequeños grandes gestos para que los niños y niñas los descubran y se asombren. Pequeñas historias que apenas ocupan una página y que nos van a demostrar que en el camino hacia la igualdad, la tolerancia o la diversidad aún nos queda mucho por andar. Hemos hablado con Llorca para que nos cuente más sobre este imprescindible proyecto.
¿Cómo definimos un pequeño gran gesto por la humanidad? ¿De dónde nace la idea del proyecto?
Podríamos aventurar una definición de un pequeño gran gesto como una acción inesperada y valiente, pero de un gran potencial transformador… Yo sabía que los responsables de la editorial Alba tenían en mente editar una colección de libros de historia para niños, así que les propuse que hablásemos de historia con minúsculas. Es decir, no de la historia que iban a estudiar en la escuela, sino de historias protagonizadas por gente anónima y corriente que en un momento dado hacen algo extraordinario. Se trata de una idea inspirada en la obra de historiadores como Howard Zinn o Carlo Ginzburg y en mi propia experiencia como docente. Una experiencia que me ha hecho ver la necesidad de que los niños se aproximen a la historia de una manera diferente.
¿Qué criterios empleaste a la hora de crear los distintos libros y a la hora de elegir los pequeños grandes gestos?
Todos los libros tratan de ser transversales. Además, he intentado que la acción, el gesto, se pueda visibilizar claramente y que los niños puedan extrapolar una situación histórica concreta a su presente. Quiero que los niños aprendan que la historia es un proceso vivo, abierto. Y que les habla. Que aprendan que ellos también pueden ser los protagonistas de sus propias historias.
¿Tenemos tendencia a olvidarlos?
Muchos de estos gestos nos emocionan cuando los conocemos, nos impelen a actuar; sin embargo, pronto caen en el olvido, tal como comentas. Creo que tiene que ver con la celeridad con la que consumimos la información y con nuestra incapacidad para empatizar, para situarnos en el lugar del otro. Precisamente lo que pretenden estos libros es, a través de ejemplos, hablar a los niños sobre sus vidas. Por ejemplo, lo que me interesa de la historia de Rosa Parks no es tanto que los niños aprendan algo sobre el Estados Unidos de la segregación racial, sino que visibilicen el acto discriminatorio para que puedan identificarlo en su día a día.
¿En el proceso de crear los libros has descubierto cosas que no sabías o tenías muy olvidadas?
Para mí el libro como proceso, como aprendizaje, ha sido una experiencia muy enriquecedora. A lo largo del proceso de documentación he descubierto tantas cosas y a tantas personas que mi mundo se ha ampliado considerablemente. Creo que esto, junto a la interacción directa con los niños, ha sido lo mejor que me ha traído la colección.
En la actualidad, los nuevos referentes nos vienen dados por vídeos que se hacen virales, cosas que compartimos en Facebook y ‘likes’ en Instagram. Sin pararnos mucho ni a cribarlos ni analizarlos, y terminan convirtiéndose en modelos de vida, marcando nuevas directrices. ¿Cómo lo podemos contrarrestar?
No creo que se pueda contrarrestar, la verdad. Se puede reorientar. Muchos de los gestos que recojo en estos libros están en las redes… ¿Por qué no aprovechar esta potencialidad? Muchas campañas de solidaridad o cooperación también logran altos niveles de viralidad. Sin embargo, no me engaño, no dejan de ser ejemplos puntuales: Selena Gómez bebiendo un refresco consigue 4 millones de «me gusta» en Instagram. Coca-Cola en Lucha tiene 13.000 seguidores en Twitter. Creo que el problema no son las redes o los nuevos sistemas de comunicación, sino nosotros. En esto, como en todo, la educación es la clave de bóveda.
¿Qué cinco pequeños grandes gestos por la humanidad destacarías por significativos para ti?
¡Uf! Vaya preguntita… Te diría que todos tienen algo que los hace significativos, aunque eso sería demasiado políticamente correcto. Tal vez el más significativo para mí haya sido el de Berta Cáceres, cuya historia está incluida en Pequeños grandes gestos por el planeta, y a quien asesinaron mientras el libro estaba en imprenta. Lamentablemente, no se trata de un caso aislado: Global Witness cifra en casi 300 los ecologistas asesinados en los dos últimos años. Ayer mismo asesinaron a Isidro Baldenegro, un reconocido activista tarahumara en México. Y es significativo no solo por lo dramático de la coincidencia, sino porque gracias a ella descubrí la relación existente entre derechos humanos y defensa del medio. Todas las luchas son la misma lucha.
Además de este, los gestos protagonizados por niños (Natalie du Toit, Malala Yousafzai, William Kamkwamba o Severn Suzuki) me parecen muy significativos, porque les demuestra que ellos también pueden ser protagonistas de su propia historia.
Comentarios
Por Ana, el 25 marzo 2017
Una buena iniciativa para animar a la implicación en la mejora del mundo. Sería conveniente además subrayar la importancia de las acciones cotidianas de personas anónimas que, sin buscar ni esperar reconocimiento ni publicidad están sosteniendo la vida, la importancia de cada gesto para contribuir al todo.